Un perito del Tribunal Superior señala que los oratorios en zonas industriales alientan el «aislamiento» de los musulmanes y van contra la convivencia
La decisión de trasladar y abrir centros de culto musulmanes en polígonos industriales supone "la segregación de un colectivo a un área apartada e inadecuada que en nada favorece la relación con los demás estratos de la sociedad". "Comporta un distanciamiento y aislamiento en el orden social" que contraviene "la legislación urbanística autonómica", que promueve la cohesión social. Es la conclusión del arquitecto y urbanista Jordi Griñó, perito judicial designado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para evaluar la decisión del Ayuntamiento de Lleida, gobernado por el PSC, de ceder suelo en un polígono para que la comunidad musulmana traslade allí la saturada mezquita de la calle del Nord. Este centro de culto ha sido cerrado dos veces en los últimos dos meses por sobrepasar el aforo.
El informe judicial, el primero que se conoce de estas características, es fruto del recurso contencioso administrativo presentado por los industriales de la zona contra la decisión municipal. Su importancia radica en que, en caso de seguir el juez sus conclusiones, cuestionaría la política seguida por numerosos municipios catalanes de sacar del casco urbano los centros religiosos musulmanes, muchas veces tratando de evitar las protestas de los vecinos. El perito concluye que los centros de culto deberían situarse en "zonas residenciales".
El alcalde de Lleida, Àngel Ros, manifestó ayer que el informe solo es una prueba más de las muchas que tendrá que analizar el juez. "Lo que sí puedo decir es que el terreno municipal cumple toda la normativa para que la comunidad musulmana pueda construir una mezquita". El imán de este colectivo también rechaza el solar municipal, aunque no ha formulado la renuncia por escrito.
El perito judicial sostiene en el informe que una mezquita en una zona industrial resulta "insostenible" e "impertinente en alto grado". La convivencia de la actividad industrial y el tráfico constantes de vehículos pesados es, según Jordi Griñó, "hostil" a unas ceremonias que deben gozar de un ambiente sosegado y sin perturbaciones. Los edificios industriales, sigue el informe, producen molestias e insalubridad, "lo que tiene una incidencia directa en la calidad de vida de los usuarios" de la mezquita.
El perito también concluye que la implantación del oratorio en suelo industrial va contra la utilización racional del territorio y la movilidad por los constantes traslados que deberían efectuar los fieles en una zona mal comunicada por transporte público. El acceso más directo al centro de culto, según el informe, obliga a cruzar por dos pasos bajo las vías del tren hasta un espacio habilitado como aparcamiento, en un recorrido de 600 metros sin aceras ni alumbrado público, inseguro tanto para peatones como para turismos. El solar queda a 2,2 kilómetros del centro de Lleida, lo que supone 26 minutos andando.
El perito propone en sus conclusiones, con "caracter de orientación", seis emplazamientos, todos ellos situados en zonas residenciales, aunque también afirma que "históricamente, los centros de plegaria han estado vinculados a lugares aislados", pero en ningún caso en "recintos industriales".
El informe fue presentado ayer por la Asociación para la Sostenibilidad de los Polígonos el Segre y Entrevies de Lleida, cuyo abogado, Santiago Solsona, considera que el informe aporta suficientes argumentos como para impedir la construcción de la mezquita en el polígono. "Quieren quitar la mezquita de Guatemala para llevarla a guatepeor", aseguró Solsona, que pidió a la comunidad islámica que piense bien si acepta trasladarse al polígono.