Al destacar que no pretenden preferencias pero sí equidad, Óscar Moha Vargas, de la Comunidad Teológica, indicó, aunque en el nuevo reglamento a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, se prevé el ingreso de ministros de cultos a las hospitales y cárceles, los pastores evangélicos “son impedidos con cualquier pretexto”.
Y “sin embargo una sotana o cuello clerical parecen ser salvo conductos oficiales que los autorizan la entrada a los portadores”. Por eso, demandó “al igual que la iglesia mayoritaria queremos hablar del evangelio en los cuarteles de policía, hospitales, mercados y sitios públicos sin que nadie nos imponga límites legaloides”
Porque, indicó especialmente los integrantes de los cuerpos policiacos necesitan apoyo espiritual “aunque hoy por hoy sólo tengan una opción”. Por eso, solicitó una oportunidad para abatir dentro de la policía el alcoholismo, la drogadicción, la desintegración familiar, la corrupción; incrementar sus niveles de productividad, para volver hacer de esa profesión un empleo digno.
Las garantías individuales, aseguró deben ser sin distinción religiosa, porque es vergonzoso que las autoridades hablen de tolerancia cuando deben procurar la libertad.
Y consideró “la tolerancia implica a un tolerante, a un prepotente y no pensamos que ninguna de las asociaciones religiosas deban erigirse como tal, ni que el gobierno permita la inequidad con privilegios que sólo lastiman la democracia”. Por eso, dijo Moha Vargas, “hemos tratado de evitar esos contubernios añejos que generaron males modernos”.
En su participación durante la Feria de los Derechos Humanos, organizada por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, puntualizó que los laicos evangélicos son un grupo heterogéneo que militan en diferentes partidos, por ello aseguró “no hay un voto corporativo de parte de nuestras iglesias como falsamente se puede creer”
Pese a ser minoría, reconocen que los evangélicos se han consolidado con un trabajo firme que la sociedad necesita, el cual ha beneficiado a miles de mexicanos.
Además, de ser considerados por muchos años como “sectas extranjerizantes” o “grupos destructivos” o “enemigos de la nacionalidad” sin conocer el trabajo que desempeñan, muchas veces con el apoyo de la autoridad, en otras a pesar de su férrea persecución.
La pluralidad de las iglesias evangélicas, destaca Óscar Moha Vargas, “nos ha dado fortaleza, unión y habilidad para aminorar los embates de los enemigos comunes: a veces un gobierno intolerante, represivo, ignorante y que se dice representativo y protector de los valores espirituales”.