Apenas han pasado dos días desde que veíamos a la alcaldesa junto con sus dos tenientes de alcaldesa de procesión, y ya es 9 de octubre.
Otro 9 de octubre que nuestro Ayuntamiento, simbólicamente representado por el Pendón portado por el concejal más joven (en realidad, éste se limita a acompañar a la persona que físicamente lo porta) junto con gran parte de la Corporación municipal y una nutrida representación de los cuerpos y fuerzas de seguridad y militares, en una suerte de procesión cívico-religiosa, acude hasta la iglesia de San Dionisio para rezarle el Te Deum al patrón.
Otro 9 de octubre que nuestras instituciones, atentando contra el principio de aconfesionalidad recogido en nuestra Constitución, se someten a ritos religiosos en los que la representación de la ciudadanía, sea en forma de Pendón, Bastón de Mando o la propia Corporación Municipal, además de los mencionados cuerpos y fuerzas de seguridad de los que cabría esperar la más absoluta neutralidad en materia religiosa, se ven subordinados a la institución eclesiástica.
