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Santiago Cantera, prior del Valle de Cuelgamuros: “Lo que realmente molesta no es Franco, es la Cruz, es la comunidad benedictina”

Por primera vez, el prior admite la posibilidad de que la congregación pueda abandonar Cuelgamuros

“No sería posible (demoler la cruz) si todo funcionara por cauces legales y morales. Pero ya vimos en Afganistán el derribo de los Budas por parte de los talibanes, y en el 36 se derribó la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles”

“Franco ya no está aquí, sus restos están a bastantes kilómetros de aquí. Muchos de nosotros, y yo en particular, pensamos que lo que realmente molesta es la Cruz, es la basílica, es la comunidad benedictina”. El prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, se ‘confiesa’ en una entrevista, en la que vuelve a denunciar la “injusticia” que se produjo, en su opinión, en el caso de la exhumación de Franco, y va más allá, advirtiendo de que “estamos viviendo el hundimiento de una civilización”.

En una entrevista con El Occidentaltv, Cantera repasa su vida y su vocación, antes de entrar en 2002, con apenas 30 años, a Cuelgamuros, al tiempo que tacha de “cortina de humo” la polémica por la exhumación de Franco. “No se puede recurrir al Valle, al pasado, a lo que ha sucedido hace un siglo o medios siglo”, lamenta.

Molesta la fe

Para Cantera, la raíz del conflicto deriva en “el carácter religioso de este lugar. Molesta que aquí se realice un culto solemne, se levanten oraciones por unos y por otros, por la paz de los españoles y por los que murieron a un lado y otro de las trincheras”.

“La sociedad española está muy degradada en valores, que es generalizada en Europa y en todo Occidente. Estamos viviendo el hundimiento de una civilización”, apunta el religioso, que reconoce que la exhumación de los restos de Franco “se vivió con dureza” en la comunidad.

“Fue una época difícil, de cierre, de ocupación por parte de la fuerza pública de instalaciones propias. Fue la ocupación de una basílica, un lugar inviolable, donde no se puede penetrar sin autoridad religiosa, porque están protegidos por los Acuerdos Iglesia-Estado”. En un tema en el que, por cierto, “no hubo pronunciamiento ninguno de la Casa Real que yo sepa”.

“Se ha cometido una injusticia”

“Se ha cometido una injusticia saltándose las normas más elementales de la humanidad”, denuncia Cantera, quien por primera vez admite la posibilidad de la salida de los monjes de Cuelgamuros. “El futuro no es fácilmente previsible. Jurídicamente, y si la justicia trata las cuestiones en condiciones de imparcialidad e independencia, el tema estaría muy claro. Pero tal y como hemos ido viendo algunos acontecimientos, es imprevisible”.

Aunque el Gobierno ha dejado claro que no habrá desacralización de la basílica, ni se echará abajo la inmensa cruz que preside Cuelgamuros, sino que se resignificará el Valle, el prior Cantera tiene sus dudas, y establece una comparación significativa.

Hay un odio que va más allá de lo político, es un odio a lo religioso. No tiene sentido que se siga hablando de Franco en este lugar, si ya no está. Hay otro objetivo, que va más allá”, advierte Cantera, quien avala la tesis del libro de Alberto Bárcena en la que niega que hubiera esclavos en la construcción del Valle. Y también desmiente que los monjes reciban subvenciones. “No es correcto. La comunidad en sí misma no recibe una subvención, sino a través de la Fundación”, matiza Cantera, quien sostiene que “bien gestionado, el Valle es más que autosuficiente y daría beneficios. El problema es el abandono sistemático”.

Condenados a enfrentarnos

¿Estamos los españoles condenados a enfrentarnos? Se le pregunta a Cantera. “Lamentablemente da la impresión de que lo estuviéramos, pero no tanto a nivel social, sino que se insta a esa tensión y crispación desde unas minorías políticas y mediáticas”.

“¿Por qué se ha reabierto este debate tantos años después? -concluye-. Da la impresión de que con unas finalidades de rédito político, que no siempre salen en positivo. Lamentablemente, parece que estuviéramos enfrentados, pero sin necesidad. Si hoy no se llega a una Guerra Civil como entonces, es por la clase media que se creó entonces y que evita unas tensiones sociales, laborales y económicas como las que entonces existían”, finaliza el prior.

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