Desde los inicios del siglo XVI la ciudad vivió épocas de exaltación religiosa motivada por la necesidad de algunos sectores de la sociedad de mostrar su fe y se lanzaron a erigir cruces en lugares especialmente señalados de la capital. Lo hacían familias de cualquier nivel, adineradas y humildes, los gremios y artesanos. Canteros y escultores pusieron su arte al servicio del símbolo del cristianismo, que tras la llegada de los Reyes Católicos, había comenzado a izarse en algunos puntos clave en la conquista del Reino de Granada, como homenaje a hechos heroicos y religiosos.
Solo quedan 25 cruces de las que se levantaron en esa época y algunas más que fueron instaladas en los siglos XVII al XX. Un recorrido para descubrirlas se puede iniciar con la más antigua y sencilla, ubicada en lo que eran las puertas de la ciudad desde el camino de Santa Fe, donde se detenían los carruajes fúnebres con los cadáveres de los reyes que como la emperatriz Isabel, esposa de Carlos V, eran trasladados para ser enterrados en Granada. Es la Cruz Blanca, que aún se encuentra en la avenida de Constitución, junto a la entrada del hotel Vincci. Su origen fue una pequeña cruz levantada al inicio del siglo XVI, que se encontraba muy deteriorada y los vecinos del barrio la reconstruyeron tal y como está en la actualidad. La inauguraron el 3 de mayo de 1625, una fecha que se convirtió en la primera celebración del Día de la Cruz.
La ruta asciende hacia el barrio de San Lázaro hasta la ermita de San Isidro, donde hay una pequeña cruz de hierro forjado que los vecinos ubicaron en ese lugar en 1590 donde no había templo alguno. Al reunirse en torno a este símbolo provocaron la construcción de la ermita. Un corto paseo por la calle Ancha de Capuchinos lleva hacia la calle Parra Alta de Cartuja. Allí está la plaza de la Cruz, con una instalación de piedra que los vecinos construyeron a finales del siglo XVII.
Hay que ascender al Albaicín alto, pero antes, a la espalda de la antigua escuela Normal, está la plaza de la Libertad. Se llama así como homenaje a Mariana Pineda, en el lugar donde fue ejecutada. La cruz de hierro que coronaba el patíbulo está allí, sobre una columna de mármol levantada hace 30 años.
El Albaicín es con el Sacromonte donde se ubicaron la mayoría de las cruces de piedra. Es posible ascender por la cuesta de la Alhacaba y desde la placeta Almona del Albaicín y la calle Larga de San Cristóbal llegar al mirador, que está coronado por una pequeña cruz de hierro, y desde allí hacia la placeta de San Bartolomé, con una gran cruz de mármol que se ubicó para cristianizar el barrio en 1600. La cruz actual es una réplica realizada recientemente, ya que poco después de iniciarse la II República, en 1932, fue destruida como otros símbolos cristianos de la ciudad.
Hay que caminar hacia la calle Pagés para ascender hacia una de las cruces más conocidas y respetadas por los granadinos, la cruz de la Rauda. Pero en el camino hacia el mirador y el acceso al cerro del Aceituno y San Miguel, en la calle San Gregorio Alto, hay dos cruces, una de gran tamaño, generalmente rodeada de vehículos, en la iglesia de San Gregorio, y otra en la placeta de Cruz de Piedra. Sencilla y casi olvidada junto a un viejo aljibe que inicia la calle San Luis desde la que se accede a la Rauda, con su venerada cruz de terracota muy deteriorada y restaurada después de que fuese semidestruida durante la II República. Un lugar desde el que se contempla la totalidad de la ciudad y en el que se ubicaba uno de los cementerios musulmanes del barrio nazarí.
En el Albaicín quedan otras dos cruces que pueden visitarse si desde la Rauda se baja hacia el mirador de San Nicolás, donde se alza una vieja cruz de piedra gris sobre una peana ancha que sirve de asiento a los centenares de turistas que siempre llenan la plaza. Abajo, por la calle de Santa Isabel la Real se llega a la plaza de San Miguel Bajo, con el Cristo de las Lañas, una de las pocas cruces que tiene la imagen del crucificado. Se llama de ‘Las Lañas’ porque tras ser destruida por soldados republicanos los vecinos guardaron los trozos y después los graparon con lañas.
El Monte Sacro
La ruta de las cruces continúa hacia el Sacromonte, donde solo quedan una pequeña cruz truncada en las inmediaciones de la subida a la Abadía, y las dos que se encuentran en la ermita del Santo Sepulcro en el acceso a la Abadía. Un camino donde había decenas de cruces y de las que solo quedan seis realmente significativas y de gran valor histórico y artístico. La más espectacular, la primera que se encuentra ya en las proximidades del complejo religioso, es la de los soldados de la Alhambra. Le llamaron la cruz verde porque tenía bolas y adornos de mármol de ese color. Junto a ella, en el camino que baja hacia la ladera, está la de los tejedores de seda, un gremio con gran poder económico en la Granada de 1600. Y más arriba, junto a las Santas Cuevas, la de los Ganapanes, los mozos de cuerda que llevaban los bultos en Bibrrambla y Plaza Nueva, por unas monedas. En la plaza central de la Abadía está también la cruz de los Franciscanos, y en las escaleras de acceso a las cuevas una pequeña cruz blanca también recuerdo de los gremios.
De vuelta a la ciudad, en la Carrera del Darro, casi oculta en el enrejado de la iglesia de San Pedro, hay una pequeña cruz de mármol sobre una estilizada columna. Es el centro del espacio que antecede al templo construido bajo las torres de la Alhambra.
En la fortaleza palatina nazarí, solo hay una cruz junto a la iglesia de Santa María de la Alhambra, realizada con un trozo de columna de las que se trajeron para el palacio de Carlos V. No tiene brazos. En su lugar una placa de piedra en honor a dos mártires franciscanos.
Junto al auditorio Manuel de Falla hay una gran cruz que se denomina de los Mártires porque era el punto de acceso al antiguo convento de los Carmelitas. Suele esta oculta entre la vegetación de primavera y solo en invierno aparecen sus brazos recortados sobre la ciudad.
En el bosque, la pequeña cruz del marqués de Mondéjar junto al monumento a Ángel Ganivet. Y en la cuesta de Gomérez, junto al Arco de las Granadas, una cruz de piedra de más de seis metros de fuste da paso al interior del bosque.
Conocer la Granada de las cruces de piedra es realizar un viaje en el tiempo, un reconocimiento a la expresión popular a través de la historia más cercana.
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Paso a paso
1. Cruz Blanca: Av. Constitución.
2. San Isidro: Av. de Madrid.
3. Placeta de la Cruz: Barrio de Cartuja, calle Parra Alta.
4. Mariana Pineda: Plaza de la Libertad a espaldas de la Normal.
5. San Cristóbal: Mirador.
6. San Bartolomé: En la plaza.
7. San Gregorio Magno: Calle San Gregorio Alto.
8. Cruz de Piedra: En la plaza del mismo nombre.
9. Cruz de Rauda: En el mirador camino de la Rauda y San Miguel.
10. San Nicolás: En el mirador
11. Cristo de las Lañas: En la plaza de San Miguel Bajo.
12. Santo Sepulcro: Dos cruces en el inicio de la subida a la Abadía.
13. Abadía: Cuatro cruces importantes, la de los soldados de la Alhambra, los tejedores de seda, los ganapanes y lños Franciscanos en la explanada del complejo..
14. San Pedro: Carrera del Darro.
15. Artilleros: En el inicio del bosque de la Alhambra.
16. Franciscanos: Junto a Santa María de la Alhambra.
17. Mondéjar: Junto al monumento a Ganivet, en el bosque.
18. Cruz Mártires: Junto a la entrada del Auditorio Manuel de Falla.
19. Cristo de los Favores: Campo del Príncipe.
20. Cruz de Gracia: Plaza de Gracia.