Rusia responderá de manera similar a la prohibición del canal de televisión Russia Today (RT) después de que el Tribunal General de la Unión Europea desestimara el recurso que la sección francesa del medio había interpuesto contra la suspensión de sus emisiones en territorio comunitario.
«Por supuesto, estamos tomando y seguiremos tomando medidas similares de presión sobre los medios occidentales que operan en nuestro país. Nosotros tampoco les dejaremos trabajar en nuestro país y, al respecto, nuestra posición no será blanda», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
La suspensión, adoptada por el Consejo de la UE, entró en vigor el pasado 2 de marzo y afecta a las actividades de radiodifusión de Russia Today y también de la agencia de noticias Sputnik, afines al Kremlin.
El Kremlin lamentó «la ofensiva contra la libertad de expresión» en países europeos y aseguró que Bruselas «pisotea los mismos ideales que pretende implantar por todo el mundo».
Peskov confió en que, a pesar de la prohibición que pesa sobre RT, sus periodistas encontrarán la forma de reanudar las «demandadas emisiones» a través de distintos canales de suministro de información.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó el pasado 14 de julio una ley sobre la respuesta rusa a la restricción del funcionamiento de medios rusos en el extranjero, que permite cerrar corresponsalías y revocar las acreditaciones a los periodistas foráneos.
«Se trataría de un acto de justicia respecto a nuestros periodistas que han sido objeto de discriminación», indicó el diputado del partido del Kremlin, Rusia Unida, Vasili Piskariov, uno de los autores de la norma.
Según Piskariov, la ley «permitirá a los órganos competentes rusos reaccionar con celeridad y dar una respuesta simétrica a las acciones hostiles» contra medios rusos en el exterior.
Una de las primeras medidas tomadas tras el inicio de la intervención militar rusa en Ucrania por varios países occidentales fue la prohibición de medios rusos como RT y Sputnik en sus territorios, que Moscú denunció como una burda violación de la libertad de expresión.