La película educativa 'Salma cuenta', proyectada hoy en el festival de cine euro-árabe 'Amal', en Santiago de Compostela, muestra los paralelismos existentes entre cristianismo e islam para combatir los prejuicios existentes entre el alumnado con respecto a la población musulmana.
Uno de los realizadores de este filme, Fernando Tucho, recordó en una entrevista a Efe, que el islam "no es una religión tan diferente al cristianismo, los pilares son, al final, más o menos los mismos".
Sin embargo, la imagen que el alumnado español tiene de esta religión está condicionada por los "prejuicios" y "estereotipos" del "musulmán radical y medio loco" que los jóvenes reciben "a través de los medios de comunicación".
"El 99 por ciento no piensan que una persona pueda ser musulmana y española, una apreciación que ya es una realidad, pero que todavía no ha llegado a nuestros ojos", matizó Tucho.
Por ello, el objetivo de "Salma cuenta" es cuestionar la idea de que "todo lo que se asocia al mundo musulmán, sea bueno o malo, que generalmente es malo, es algo ajeno a nuestra realidad", añadió otro de los responsables de este proyecto, José Madariaga.
La película, concebida como material didáctico para alumnos de secundaria y promovida por la Unión de Comunidades Islámicas de España, pretende "superar los límites habituales, que suelen generar racismo y xenofobia", y "trabajar con valores como la integración, la convivencia y la tolerancia", destacó Madariaga.
"Salma cuenta", galardonada con el premio al mejor documental en el festival 'La fila de Cortometrajes' de Valladolid y el de mejor producción internacional del Festival Internacional de cine alternativo de Bogotá, pretende retratar la "normalidad musulmana", matizó Madariaga.
"Muchos musulmanes, al igual que muchos cristianos, no son practicantes", añadió Tucho, quien recordó que pese a que muchos españoles profesan esta fe, continúa existiendo en España la percepción de que "los musulmanes son los otros".
Madariaga también recordó que para muchos musulmanes europeos, hijos o nietos de inmigrantes, el islam es un "rasgo identificativo" que les lleva a remontarse a los orígenes de sus antepasados, "no tanto por fe, sino por sentirse desplazados como colectivo".
A este respecto, Tucho aludió a la recuperación del pañuelo por parte de jóvenes europeas como un "signo de identidad" frente a una "sociedad de la que no se sienten parte", por lo que optan por "buscar elementos de identidad en sus raíces religiosas".