Frente al silencio de los obispos, miles de pobres despiden en la India al «santo laico»
Varios miles de ciudadanos en la India despidieron ayer a Vicente Ferrer, ex jesuita español y símbolo para millones de creyentes en todo el mundo. El entierro fue en Bathalapalli, municipio al que tantas horas de trabajo y esfuerzo dedicó el “santo de la India”. Fue una ceremonia humilde, que se desarrolló al aire libre bajo una sencilla estructura metálica cubierta con un telar. Sus familiares, amigos, el presidente del Congreso de los Diputados, el socialista José Bono, y la popular Soraya Sáenz de Santamaría, estuvieron allí para dar su último adiós a Ferrer, menospreciado por la Conferencia Episcopal.
Y es que los obispos no han difundido ni una nota de prensa, ni un comunicado de condolencia, ni tan siquiera unas breves declaraciones lamentado la muerte del ex jesuita. La Conferencia Episcopal, siempre predispuesta a hablar sobre los más diversos temas de la actualidad política, prefirió guardar un escandaloso silencio sobre la muerte del cooperante español.
Silencio
Como excusa, los jerarcas católicos han esgrimido que también guardaron silencio cuando murió la madre Teresa de Calcuta o cuando fallecieron cooperantes ilustres de otras ONG religiosas como Cáritas o Manos Unidas.
Ausencias
A este respecto, el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz y amigo personal de Ferrer, ha reconocido que le resulta extremadamente “doloroso” comprobar como en las exequias del que fue “el cooperante más importante del siglo XX y XXI”, y a diferencia de lo que ocurrió con la madre Teresa de Calcuta, no han asistido ni los jefes de Estado ni la jerarquía de la Iglesia católica.
Homenaje de los pobres
Sin embargo, el padre Ángel cree que Vicente Ferrer no echaría de menos a los fríos jerarcas católicos ya que está recibiendo el homenaje que siempre soñó: “La despedida de los pobres y los discapacitados a los que ayudó”.
2 modelos enfrentados
La ausencia de la jerarquía católica en el entierro de Ferrer pone una vez de manifiesto la diferencia entre lo que Gustavo Vidal Manzanares, escritor progresista que nunca ha ocultado su vinculación con grupos masónicos, define en El Plural como el “cristianismo de verdad” frente al “cristianismo de salón de los Rouco´s boys”.
Los frutos de Ferrer
Los frutos que el cristianismo encarnado por Vicente Ferrer ha dado en India son claros: casi 40.000 viviendas, tres hospitales generales, centro para enfermos de SIDA, 14 clínicas rurales, 1.696 escuelas y centros de enseñanza, 120 bibliotecas para 158.000 alumnos de primaria y secundaria, centros especiales para ciegos, sordos y disminuidos psíquicos, miles de pozos de agua, 2.300 embalses, tres millones de árboles frutales…
Ocupados en Getafe
Por el contrario, el “cristianismo de salón” liderado por Rouco Varela ha estado muy ocupado estos días en que España renovará su consagración al Corazón de Jesús en el cerro de los Ángeles, en Getafe (Madrid). Acto al que, tal y como señala el periodista Oriol Domingo en La Vanguardia, nunca hubiera acudido Vicente Ferrer.
Vivir el cristianismo
“Anantapur y Cerro de los Ángeles son dos maneras de entender y vivir el cristianismo. Desde Catalunya y desde España, uno puede sentirse más próximo a Anantapur con su práctica de las bienaventuranzas que al Cerro de los Ángeles con su aire de «corazonismo piadoso patriótico», según denominación del jesuita Juan Masiá en Religión Digital. Se puede sintonizar con la acción comprometida del cooperante, y no con el discurso cardenalicio aunque en esta ocasión haya sido templado”, apunta Domingo.