Tras defender la institución del matrimonio, que se da entre un hombre y una mujer, la diputada federal Cecilia Romero, comentó que se debe buscar una figura legal que garantice los derechos humanos de las parejas del mismo sexo.
En entrevista en el Congreso local, previo a una reunión con diputados locales, comentó los políticos están obligados a buscar espacios que permitan ejercer la libertad y los derechos humanos de todos los ciudadanos, “sin cortapisas”.
La panista, señaló que la iglesia no puede ejercer presión a los Congresos locales para limitar la generación de modificaciones legales que garanticen el desarrollo personal de todos los ciudadanos, sin importar su género o tipo de preferencia.
“Si respetamos a la persona y si respetamos la institución matrimonio, me parece que debe haber instituciones que den certeza jurídica a todas las personas de la manera como crean que puedan hacerlo”.
Evitó confirmar si la reforma al código civil debe omitir la definición de matrimonio, como la unión de un hombre y una mujer, al señalar que ese concepto se generó desde la creación de la civilización para preservar a la especie humana.
“El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer, esto no lo invente yo, ni lo dicen los principios del PAN, lo dice la tradición y civilización milenaria”.
Partiendo de ese hecho, insistió, se tendrá que buscar un nuevo concepto que permita dar certeza económica y jurídica a parejas de personas del mismo sexo.
Dijo que la Iglesia Católica no tiene nada que ver con el tema, y se debe hacer valer el Estado laico, “esto no tiene que ver con instituciones, tiene que ver con conceptos claros”.
Aclaró que la idea de matrimonio es claro, y ejemplificó que cuando una mujer va a la cancha de fútbol de los Tiburones Rojos y se limita su ingreso, no implica que la estén discriminando.
“Es un espacio para futbolistas y para jugadores y si no me dejan entrar, no me voy a sentir discriminada”.
Comentó que en este momento se está buscando conciliar los principios del PAN que son la no discriminación, el respeto a los derechos humanos y a las instituciones, entre ellas el matrimonio, y generar espacios donde todos puedan ejercer los derechos adquiridos.
Hay que recordar que la Suprema Corte de Justicia, así como el Congreso federal han hecho recomendaciones para legislar sobre derechos de tercera generación, que incluye el matrimonio igualitario.
