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Un padre de California llega al Supremo pidiendo retirar el juramento obligatorio en la escuela «una nación bajo Dios»

El Tribunal Supremo de EEUU anunció hoy que decidirá si el juramento de fidelidad, repetido en las escuelas públicas, y que incluye la frase «una nación bajo Dios», viola la separación constitucional entre el Estado y la religión.

La demanda que ha llegado hasta el Supremo forma parte de una puja constante en Estados Unidos entre quienes sostienen que el país tiene fundamentos religiosos -específicamente judeocristianos- y quienes, sin negarlo, afirman que la Constitución estipula una absoluta neutralidad del Estado en asuntos religiosos.

Pero el caso específico se refiere a un ateo de California que reclamó cuando a su hija, de 9 años de edad, se le exigió en la escuela primaria que recitara cada día el juramento de fidelidad a la bandera.

Michael Newdow presentó una querella en 2000 y dijo que su hija, que concurría a una escuela pública cerca de Sacramento, estaba obligada a escuchar el recitado, encabezado por la maestra, y que eso constituía «un adoctrinamiento cotidiano con dogmas religiosos».

El su forma actual, el juramento dice: «Juro fidelidad a la bandera de Estados Unidos y a la república que simboliza: una nación bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos».

La frase «bajo Dios» no formaron parte del juramento de fidelidad hasta que en 1954 el Congreso aprobó una ley que las agregó, y que buscaba contrastar los valores religiosos de Estados Unidos con el comunismo ateo.

Un tribunal federal de apelaciones en California dictaminó el año pasado que la referencia a Dios hace inconstitucional el requisito de que la reciten los niños en las escuelas públicas.

El presidente George W. Bush calificó como ridícula la decisión de ese tribunal, y el Senado aprobó por unanimidad una resolución que defiende el juramento de fidelidad.

El Tribunal Supremo de Justicia ya ha dictaminado que no puede obligarse a los niños a recitar el juramento, que ha sido cuestionado incluso por personas y grupos con creencias religiosas pero que objetan la veneración de un símbolo como la bandera.

Hoy los magistrados del Tribunal Supremo indicaron que estudiarán y emitirán un fallo acerca del dictamen del Tribunal federal de Apelaciones de San Francisco.

El juez Antonin Scalia, que es uno de los miembros más conservadores del Tribunal Supremo, no ha participado ni participará en este caso.

Newdow había argumentado que Scalia debía mantenerse fuera del caso desde que en enero, en un discurso en Fredericksburg (Virginia), dijo que deben ser los cuerpos legislativos y no los tribunales los que decidan si retirar los símbolos y las frases religiosas de la vida pública.

La falta de Scalia podría propiciar un empate de cuatro contra cuatro en la Suprema, lo que permitiría que la decisión de la corte de San Francisco se aplique a su jurisdicción, que incluye California y otros estados del oeste del país.

Sin embargo, si una mayoría del tribunal favorece la demanda de Newdow, la decisión afectaría a todo el país.

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