Un tribunal francés multó a dos mujeres musulmanas el jueves por usar en público el burka, la primera vez que un juez impone una sanción haciendo cumplir una ley que prohíbe llevar la prenda y que se ha convertido en una batalla legal y cultural en toda Europa.
Una de las mujeres prometió de inmediato apelar ante la Corte Europea de Derechos Humanos para anular la prohibición, que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dice que protege a las mujeres y garantiza la igualdad pero que sus oponentes argumentan viola los derechos humanos y fomenta la xenofobia.
Un pequeño porcentaje de las mujeres musulmanas francesas usan el velo completo de rostro. Pero la ley, que entró en vigor en abril, se ha convertido en un foco de debate en Europa, de mayoría laica, donde los partidos de extrema derecha opuestos a la inmigración están ganando terreno.
Un fallo de la corte europea podría tener un impacto en otros países de la UE que están considerando leyes similares.
"Esto viola leyes europeas. Para nosotros la cuestión no es la cantidad de la multa, sino el principio. No podemos aceptar que mujeres sean condenadas porque están expresando libremente sus creencias religiosas", dijo Hind Ahmas a periodistas a las puertas del tribunal, donde fue multado con 120 euros.
"Vamos a lanzar las apelaciones necesarias para llevar esto ante la Corte Europea y obtener la anulación de esta ley, que en todo caso es una ley ilegal", añadió.
Una segunda mujer, Najate Naitali, fue multada en ausencia con 80 euros por la corte ubicada en el pueblo de Meaux, al noreste de París.
Ahmas dijo que también apelará la sentencia en un tribunal francés con la ayuda del empresario galo Rachid Nekkaz, quien ha prometido pagar todas las multas impuestas.
La norma, la primera de este tipo en Europa, prohíbe la utilización en público del niqab -que deja sólo los ojos al descubierto- y el burka, de origen afgano y que oculta todo el rostro, castigando con una multa de hasta 150 euros o lecciones sobre ciudadanía francesa a quienes violen la ley.
Los musulmanes han denunciado a la ley como una violación a la libertad de credo, pero la norma recibió limitadas críticas en Francia, un país laico donde poco más de 2.000 mujeres de la comunidad musulmana de 5 millones de personas ocultan su rostro.
"Aún uso el niqab todos los días y mi vida se ha convertido en un infierno. Me insultan todos los días", dijo Ahmas.