Cuantas veces, de una forma coloquial y espontanea, hemos expresado la frase «con la Iglesia hemos topado» cuando hemos visto o hemos hablado de los beneficios que la Iglesia católica tiene en nuestro país y lo poco que se puede criticar a esta por el apoyo externo que tiene.
Pues bien, esto viene a cuento por la permisividad que se está teniendo con la Iglesia católica para enajenar bienes públicos e inmatricularlos para hacerlos propios y sacar beneficios de estos impunemente. Por el oscurantismo que se tiene con la cantidad de casos de poca transparencia que tienen a la hora de justificar sus cuentas, muchas de ellas recibidas con dinero público o extrañas donaciones.
Y lo peor, la pederastia, que en casos de no ser de la Iglesia son y deben ser penados por la justicia, mientras a la Iglesia se le permite formar comisiones, falsas y absurdas, para ocultar y no condenar la cantidad de casos de violaciones y abusos que algunos prelados cometen y que, como personas que son, deben ser condenados y la justicia civil, y no eclesiástica, debe condenar. Pero está claro, «con la Iglesia hemos topado».
Ximo Estal
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