Un año más, en vísperas de la celebración religiosa católica de la Semana Santa,
nos suelen llegar múltiples quejas y denuncias tanto de familias del alumnado
como de profesorado de distintos centros escolares, ante la celebración de
“procesiones escolares y actos similares” como la exhibición de simbología
religiosa en centros públicos o privados subvencionados con dinero público. Con
el agravante que lo hacen invadiendo espacios en dichos centros educativos,
alterando horarios durante toda o buena parte de la jornada escolar (la cual
debería estar al servicio del desarrollo curricular de “todo el alumnado” ) y
realizando la más insoportable discriminación en un ámbito educativo y de
integración, con una total falta de respeto a los derechos humanos en general y
los de la infancia y la adolescencia en particular. Este es el “plan nuestro de cada
año” al llegar los previos de la Semana Santa en muchos de nuestros centros
escolares.
“Y como la comunidad educativa reacciona ante tales situaciones?” Donde
se dan estos hechos, es difícil entender, como tales exhibiciones se realizan, en
muchos casos, sin el más mínimo pudor, ni reparo ni cuestionamiento de las
distintas direcciones escolares y claustros de estos Centros, que no olvidemos
son agentes formadores por excelencia en los mismos. Y en determinadas
situaciones también con la aprobación de AMPAS de la escuela pública,
contraviniendo el pronunciamiento público de CODAPA y FAMPA al respecto.
En los casos señalados, intentando camuflar tales hechos con respuestas lo más
variopintas y ridículas ante lo que ocurre, recurriendo a las” tradiciones”?, a una
“determinada y manipulada cultura popular” etc.
“¿Qué hacer ante esto?” Ante dichas manifestaciones religiosas, no queda
sino denunciar firmemente que estas prácticas no solo violentan el principio
Constitucional de aconfesionalidad que debería primar en los centros públicos
de todo el Estado, sino que además en las mismas se hace gala de actitudes
proselitistas y dogmáticas, militaristas y machistas pues supone al tiempo,
un ataque a la igualdad de género toda vez que en este tipo de actos se
reproducen estereotipos de género en los que los niños adoptan una serie de
papeles y roles (portan los ‘pasos’, desfilan de guardias civiles y legionarios….)
y las niñas caminan tras ellos vestidas de “mantilla”…. Ridículo y denigrante
espectáculo que se desarrolla en los más genuinos ámbitos de lo educativo:
nuestros Centros Escolares.
“¿Y Qué hacen los estamentos administrativos ante tales situaciones?”
Pues tales hechos se producen, la mayoría de las veces, ante la pasividad o
connivencia de bastantes direcciones de estos centros, el “laissez faire” de
los Servicios de Inspección correspondientes y el ninguneo ofensivo de los/las
titulares de las Consejería de Educación de la Comunidad Andaluza.
“¿Qué hacer?” Ante estas situaciones, Andalucía Laica viene reiterando su
denuncia, en distintas instancias, de este abuso injustificado instado por la Iglesia
católica y sus más recalcitrantes seguidores en los centros educativos; actuando
en defensa del carácter laico de la escuela pública y en decidida oposición a
toda situación de discriminación en el ejercicio de la libertad de conciencia, que
afecta, especialmente, a población menor de edad y en pleno proceso de
formación de su personalidad. La Comunidad escolar debería reaccionar cada
vez más contundentemente y no tolerar situaciones como las
anteriormente descritas, ni aceptar actitudes de conformismo y tibieza de
las distintas instancias de la Administración frente a posturas reaccionarias, más
propias de un nacionalcatolicismo rancio que de una situación democrática.
Andalucía Laica en nuestra pertinaz denuncia solicita, siempre, el apoyo y la
implicación de cuantos defienden una escuela pública, gratuita, laica y de
calidad: CODAPA, Sindicatos, Asociaciones tanto de Director@s, de
profesorado y todas aquellas relacionadas con la educación que entiendan que
deberíamos acabar de una vez con tales actividades y conductas.