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Anticlericalismo y capitalismo en el PSOE a comienzos del siglo XX

En diversos trabajos venimos repasando las ideas sobre la Iglesia del Partido Socialista en los primeros decenios del siglo XX. En noviembre de 1906 se publicó un artículo de fondo en El Socialista con el título de “Anticlericalismo y Capitalismo”, que incide en lo que ya conocemos sobre la materia: crítica al anticlericalismo de liberales y republicanos, y planteamiento económico sobre el mismo.

El artículo salía a colación de un conato de rearme anticlerical a raíz de un enfrentamiento de la Iglesia con el gobierno en 1906, al escucharse consignas contra el clero para desapareciesen los males que se padecían en España.

Los socialistas insistían en un análisis económico de los problemas frente al ataque directo a la Iglesia. Los males sociales, la miseria, la criminalidad y hasta la prostitución tenían que ver con la explotación económica del sistema capitalista. En tanto que este régimen no desapareciera no terminaría la esclavitud.

La Iglesia, como el Ejército y hasta la Magistratura, no podría ser totalmente abatida mientras existiera el capitalismo, porque, al igual que éstas, estaba íntimamente vinculada al mismo. Así pues, el problema en sí no era el clero, sino el capital. Las fuerzas habría que concentrarlas en derribar el sistema económico. Los trabajadores no debían embestir contra el clero directamente porque errarían el objetivo real, corriendo el riesgo de empeorar su realidad. En consecuencia, los obreros tenían que organizarse, uno de los pilares de la estrategia socialista, para ser fuertes, para disminuir la “tiranía patronal”, para conseguir mejoras salariales, reducir la jornada laboral, y conocer realmente las causas de la opresión y los medios para hacerla desaparecer.

Trabajar para combatir la influencia clerical, como el poder de los militares y el de los jueces, debía ser un objetivo secundario, salvo en los momentos en los que se dedicaran a perseguir a los trabajadores. En este caso, había que emprender una lucha bien meditada y seria para evitar que se dañasen los intereses obreros al confundirse la lucha con la de determinada burguesía. En este sentido, seguía muy presente la estrategia política enfrente de las fuerzas republicanas, aunque fueran de signo progresista o avanzado, en lenguaje de la época. Para los socialistas estas fuerzas tendían a manipular a los obreros cuando querían luchar contra el clero, los militares o la justicia. No olvidemos que nos encontramos en la época en la que ya se habían producido los hechos del “¡Cu-Cut”!, y la polémica en relación con el poder creciente del Ejército en la vida política española.

Los socialistas criticaban a los anticlericales de “doublé”, “comefrailes” y “comecuras” en mítines y periódicos, pero que, a la hora de la verdad, no atacaban a la Iglesia.

Un obrero consciente, un obrero con conciencia de clase, podía combatir el clericalismo, pero como un objetivo secundario o auxiliar del principal, el de derribar el régimen capitalista. Una vez derrotado, arrastraría en su caída a todas las instituciones que le habían servido de apoyo, como la Iglesia.

Hemos consultado el número 1077 de El Socialista.

Para profundizar es necesario acudir a la bibliografía existente: V. Arbeloa, Socialismo y anticlericalismo, Madrid (1973); L. Gómez Llorente, Aproximación a la historia del socialismo español hasta 1921, Madrid (1976); y R. Mate y V. Arbeloa, “La crítica de la religión en el socialismo español”, Sistema, 31 (1979). También podemos leer del autor de este trabajo un artículo publicado sobre el mitin anticlercial de 1901 en el que participó Pablo Iglesias, y que está publicado en mayo de 2018 en El Obrero, así como el que en Observatorio del Laicismo publicamos en septiembre de ese mismo año comparando el “anticlericalismo burgués” con el socialista en Mariano García Cortés.

Eduardo Montagut. Historiador

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