Dos meses después de la visita papal, la justicia investiga la rebaja en transporte público
"La denuncia no se ajusta a la verdad, porque afirma que quienes han tomado esa decisión son miembros de partidos confesionales. Y en España no hay ningún partido confesional, y mucho menos el que tiene la responsabilidad de gobernar en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid". Con estas palabras despachaba el pasado viernes el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, la pregunta acerca de la investigación que, dos meses después del final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ha abierto el Tribunal de Cuentas sobre una rebaja excesiva hasta el 80% en los precios de los abonos para los jóvenes que acudieron el pasado mes de agosto a Madrid para ver a Benedicto XVI. Se trata de la penúltima polémica en torno a la visita papal que, como casi todas, se encuentra con el silencio de la Iglesiapor respuesta.
Así ha sucedido con el examen de los fondos invertidos por las administraciones públicas en la multitudinaria visita de Ratzinger, el pago de los cheques a los pequeños comercios o la ausencia de la tan anunciada auditoría externa sobre los gastos de la JMJ. Sesenta días después de que Benedicto XVI se marchara de España, el oscurantismo sigue siendo uno de los ejes de la actuación de los organizadores del evento que, por otro lado, parecen haber desaparecido junto al Papa ylas explicaciones.
El 20% de los establecimientos no ha cobrado el precio de los menús
Ni la Conferencia Episcopal, ni el Arzobispado de Madrid, ni la comisión organizadora de la JMJ han dado respuesta ante las acusaciones vertidas por algunos pequeños empresarios, que denuncian no haber cobrado el importe de los cheques que les entregaron los jóvenes peregrinos entre los pasados 16 y 21 de agosto.
Resistencia a pagar
El problema viene cuandoFehrcarem, la asociación que ganó el concurso para gestionar los menús de los peregrinos, se resiste a pagar a los hosteleros madrileños.
La organización no ha presentado los resultados de la auditoría externa
En su página web, la asociación explica que no han pagado a un 20% de los establecimientos. También señala que todos los empresarios se comprometieron a reintegrar a la Iglesia católica, en concepto de donativo, el 20% del concurso para gestionar la recaudación de la JMJ (15 millones de euros).
Por otro lado, la organización no ha informado todavía de los resultados de la auditoría externa, que supuestamente se ha encargado a Price Waterhouse y debía haberse hecho pública a finales del mes pasado. Con un presupuesto oficial superior a los 50 millones de euros sin contar las aportaciones "en especie" de las Administraciones públicas ni las exenciones fiscales al ser declarada la JMJ evento de interés especial, los organizadores insistieron en que las jornadas dejarían en Madrid más de cien millones de euros en beneficios.
Partido católico
Madrid bajó un 80% el importe de los abonos de transporte para peregrinos
Respecto a la investigación del Tribunal de Cuentas, tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento han insistido en que "se hizo exactamente lo mismo que en otros acontecimientos", como el Mundial de Baloncesto o la final de Champions. Sin embargo, la denuncia, admitida a trámite, señala que las administraciones municipal y autonómica "ofertaron precios públicos por debajo de coste o a pérdida de favor de los integrantes de la confesión religiosa católica", acusando a Comunidad y consistorio de comportarse "como simples apéndices del PP de Madrid", al que la denuncia se refierecomo "partido confesional católico".
Tanto la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, como el vicealcalde de la capital, Manuel Cobo, y el secretario de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, trataron de quitar hierro a la polémica. Todos señalaron que la medida se aplicó de forma "jurídicamente impecable". De hecho, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, concedió el premio Turismo 2011 al cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, por la organización de la JMJ.
Unas peregrinas comen bocadillos en una calle de Madrid durante la pasada Jornada Mundial de la Juventud. AFP
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