El pasado 27 de febrero de 2015, en Chinchilla de Monte-Aragón, en un municipio de unos 4.000 habitantes de la provincia de Albacete, la corporación, presidida actualmente por el alcalde del PSOE, José Martínez, fue nombrada “alcaldesa honoraria perpetua” la santísima virgen de las Nieves, estando prevista la entrega del bastón a la imagen en la fiesta de la Soldadesca el próximo mes de mayo.
Una vez más un alcalde y una corporación vulneran gravemente la Constitución de 1978. “Ninguna confesión tendrá carácter estatal” (16.3). Estamos ante un delito político y quizá ante delito de prevaricación.
Por más que haya personas creyentes, religiosas y católicas que veneren una imagen, hecho que es absolutamente respetable, no significa que lo simbólico y las creencias hayan de ser elevadas a un nombramiento que sólo corresponde a personas y no objetos imaginarios.
Y no sólo eso, puede significar una afrenta para personas de otras religiones, o no creyentes y para el Estado de Derecho.
Es posible que este hecho pueda ser punible a nivel, político, administrativo e incluso, penal.