Han pasado 37 años desde el estreno de ‘La vida de Brian’ y, por asombroso que resulte, su proyección aún puede desatar represalias por parte del Estado en un país europeo. En su día (1979), la hilarante parodia bíblica de los Monty Python fue prohibida en Irlanda y en Noruega (lo que le sirvió a los vecinos suecos para sacarse de la manga un eslogan promocional inolvidable: “Tan divertida que la han prohibido en Noruega”) y en España estuvo al filo, pero la censura post franquista la dejó pasar, seguramente porque no pillaron el chiste.
De hecho, la película estuvo a punto de no rodarse por “blasfema” y si finalmente vio la luz fue gracias al mecenazgo del ex Beatle George Harrison, que puso de su bolsillo 2 millones de libras, sólo porque quería ver el resultado. Se trató -bromeaban posteriormente los Monty Python- de la entrada de cine más cara de la historia.
Sin embargo, hoy en día en Alemania pueden condenarte por hacer una proyección pública de ‘La vida de Brian’ en Semana Santa. Es lo que le ha sucedido a Martin Budich, promotor de un grupo llamado Libertad Religiosa en el Ruhr, que lleva tres años proyectando la película en la ciudad de Bochum y acumulando denuncias por parte de los jueces. Precisamente, ése es el objetivo de Budich: llevar el caso al tribunal supremo y derogar la anacrónica ley que prohíbe que la gente monte una fiesta o proyecte una película no aprobada por el Estado durante las vacaciones religiosas, según informa The Local.
El organizador de la velada “blasfema” fue multado con 100 euros por un tribunal local después de aquella proyección a la que acudieron dos docenas de personas. Desde entonces, la proyección en Viernes Santo de ‘La vida de Brian’ se ha convertido en una suete de tradición atea local, y 400 personas acudieron a la última sesión, dispuestos a pagar la multa correspondiente.
¿Cómo es posible que un país laico como Alemania reconozca en su constitución el derecho a ofenderse de los creyentes? Según el instigador de la protesta, en lo que concierne a las relaciones Iglesia-Estado, “Alemania está un poco más cerca de Arabia Saudí que otros países que pasaron la Ilustración”.
“En ningún otro país de Europa la Iglesia tiene tantos privilegios como en Alemania -afirma Martin Budich-. El Estado recauda impuestos en nombre de la Iglesia, y los colegios públicos están obligados a impartir clases de religión. Las leyes anti blasfemia son sólo la punta del iceberg”.