El mensaje ha sido simple y directo: «Acosar a las mujeres que ejercen su derecho al aborto es delito». La forma de expresarlo sí que ha pillado a contrapié a viandantes y curiosos. Porque este viernes, cuando se cumplen 37 días desde que un grupo antiabortista se plantó en la puerta de la clínica Gynetrisur de Córdoba para disuadir a las mujeres que acuden a esta clínica a interrumpir su embarazo, lo que se ha escuchado ha sido un rezo laico en defensa de la ley y el derecho de las mujeres.
«Es un rezo a la Ley del Aborto para que se cumpla por fin. Porque además de grupos como éste, hay muchos objetores de conciencia y hay provincias en las que no se puede abortar», explicaba a este periódico, Sacri Merino, portavoz del grupo feminista que ha organizado el rezo laico colectivo.
Un rezo que se ha desarrollado de forma totalmente pacífica a unos metros donde estaban siete personas participando en la polémica campaña 40 días por la vida, organizada por grupos antiabortistas y respaldada públicamente por el Grupo Municipal de Vox en el Ayuntamiento de Córdoba, cuya portavoz, de hecho, hizo específico su apoyo entonando un padrenuestro en el Pleno Municipal.
Así que, casi como respuesta, una treintena de mujeres y feministas se han situado a las puertas de la clínica, se han organizado en círculo, y han comenzado a rezar la siguiente oración:
“Ley nuestra que estás para todas, santificada seas cuanto te cumplas.
Hágase la voluntad de las mujeres y su derecho al aborto.
No permitas que nos acosen mediante campañas de rezos.
Que las instituciones que deben velar por tu cumplimiento no miren hacia otro lado, cuando las creencias cometan un delito.
Porque nuestro es el derecho que tanto costó conseguir
Aquí estamos para defenderlo y resistir
Amén”
«Muchas mujeres han tenido que salir por la puerta de atrás»
Merino ha resaltado que la acción colectiva se ha organizado en respuesta la «campaña ultracatólica que está impidiendo que las mujeres puedan ejercer su derecho y que va contra la ley». «El aborto es una ley, y están intentando impedir que se cumpla la ley, tratando de impedir que las mujeres acudan a esta clínica y entorpeciendo el trabajo de los profesionales que trabajan aquí», ha dicho, apuntando a la puerta de la clínica Gynetrisur, que lleva un mes con un grupo de antiabortistas (algunos de ellos sacerdotes, como el que estaba esta misma tarde) turnándose para estar apostados en la puerta.
En este ámbito, la portavoz del grupo feminista ha asegurado que, desde que empezó la campaña, «muchas mujeres han tenido que salir por la puerta de atrás». «La clínica ya se quejó de que estaban impidiendo que las mujeres pudiesen venir aquí con libertad, además en un momento de su vida muy complicado», ha concluido Merino.
Y, a continuación, ha vuelto a entonar a viva voz, junto a sus compañeras, el rezo laico, a apenas unos metros de quienes llevan ya 37 días usando la oración como excusa para perturbar el ánimo de las cordobesas que acuden libremente a abortar.