Un estudio realizado a adolescentes musulmanes residentes en Alemania aborda la relación de estos jóvenes con las leyes alemanas, la teocracia islámica y la violencia.
Según una encuesta del Instituto de Investigaciones Criminológicas de Baja Sajonia (KFN), el 67,8 por ciento de los adolescentes musulmanes consultados afirman que para ellos son más importantes las reglas del Corán que las leyes en Alemania.
El KFN encuestó a una muestra de 300 estudiantes musulmanes de una edad promedio de 15 años. Los resultados son alarmantes: casi la mitad, es decir, un 45,8 por ciento, considera que la teocracia islámica es la mejor forma de gobierno. El 51,5 por ciento cree que sólo el Islam es capaz de ‘resolver los problemas de nuestro tiempo’.
Uno de los aspectos más preocupantes tiene que ver con la legitimación de la violencia por motivos religiosos. Un 35,3 por ciento asegura que ‘entiende la violencia contra las personas que insultan a Alá o al Profeta Mahoma’. Un 21,2 por ciento justifica el uso de la violencia para defenderse de la amenaza que supone el mundo occidental hacia el Islam.
A pesar de que se trata de una muestra muy pequeña en un Estado Federal como Baja Sajonia, y que no se puede extrapolar a nivel nacional y al conjunto de la comunidad musulmana en Alemania, sí indica la huella profunda que el islamismo está dejando en las nuevas generaciones. Llama especialmente la atención que la mayoría de los adolescentes encuestados hayan nacido en Alemania. Sin embargo, no han asimilado los valores y la cultura occidental de la sociedad de acogida, sino que están reproduciendo los de su familia.
Algunos sectores políticos del país, no necesariamente vinculados a la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD), están señalando que hace falta un punto de inflexión en el ámbito migratorio.
Por ejemplo, integrantes del nuevo partido progresista liderado por Sahra Wagenknecht, defienden en actos y declaraciones a medios de comunicación que es necesario un nuevo modelo migratorio más estricto y con mayor planificación para evitar procesos de guetificación en los barrios obreros y garantizar así la integración. La organización advierte que si no se realizan cambios profundos en esa línea, la cohesión social se verá amenazada.
