"Me voy satisfecho. Cuando llegué había varios frentes abiertos entre el Gobierno español y el Vaticano, y ahora no hay ningún contencioso. Estoy contento de haber normalizado una relación que, guste o no guste, es de gran importancia para España".
Francisco Vázquez, el 158º embajador de España ante la Santa Sede, puso hoy el punto final a su misión diplomática ante al Vaticano haciendo balance de lo que han sido sus cinco años en el cargo. Su sucesora, María Jesús Figa López-Palop, la primera mujer en desempeñar el cargo de embajadora española ante la Santa Sede, presentará el sábado sus credenciales ante Benedicto XVI.
Como es tradición, Vázquez fue recibido hoy por el Papa en una audiencia de despedida. "Le he encontrado muy bien", aseguraba respecto a Benedicto XVI, que mañana cumplirá 84 años, y quien Vázquez obsequió con dos discos, uno de ellos de música Bach en versión jazz. Pero al igual que hizo a su llegada a Roma en 2006, el ex alcalde de A Coruña se quiso despedir de la Ciudad Eterna acudiendo a visitar la tumba de 'su' Papa, Juan XXIII.
Posteriormente, en una comida con los corresponsales españoles en Roma, Vázquez no ocultaba su orgullo por haber conseguido que durante su mandato como embajador ante la Santa Sede se haya aprobado la ley de financiación de la Iglesia y se haya aparcado, al menos por esta legislatura, la ley de libertad religiosa. "Una ley bastante conflictiva que podía reabrir viejas heridas", sentenciaba.
Parte del éxito de la gestión de Vázquez puede deberse precisamente al hecho de que no es un diplomático, sino un político. "Creo que en los cinco años que he estado como embajador no he mandado jamás un despacho", se jacta. Pero, a cambio, ha conseguido transformar el Palacio de la Plaza de España, donde tiene su sede la embajada ante la Santa Sede, en un importante punto de encuentro y de diálogo.
¿Y ahora qué? El nombre de Francisco Vázquez suena desde hace tiempo para el cargo de Defensor del Pueblo, pero su nombramiento no se acaba de concretar. "Llevó más tiempo como candidato de lo que nadie haya estado nunca desempeñando ese cargo". bromeaba ayer. Así que, por ahora, el embajador saliente ante la Santa Sede ha pedido su reincorporación a la inspección de Trabajo. "Pedí la excedencia en 1979. Quién me iba a decir a mí que aquellos dos años que me pasé encerrado en casa estudiando ahora me iban a servir…. Aunque me va a costar ponerme al día", aseguraba.
Pero que nadie se confunda: el ex alcalde de A Coruña ni se plantea, ni por un instante, abandonar la política. "Evidentemente, seguiré en política", aseveraba. "Pero creo que es bueno que uno mantenga su profesión. Porque la política no debe de ser una profesión, sino una vocación".
Respecto al hecho de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero haya decidido cambiar al embajador ante la Santa Sede cuando sólo queda un año para que concluya la actual legislatura, Vázquez lo justifica asegurando que fue él quien se lo solicitó al presidente del Gobierno durante le reciente viaje del Benedicto XVI a Santiago de Compostela y a Barcelona. "Fui nombrado embajador para cumplir un fin Y ese fin ya lo he cumplido", sentenciaba.