Pedro Sánchez quería que la Religión saliera fuera del horario escolar y que dejara de ser evaluable. Pero una cosa es estar en la oposición y otra gobernar y tener que lidiar con ese importante bloque escolar que conforman las asociaciones de padres católicos, los colegios religiosos y la Iglesia en sí misma. La asignatura finalmente mantendrá su carácter evaluable, aunque no contará para la nota media ni para pedir becas, como ocurría con la Lomce del PP.
La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celáa, lo ha confirmado este martes durante un encuentro para presentar al nuevo secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Mariano Jabonero, al que han acudido, entre otros, el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el ex mandatario de Colombia Ernesto Samper.
La también portavoz del Gobierno ha precisado que la asignatura seguirá siendo «evaluable, pero el resultado de la nota no contará para la nota media» y no computará, por tanto, para pedir becas o acceder a estudios universitarios u otros trámites con el fin de que haya «libre concurrencia».
Lo afirmado suaviza la postura inicial del PSOE, que en septiembre de 2016 registró una proposición de ley para instar al Gobierno «a adoptar las medidas necesarias para volver a establecer el carácter no evaluable de la asignatura de la Religión que establecía la LOE, de manera que las calificaciones no computen a efectos académicos y no sean tenidas en cuenta en procedimientos de concurrencia competitiva».
Este proposición no de ley decía que «la introducción del carácter evaluable y computable de la Religión introducido por la Lomce agrava el adoctrinamiento religioso al ser sometido al alumnado a la presión de la evaluación».
Por eso planteaba acabar con ese doble «matiz de asignatura evaluable y computable a efectos académicos para el alumnado», modificando la disposición adicional segunda de la Lomce y los reales decretos 126/2014 y 1105/2014 mientras se tramita una nueva ley educativa.
Hay una cierta confusión terminológica entre lo que es «evaluable» y lo que es «computable» con la asignatura de Religión. Una cosa es que se ponga nota y otra cosa es que esa nota cuente. Nicolás Fernández Guisado, presidente del sindicato de profesores Anpe, explica que «la Religión ha sido evaluable desde los tiempos de la Logse, en los años 90, porque se ponía una nota a los alumnos con el resultado que habían obtenido. Pero esa nota, durante el Gobierno socialista, no tenía efectos académicos para pedir becas o acceder a los estudios posteriores, algo que modificó la Lomce».
Lo que va a hacer el nuevo Gobierno es dejar lo primero y quitar lo segundo. Así cumple con lo que dice el Tribunal Constitucional, que falló el pasado mes de abril avalando el carácter evaluable de la Religión. «Por lo tanto, tal y como se desprende de nuestra doctrina, la existencia de una asignatura evaluable de Religión de carácter voluntario para los alumnos no implica vulneración constitucional alguna», señaló el Alto Tribunal en la sentencia que resolvió el recurso contra la Lomce presentado por el PSOE.
Un total de 2,2 millones de alumnos de Infantil a Bachillerato reciben clases de Religión en los centros públicos. En Bachillerato, desde la aprobación de la Lomce se ha incrementado un 76% el número de estudiantes que cursan la asignatura (de 72.603 a 129.639) porque consideran que es más fácil que otras optativas ofertadas y les sirve para subir la media.
El Gobierno quiere que todos tengan las mismas oportunidades para acceder a las becas y a los grados universitarios y no salgan más beneficiados los que estudian Religión.
También busca que no se prive a los que cursan Religión de poder estudiar una asignatura ética en la que se enseñen valores cívicos y constitucionales. Por eso va a convertir la actual alternativa a Religión en una materia obligatoria e independiente.
La creación de esta asignatura ya se había acordado en el fallido pacto de Estado y tenía el respaldo del Gobierno del PP. Celaá ha detallado este martes que en ella se recogerán también contenidos feministas. «Obviamente el feminismo, estudiar el mundo desde los valores de la mujer, es algo que tiene que entrar en esos valores cívicos y éticos, y tendrá su ubicación», ha afirmado en respuesta a los medios de comunicación.