A pesar de que vivimos en un estado laico, como lo marcan dos artículos de la Constitución Mexicana, el 24 y el 130, así como la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público que establecen límites a las organizaciones de culto religioso en México, instituciones públicas como el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento capitalino colocaron altares en honor a la virgen de Dolores al interior de sus sedes.
Al respecto, la Constitución señala lo siguiente:
Artículo 24. Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley.
(reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de enero de 1992)
- El congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna.
- Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de estos se sujetaran a la ley reglamentaria.
Artículo 130. El principio histórico de la separación del estado y las iglesias orienta las normas contenidas en el presente artículo. Las iglesias y demás agrupaciones religiosas se sujetarán a la ley.
(reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de enero de 1992)
Corresponde exclusivamente al Congreso de la Unión legislar en materia de culto público y de iglesias y agrupaciones religiosas. La ley reglamentaria respectiva, que será de orden público, desarrollará y concretará las disposiciones siguientes:
- Las iglesias y las agrupaciones religiosas tendrán personalidad jurídica como asociaciones religiosas una vez que obtengan su correspondiente registro. La ley regulará dichas asociaciones y determinará las condiciones y requisitos para el registro constitutivo de las mismas.
- las autoridades no intervendrán en la vida interna de las asociaciones religiosas;
- los mexicanos podrán ejercer el ministerio de cualquier culto. Los mexicanos, así como los extranjeros deberán, para ello, satisfacer los requisitos que señale la ley;
- en los términos de la ley reglamentaria, los ministros de cultos no podrán desempeñar cargos públicos. Como ciudadanos tendrán derecho a votar, pero no a ser votados. Quienes hubieren dejado de ser ministros de cultos con la anticipación y en la forma que establezca la ley, podrán ser votados.
- los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios.
- Queda estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones políticas cuyo título tenga alguna palabra o indicación cualquiera que la relacione con alguna confesión religiosa. No podrán celebrarse en los templos reuniones de carácter político.
Además, la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado como parte de la preservación de las tradiciones del país y de la entidad, ha realizado distintas invitaciones para visitar la exposición de Altares de Dolores en los distintos espacios culturales.
El secretario de Cultura Armando Herrera Silva, indicó que la exposición de los Altares de Dolores se encuentra en los museos del Ferrocarril, de la Máscara y Francisco Cossío, así como en las casas de cultura de San Sebastián y San Miguelito, y de igual manera en espacios que se supone deben ser laicos como el Palacio de Gobierno.
El funcionario estatal dijo que el Altar de Dolores es una representación religiosa, que se celebra ocho días antes del viernes Santo para lo que se montan altares en templos y hogares:
“La costumbre del Altar de Dolores se inicia en México con la evangelización; los frailes españoles trasladaron a México el culto mariano y los indígenas con su ingenio y creatividad, lo adornaron a su gusto y le dieron sus propias características, con el paso de los años este altar se comenzó a realizar en los exteriores de las casas”, puntualizó.
La diputada panista Josefina Salazar Báez dijo que “sin duda alguna se está hablando de la laicidad en el tema de la aplicación de las políticas públicas, sin embargo, las instituciones también están obligadas a retomar lo bueno y las costumbres de la sociedad”.
Destacó actividades como la Procesión del Silencio que atrae al turismo internacional: “yo creo que es parte de la dinámica que se da en un estado y que nosotros tenemos ya que muchos de los potosinos tenemos muy arraigadas ciertas costumbres; para mí como potosina es un orgullo ese tipo de condiciones”.
Óscar Bautista Villegas, diputado priista, declaró abiertamente que es católico, además de que dijo que es importante recordar la festividad en San Luis Potosí ya que hay una tradición que pone en alto al estado, “que es la Procesión del Silencio y que tiene décadas, transformándose en un símbolo de San Luis Potosí”.
Por otro lado, Graciela Gaitán Díaz aseguró que se tendría que hacer un llamado muy puntual a todas las instituciones públicas, “es como la educación que debe ser laica y gratuita y obligatoria. Eso no debe de ser; para eso existen las iglesias”.
Enfatizó también que las instituciones públicas deben ser respetuosos del estado laico como lo marca la constitución.
El especialista jurídico, Marco Antonio Martinez Campos aseguró que no se transgrede las normas constitucionales ya que se trata de una mera tradición, sin apelar a la evangelización de los ciudadanos con la colocación de estos famosos altares.
Destacó que estas tradiciones se encuentran arraigadas desde los tiempos de la conquista, naturalizando este estado durante siglos. Sin embargo, dijo se han transformado más allá del tinte religioso para permanecer como una actividad de índole cultural.
José Luis Medellín, filósofo, indicó que las autoridades deben ser más permisivas, ya que para los ciudadanos es una cuestión que se ha arraigado durante mucho tiempo y que puede ser tomado como un icono de cultura e identidad potosina.
El también catedrático añadió que así como a la religión católica se le permite esta difusión en instituciones públicas, se debe dar paso que otras religiones trasmitan sus tradiciones.
