La Generalitat Valenciana explica que no puede actuar contra el centro concertado EFA El Campico, a no ser que haya una condena por despido improcedente
El director del centro concertado Escuela Familiar Agraria (EFA) El Campico, de Jacarilla, ha sido despedido, según el propio afectado, por propiciar que las niñas no sean discriminadas en la admisión como alumnas en el ciclo de Secundaria por razón de sexo. La EFA, propiedad de la Federación Valenciana de Escuelas Agrarias, y vinculada al Opus Dei, por su ideario segrega a los chicos de las chicas, y solo permitía chicos en las clases de Secundaria, lo que obligaba a que la niñas tuviesen que marcharse a otra localidad a cursar los estudios, dado que es el único centro que ofrece enseñanza Secundaria en la localidad alicantina.
Esta situación generó un conflicto del centro con los padres de las alumnas que aparentaba que este año se había solucionado al aceptar a 11 chicas para el próximo curso. Pero el cambio de política al parecer se ha hecho a regañadientes y se ha cobrado una víctima, el director del centro, Óscar de Santiago, que ha sido despedido.
La denuncia de esta presunta represalia la ha explicado el director –de 55 años– en una carta a la alcaldesa de Jacarilla, la socialista Pilar Díez, en la que ha lamentado que su despido se ha realizado «en plena pandemia, con seis hijos que alimentar y mi mujer en paro». En la misiva De Santiago apunta: «No firmé las admisiones». Las firmó el representante de la titularidad del centro, «pero había que cortar la cabeza de quien se posicionara a favor de la no discriminación, a favor de la igualdad de oportunidades para niños y niñas, a favor de las recomendaciones de la Inspección Educativa, a favor del respeto a las familias de las niñas con puntos para escolarizar en El Campico y de cumplir el artículo 14 de la Constitución, y las exigencias de la LOMCE».
En la misiva el exdirector destaca su gestión del centro señalando que ha pasado de 150 alumnos a 600, «saneando las cuentas, ayudando a formarse a miles de alumnos integralmente, luchado por cientos de familias, sin vacaciones ni fines de semana, dejando las clases de derecho para dedicar más tiempo a la EFA… este es el premio». «Cuando empezaron estos acontecimientos ni se me pasó por la cabeza que el final era este calvario», añade.
De Santiago afirma que el pasado 12 de agosto habló con Domingo González Sanchis, presidente de la Federación de EFA de la Comunitat Valenciana, propietaria del centro, y que le dijo que estaba despedido «por el tema de las chicas». Por ello De Santiago lamenta: «Lo que más me preocupa, lo que me angustia es mi futuro laboral, que me lo han arrebatado unos desaprensivos por pensar de forma diferente a ellos, en clara vulneración de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución». Denuncia que se trata de una «persecución ideológica».
Concierto con la Generalitat Valenciana
El exdirector ha señalado el hecho de que la EFA El Campico (junto a los otros dos que la Federación tiene en la Comunitat Valenciana) son concertados y por tanto reciben financiación de la Generalitat Valenciana, por lo que advierte de que se podría revisar el acuerdo. En la misiva Óscar de Santiago llega a reclamar que el centro sea intervenido por la administración y pide el amparo a la Conselleria de Educación.
No obstante, la conselleria afirma que en principio no tiene potestad para actuar porque se trata de un asunto privado entre el centro y el exdirector. Aun así, apunta que De Santiago tendría su derecho de acudir a la justicia para denunciar un presunto despido improcedente, y que en el caso de que los tribunales le dieran la razón sería cuando se podrían adoptar medidas sancionadoras.