Se reivindica como «combatiente» del Estado Islámico y se niega a hablar de atentados, sino de «operaciones militares».
Cinco meses después de iniciarse el histórico juicio por atentados yihadistas en Paris y Saint Denis en noviembre de 2015, le ha llegado su turno al único superviviente del comando que asesinó a 130 personas. Salah Abdeslam ha tomado la palabra, desafiante como ya hiciera en la primera sesión del proceso, para justificarse. “No he matado a nadie, no he herido a nadie”, ha alegado el acusado, que ha defendido la matanza del Estado Islámico (EI), para él “operaciones militares”.
Aquella noche del 13 de noviembre, una cadena de atentados mató a 130 personas e hirió a alrededor de 400. La gran mayoría de las víctimas se produjeron en la Sala Bataclan, donde se celebraba un concierto de rock en el momento del asalto armado de un comando del EI.
Abdeslam, de origen marroquí aunque nacido en Bélgica, se enfrenta a una posible cadena perpetua, pero ha negado su implicación y se ha presentado como víctima de “calumnias”. Incluso, no ha dudado en considerar “extremadamente severas” las penas dictadas en Francia por terrorismo. En este sentido, ha dicho que la Justicia quiere hacer de él un “ejemplo” para enviar un “mensaje” a otras personas susceptibles de radicalizarse.
“Operaciones militares” por Siria
En su caso, también ha negado una motivación religiosa en su vinculación inicial con el Estado Islámico, grupo del que ha vuelto a afirmarse “combatiente”, como ya hiciera en la primera sesión del juicio. El principal acusado ha rechazado hablar de atentados, sino que para él lo ocurrido fueron “operaciones militares”
Bajo sus palabras, los ataques “no tenían como objetivo izar la bandera negra (representativa del grupo terrorista) sobre Francia”, sino poner fin a los bombardeos de la coalición internacional en Siria. Desafiante, ha recordado que también en Francia llegó a estar vigente la pena de muerte y ha enmarcado las acciones de Estado Islámico dentro de una guerra más amplia.
La cuestión siria ha sido el argumento que habría justificado su vinculación con el EI. La motivación “no fue religiosa” en un principio, sino que se sentía “culpable” por el sufrimiento del pueblo sirio y quería intervenir de alguna forma. “Veía a esta gente sufrir y yo mientras disfrutaba de la vida”, ha relatado.
Los detalles del macrojuicio
Un total de 20 personas figuran como acusadas en esta macrocausa, entre ellas tres juzgadas in absentia. La instrucción ocupa 542 tomos, aproximadamente un millón de páginas, y asistirán más de 330 abogados, la mayoría en representación de las víctimas y sus familiares, constituidas en unas 1.800 partes civiles.
La causa final está prevista para el 25 de mayo, cuando el tribunal pronunciará su veredicto tras 140 días de audiencias.