El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, asistió al gran rezo
La mezquita del Cerro de la Palma Santa volvió a vivir este pasado fin de semana la celebración de la Zawiya Al-Alawiya, una fiesta que ya se ha convertido en una tradición y por la que este año se han desplazado hasta Melilla entre 1.500 y 2.000 fieles musulmanes sufíes de numerosas ciudades de Marruecos, Argelia y países europeos. Durante toda la madrugada de ayer, los peregrinos tomaron parte en el momento álgido de la Zawiya Al-Alawiya, que es el gran rezo final en honor al santón Sied Mohamedi At-Tahiri.
La Zawiya Al-Alawiya conmemora el encuentro anual fundado por el santón Sied Mohamedi At-Tahiri, enterrado en la mezquita del Cerro de Palma Santa. Esta peregrinación se ha convertido en toda una tradición que estrecha cada año con más fuerza los vínculos entre los musulmanes que elevan sus plegarias y claman por la paz, la libertad, la convivencia y "la mejora de todo lo posible", según explicó a este Diario el secretario de la Asociación Cultural Zawiya Al-Alawiya de Melilla, Mohamed Hamed Ali Zouddhi.
Durante toda la noche, los peregrinos, ataviados con chilabas blancas y llamativos collares, rezaron el Corán e intercambiaron reflexiones sobre la paz, el terrorismo o los conflictos bélicos.
Al gran rezo de anoche asistieron numerosas autoridades melillenses, entre ellas el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, que estuvo acompañado por el consejero de Fomento, Rafael Marín, y el decano del Colegio de Abogados, Blas Jesús Imbroda. También asistió el delegado del Gobierno, Gregorio Escobar.
Todos ellos quisieron acompañar a estos fieles musulmanes en un momento tan importante y místico de su peregrinación desde distintos puntos del Norte de África y de la Península, la mayoría procedentes de Fez, Marrakech, Agadir, Rabat, Casablanca, Larache, Alhucemas y Ouxda, e incluso de otros países de Europa.
La peregrinación comenzó el jueves al mediodía y finalizó ayer por la tarde, momento en que los peregrinos se despidieron rumbo a sus ciudades hasta el próximo año.
Según explicó el secretario de la Asociación Cultural Zawiya Al-Alawiya, este año ha peregrinado hasta Melilla un número similar al del año pasado, aunque con la diferencia de que se han quedado en nuestra ciudad menos días. Hasta ahora, lo habitual es que los peregrinos se quedaran los cuatro días que dura la Zawiya Al-Alawiya, aunque este año se han quedado sólo uno o dos días, seguramente por los efectos de la crisis, tal y como reconoció Mohamed Hamed.
Imbroda se mostró encantado de poder compartir el gran rezo, ya que “de estas personas que vienen de sitios tan lejanos se desprende paz, respeto, fraternidad, amistad y esto es lo que el Islam predica”.