El Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, se reunió con el Primer Ministro congoleño en Kinshasa y junto a otros ministros de Estado para suscribir pactos que definen el estatuto jurídico de la Iglesia en los ámbitos de la salud, las finanzas, la atención pastoral y el compromiso social
Estos acuerdo cuentan con u marco legal y reconocen la naturaleza propia de la Iglesia, hasta ahora considerada por el Estado como asociación sin ánimo de lucro
“Este paso es la manifestación del deseo del Presidente de expresar el honor de su visita”, dijo el Primer Ministro al Cardenal Parolin
Cardenal Parolin: “El acuerdo consolida la relación de cooperación que une desde hace siglos a la Iglesia Católica y a las autoridades políticas de este país, al servicio de toda la población”
Para la Iglesia Católica de la República Democrática del Congo, el 2 de julio de 2022 será recordado como un “día histórico”, ya que por la tarde se firmaron en Kinshasa unos acuerdos específicos entre la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo (Cenco) y el gobierno, que reconocen la naturaleza propia de la Iglesia, hasta ahora considerada por el Estado como asociación sin ánimo de lucro.
La ceremonia tuvo lugar en presencia del Cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, inmediatamente después de una reunión privada de más de media hora con el Primer Ministro, Jean-Michel Sama Lukonde.
El Acuerdo Marco de 2016
Más en detalle, con los entendimientos firmados ayer por los ministros de Relaciones Exteriores, Salud, Justicia, Finanzas, Enseñanza Superior y Universidades, Asuntos Locales y el presidente de la Cenco, monseñor Marcel Utembi Tapa, se pone en marcha el Acuerdo Marco firmado por la Santa Sede y la República Democrática del Congo el 20 de mayo de 2016. El acuerdo fue rubricado en el Vaticano por Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y los Organismos Internacionales, y el entonces Ministro de Asuntos Exteriores congoleño, Raymond Tshibanda N’Tungamulongo.
El acuerdo constataba la respectiva independencia y autonomía de la Iglesia y del Estado, establecía el marco jurídico de las relaciones mutuas y, en particular, sancionaba la posición jurídica de la Iglesia Católica en el ámbito civil y su libertad en su actividad apostólica y en la regulación de las materias de su competencia.
Decreto del Primer Ministro
Ratificado en 2019 y con entrada en vigor en 2020, el Acuerdo Marco nunca se había aplicado en su totalidad. El pasado mes de junio, un decreto del Primer Ministro, Sama Lukonde, pedía su implementación y, por tanto, el reconocimiento de la Iglesia como entidad jurídica. Tras meses y meses de negociaciones y un considerable despliegue de energías por parte de la Cenco, la Nunciatura Apostólica y los Ministerios implicados, una Comisión Mixta elaboró cinco acuerdos específicos que regulan los ámbitos de la enseñanza religiosa en las escuelas, las instituciones educativas católicas, las actividades caritativas y asistenciales de la Iglesia, la atención pastoral en las instituciones penitenciarias y hospitalarias, y el régimen patrimonial y fiscal.
Parolin: “Una nueva colaboración más intensa”
En una ceremonia muy concurrida en la sala de conferencias del gabinete del Primer Ministro, marcada por los aplausos y el intercambio de algunos regalos, tuvo lugar la firma. “Este paso es la manifestación del deseo del Presidente de expresar el honor de su visita”, dijo el Primer Ministro al Cardenal Parolin.
El Secretario de Estado del Vaticano, por su parte, subrayó que “el acuerdo consolida la relación de cooperación que une desde hace siglos a la Iglesia Católica y a las autoridades políticas de este país, al servicio de toda la población”. “El interés de la Iglesia, en estas relaciones con las autoridades civiles, se orienta esencialmente a la colaboración para el desarrollo humano integral de todas las personas, sin distinciones étnicas o religiosas, y especialmente de los más pobres y necesitados”, recalcó el cardenal. Y espera que el Acuerdo Marco no represente solo “el final de un largo proceso, sino sobre todo que sea la piedra angular de una nueva colaboración más intensa y ordenada”. Es decir, “la colaboración pacífica y fructífera de la Iglesia con las autoridades civiles y el justo reconocimiento de su contribución al bien común”.
Cardenal Ambongo: “A partir de hoy todo será más fácil para nosotros”
A estas palabras se sumó el arzobispo de Kinshasa, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, quien, al margen de la ceremonia, comentó a Vatican News este “día histórico para la Iglesia congoleña”, que se esperaba “desde hace más de seis años”. “A partir de hoy todo será más fácil para nosotros en el ámbito de la educación, la salud, el trabajo social, para todo lo que hacemos por los pobres, para todo el trabajo que venimos haciendo desde hace años. De hecho, la Iglesia en la República Democrática del Congo hace mucho por la población: dirige más o menos el 50% de las escuelas, en primer lugar, las primarias y las secundarias; en el campo de la salud, tiene el 40% de los centros sanitarios. Sin embargo, hasta ahora la Iglesia estaba registrada como una ONG, una organización no gubernamental. Pero la Iglesia no es una ONG, nunca ha tenido ese estatus”.
“A partir de hoy todo será más fácil para nosotros en el ámbito de la educación, la salud, el trabajo social, para todo lo que hacemos por los pobres, para todo el trabajo que venimos haciendo desde hace años”
“El acuerdo, subrayó el cardenal, da un nuevo impulso. Si antes trabajábamos, pero nadie, empezando por un obispo en su diócesis, sabía cuáles eran los derechos y los deberes de la Iglesia hacia el gobierno, desde hoy las cosas están más claras. Y sabemos que todo el trabajo se hace dentro de una legislación reconocida por el Estado”.