La iglesia católica, ni tiene patria, ni tiene Dios. Busca el poder, sobre todas las cosas y sobre todo quiere ser hegemónica
Entre los múltiples problemas que sufre el país, que entre muertos, problemas de una rebeldía real, a veces con represión de ciudadanos en distintas partes del país, inclusive aquí en nuestro estado, problemas de inseguridad, secuestros, robos, carestía de la canasta básica y la corrupción que se ha descubierto de la llamada “Casa Blanca” de Peña Nieto, entre muchísimos problemas que marca un país sin rumbo y con un indignante prestigio a nivel internacional, el juego de la iglesia católica, es tal, que aprovechando el caos, pone su piedra y escalera para sus propios finos y gravosos intereses.
La iglesia católica, ni tiene patria, ni tiene Dios. Busca el poder, sobre todas las cosas y sobre todo quiere ser hegemónica, como los del crimen organizado, infiltrarse en las entrañas del poder político, más aun, que hoy vivimos un estado fallido ocasionado por los mismos políticos en los tres niveles de gobierno, estado donde está podrido por la incertidumbre, corrupción del poder político y los intereses de los partidos políticos, en los cuales ya no hay distinción ideológica y mucho menos, nacionalista.
Solo buscan el poder para enriquecerse y el vale-madrismo por las necesidades del pueblo, de esos 60 millones de pobres y carencias del resto, excluyendo unos cuantos que ostentan la riqueza que han robado. Pues bien, entre este mar tormentoso, el ala conservadora de la iglesia católica, la reaccionaria, la que vive del pasado, busca posesionarse para sus fines tenebrosos. Ignoran el desempeño liberal y modernizador de la iglesia en manos del PAPA FRANCISCO, que por cierto ha sufrido una derrota, pero que ha mostrado con toda valentía que debe ajustarse a los momentos actuales.
Ha sometido y castigado a curas, obispos o arzobispos pederastas o que han protegido a estos degenerados de la sotana, ha disuelto la mafia del banco del vaticano, ha mencionado su pensamiento sobre el aborto, homosexuales, divorcio, etc., no lo dejaron pero ha dejado como testimonio, como una promesa.
Mientras eso sucede, en días pasados, las agrupaciones: el Supremo Consejo de México, el Frente Liberal Jesús Reyes Heroles, Avanzada Liberal Democrática y Ciudadanos libres A.C., realizamos una rueda de prensa, no menciono quienes estuvieron como representantes de los medios, porque con su silencio, a un tema tan delicado que presentamos, dejaron marcado que la libertad de expresión y de prensa, a veces dudamos que exista.
Tema escabroso para algunos pero necesario para otros muchos, como es que el arzobispo de Xalapa, el Sr. Hipólito Reyes Larios sin importarle lo que es el respeto a la Constitución General de la República, a los artículos que protegen al país, como Estado Laico, este señor con todo valor o sinvergüenza actitud, se atrevió a expresarse en público sobre su simpatía a un funcionario público y servidor del gobierno del estado.
Olvida o así quiere hacer parecer que la historia, que es muy clara en el país, que Juárez al promulgar las Leyes de Reforma separó el Estado de la iglesia, se prohibió a los representantes a externar opiniones políticas en lugares públicos. Para ello, se indica, colgar la sotana, darse de baja en su ministerio clerical y ahora sí, como cualquier hijo de vecino decir lo que quiera, pero no bajo la sotana. Está muy claro en el Artículo 24, “Cualquier persona tiene derecho a la libertad de convicción, ética, de conciencia y de religión”, pero no imponerle a nadie absolutamente. Nadie tiene el derecho de utilizar actos públicos con fines políticos, de proselitismo y propaganda.
El Sr. Hipólito Reyes Larios, Arzobispo de Xalapa viola la ley federal de servidores públicos, así de sencillo. Debe saber que el Estado Laico y sus preceptos, los cuales violó valiéndole madre, hacen ver muy mal al servidor público, que como funcionario también debe conocer esta ley, y qué sanción le corresponde tanto uno como a otro.
Desgraciadamente, en nuestro país, en nuestro estado de Veracruz, no pasa nada, máxime, un caso más muestra del por qué el país está como está. Y quiénes son los responsables. El grave problema que ellos tienen, es que no quieren aceptar que el pueblo no es tonto ni aguantador. Hoy tenemos el ejemplo de cómo la sociedad protesta por tantas mentiras, por tantas simulaciones y es una demostración de que ya está harta de lo mismo.
Allá ellos. Porque nosotros, los que no callamos, ya somos más de uno. Por el momento, Sr. Arzobispo Hipólito Reyes Larios, tenga más vergüenza y prestigio en su cargo y a su iglesia, y no sea metiche y no provoque más daño a los servidores públicos solo por su protagonismo y soberbia con lo que ha estado actuando desde que llegó al cargo. Respete para que sea respetado y nada más.