Las Fuerzas de Seguridad vigilan a un empresario islámico que asegura defender el diálogo entre religiones pero propugna en su país la inferioridad de la mujer y la persecución de la homosexualidad
El jeque saudí Abdul Aziz al-Fawzan aterrizó en España hace una década con la supuesta intención de promover el diálogo interreligioso, conectar culturas y fomentar la alianza de civilizaciones. El 12 de julio de 2012, convirtió en realidad su primer gran proyecto, Córdoba Internacional TV, un canal musulmán que emite en abierto y en castellano programas religiosos y de actualidad a través de internet y la plataforma Hispasat. Y el pasado noviembre dio un nuevo paso, constituyendo la Fundación Taqwa, que tiene como objetivo en sus estatutos “promover, realizar y fomentar la difusión del mensaje de la paz”. El problema es que, tras esas buenas intenciones, Al-Fawzan oculta su alineamiento con una de las visiones más radicales del islam y su estrategia para expandirlo por España, buscando la adhesión de los dos millones de musulmanes que ya residen en territorio nacional. Fuentes de las Fuerzas de Seguridad han confirmado a El Confidencial que están siguiendo sus pasos para evitar que ponga en riesgo la convivencia y se convierta en un foco de radicalización.
Sus planes son ambiciosos. Solo unos días después de constituir la Fundación Taqwa, Al-Fawzan cerró la compra del antiguo casino de Toledo, un edificio histórico de tres plantas situado en la plaza de la Magdalena, en pleno centro de la ciudad. El jeque anunció que su objetivo era convertir sus 1.000 metros cuadrados y 300 metros adicionales de terraza en un centro cultural y religioso que contribuya a la difusión del islam. Y, según fuentes de las Fuerzas de Seguridad, está en negociaciones con propietarios para abrir centros islámicos similares en Granada y Córdoba, dos ciudades cargadas igualmente de simbolismo para los seguidores de Mahoma.
Su relación con España también se está estrechando en el campo de los negocios. En febrero de 2015, montó la firma Pec Work Travel SL, dedicada a “actividades de gestión empresarial”, y a los dos meses entró en el sector de la alimentación para musulmanes abriendo la Institución Islámica Internacional Halal SL, una mercantil que tiene por objeto la importación de alimentos y bebidas que cumplen las normas del rito islámico. Se muestra como una hombre de negocios moderno, se relaciona con otros medios de comunicación y traslada una visión del islam conciliadora.
Pero la inquietud de los servicios de la lucha antiterrorista es máxima. Tras esa apariencia, se esconde un firme defensor del wahabismo, la rama suní que se profesa en Arabia Saudí, considerada de forma unánime el precedente religioso directo del Estado Islámico. En su país, Al-Fawzan propugna la estricta aplicación de la ley islámica, la inferioridad del cristianismo, la aniquilación de los derechos de la mujer y el combate contra todos los valores, en general, de las sociedades occidentales. La defensa del diálogo interreligioso solo es una coartada para no llamar la atención en un país que todavía tiene un conocimiento vago de las diferentes confesiones y sectas del islam.
Su verdadero pensamiento ha quedado retratado en numerosos programas de televisión de su país, donde interviene en calidad de reputado profesor de la ley islámica. En una entrevista concedida en 2005 al canal Al-Majd TV, se preguntó cómo era posible que se respetara el cristianismo. “Alguien que niega a Alá, adora a Cristo, hijo de María, y afirma que Dios es la tercera parte de una trinidad… ¿cómo te van a gustar estas cosas que dice y hace? ¿No odias la fe de un politeísta que dice que Dios es la tercera parte de una trinidad, o quien adora a Cristo, hijo de María? Alguien que permite y comete fornicación, como en los países occidentales, donde la fornicación es permitida y no considerada un problema, ¿no odias esto? El que dice: “Yo no lo odio”, no es un musulmán, mi hermano. Pero esto no es racismo, mi hermano. No odiamos a un politeísta por su color, género, sangre, país o porque es americano, europeo, chino o asiático. Sin embargo, si esa persona es un infiel, debo odiarlo, su herejía y su desafío a Alá y su profeta. Debo odiar sus abominaciones. Debe ser un odio positivo. Debe hacerme sentir compasión por él, debe guiarme para cambiarlo”.
En un sermón de 2007, abordó la posición que, según su visión del islam, debe tener la mujer en la sociedad y en la familia. “El islam protege a la mujer y garantiza sus derechos. El islam ha protegido a la mujer en una cerca de compasión y misericordia. Se ha demostrado que la naturaleza retorcida de las mujeres se deriva de su propia creación. Así es como Alá quería a la mujer, por lo que el marido debe adaptarse a ella y ser paciente. Él no debe darle a ella demasiadas cosas que hacer o cosas que ella es incapaz de hacer. El marido no debe hacer nada que sea contrario a su naturaleza (…) Debe hacer la vista gorda a sus errores y tolerar todas las tonterías que pueda decir, porque forman parte de su creación (…) Tanto el marido como la mujer deben satisfacer los impulsos naturales del cónyuge y deben tratar de satisfacer sus deseos cuando no haya nada que lo impida. Por esta razón, el profeta dijo: ‘Cuando un hombre llama su esposa para cumplir sus necesidades, ella debe ir a él, incluso si ella está ocupada con el horno”.
En otras apariciones, ha denunciado que las mujeres musulmanas se desprendan del velo y traten de imitar la forma de vestir en Occidente. Incluso aseguró que el tsunami que en 2004 acabó con la vida de más de 400.000 personas en la costa del Índico era un castigo divino por la construcción en esos países de complejos hoteleros que no respetaban la ley islámica. En 2010, en una nueva entrevista en Daleel TV, criticó el avance de los valores occidentales. Aseguró que no había ningún problema en la riqueza que genera la globalización. “Está bien y hay que utilizarlo en nuestro beneficio. El problema radica”, añadió, “en lo que acompaña a los logros económicos. (…) Algunas personas quieren occidentalizar nuestra sociedad en todo lo posible, pero saben que si ellos abogan por la fornicación, las relaciones sexuales prohibidas y la homosexualidad, el pueblo les apedrearía. ¿Qué hacen ellos entonces [países de Occidente]? Se acercan con leyes descarriladas, que sientan las bases para que se produzcan [en el futuro] esos crímenes y abominaciones”.
El discurso tiene pocas similitudes con el respeto y el diálogo interreligioso que supuestamente propugna la estructura mediática y cultural que ha creado en España y que planea extender por otros territorios de la geografía nacional. A sus propios recursos económicos, hay que sumar también los de Arabia Saudí, principal promotor mundial del wahabismo. El jeque tiene contactos en las más altas esferas de la monarquía de Salman bin Abdulaziz. De hecho, uno de los administradores de la sociedad que creó en 2010 para lanzar Córdoba TV, Primavera en Córdoba SL, es consejero desde 2008 de la embajada de Arabia Saudí en Madrid. Se trata de Abdulmajeed Almudarra, que tiene un canal en YouTube en el que cuelga vídeos sobre su estancia en España.
Fuentes de la lucha antiterrorista aseguran que están vigilando los movimientos de Al-Fawzan por temor a que se convierta en un freno para la integración de los musulmanes. No se le han descubierto vínculos con grupos terroristas, pero se le considera una amenaza por su labor de proselitismo de una corriente tan extrema del islam y preocupa que su adoctrinamiento deje a musulmanes de segunda o tercera generación a las puertas del yihadismo. Parte de los autores del 11-M habían pasado antes por Hermanos Musulmanes, otra rama rigorista del islam. También hay precedentes de seguidores de la secta islámica Tabligh que han pasado de defender la contemplación introspectiva a colocar artefactos explosivos.
Por ahora, Al-Fawzan ha aprovechado el desconocimiento que impera en la sociedad española sobre el islam para no provocar ninguna protesta ni señales públicas de alarma. Ningún partido político de Toledo ha denunciado su aterrizaje en la ciudad, pese a su duro discurso contra otras religiones, las mujeres o los homosexuales. El jeque saudí ha logrado establecerse con el máximo sigilo.
No es el único movimiento de Arabia Saudí en España. Como contó El Confidencial, el Centro Cultural Islámico de Madrid, controlado por ese país y responsable de la gestión de la mezquita de la M-30 de la capital y de otros centros en la costa malagueña, ha conseguido que Partido Popular y Podemos se pongan de acuerdo en Las Palmas para lograr la cesión de una parcela de 3.200 metros cuadrados de suelo público en la ciudad. Los responsables del Centro Cultural Islámico de Madrid ya tienen la autorización municipal para levantar la mayor mezquita de Canarias y una de las más grandes de España. Contribuirá a propagar el wahabismo en España.