Siete Guardias Civiles ataviados con el uniforme de gala y bicornio fueron los encargados de sacar el crucificado que marcaba las estaciones del Vía Crucis por las calles del centro de Valladolid con motivo del 25 aniversario del nombramiento del cuerpo como Cofrade de Honor del Nazareno de Valladolid. También se encargaron de trasladar hasta su sede en la iglesia de Jesús la talla desde la última estación hasta el interior del templo. El resto de la procesión escoltó las dos imágenes que este miércoles tomó parte de la procesión que centraba la atención del público en la tarde del Miércoles Santo.
También era novedad esta noche la banda del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, con calidad excelente, solos de corneta destacables, algunas marchas quizá un tanto alegres, pero bien interpretadas, demostrando que es posible tocar deliciosamente con el rostro cubierto, al estilo de León, con el denominado capillo.
En la cuarta estación se produjo el encuentro del Nazareno con la Vera Cruz en la puerta de su sede, para más tarde repetir entonando la Salve Popular frente a Las Angustias, en presencia y con la bendición del Cardenal y Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, para regresar nuevamente a su sede junto a la Plaza Mayor.