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Por mi culpa

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. La oración del rito romano que es común en cada eucaristía el día 8 de septiembre recién pasado resonaba en la Catedral de Chillán despidiendo los restos de obispo emérito Alberto Jara Franzoy, quien durante 24 años estuvo a cargo de conducir la diócesis de Chillán, como pastor.

Así también resonaba en este acto ceremonial y penitente el eco de una asamblea y religiosos que en forma y fondo olvidó porque se golpea el pecho tres veces. Estamos hoy recordando una vez mas como desde 1996 lo hicimos como familia Bórquez Román la historia de una iglesia que no solo peca, sino que obra de una manera brutal desconociendo hechos que la llevaron al lugar mas sombrío, al menos, desde la década de los noventa en adelante.

La cultura de encubrimiento y de muerte que Papa Francisco sitúa como una realidad, ocurrida en Chile y en Chillán, donde se producen abusos sexuales de sacerdotes y consagrados a niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables.

Nunca va a ser suficiente para los sobrevivientes de estos delitos como para el pueblo de Dios aquello que pudiendo hacerse, no se hizo.

Estamos acá para recordar que Iglesia de Chillán en los años de los abusos dio vuelta la cara, en los años posteriores reconoce hechos y como si fuera un libro que llega a su fin, ayer vuelve a cerrar las páginas de los abusos sexuales de ex sacerdote Jorge Baeza, con dos víctimas que denuncian (hace mas de 10 años), y otras tantas que aún callan, abusos conocidos por Obispo Alberto Jara y que constan en investigación civil desde el año 2008, e información recogida por Fiscalía en el año 2018 y archivos del propio Obispado Chillán que fiscal Arias requisa en indagaciones durante el pasado año.

Una vez mas, establecer categóricamente que en estos delitos no sólo son responsables los abusadores, también son responsables aquellos que estaban para impedir los abusos y que no alertaron a la comunidad, sino que protegieron con medidas de corrección descritas a lo largo del mundo (hechos que demostraremos) que no sólo fallaron sino que ya se conocen como elementos fundamentales que perpetúan abusos sexuales en la Iglesia Católica. Demás esta decir que hoy un pedófilo como Jorge Baeza esta escondido con ayuda de curitas.. antes en Los Ángeles y movimiento Shoeentatt de los madrugadores donde Bacarezza era obispo, por mas rumores sabemos como la Iglesia de manera muy “sutil” sigue escondiendo donde está… y sabemos donde está…

Pero me quiero detener en el encubrimiento sistemático.

Nadie puede decir que hoy luego del fallecimiento de Alberto Jara, se le imputan o sindican hechos de encubrimiento ya que desde el año 2008 como familia hemos hecho públicos los delitos de Jorge Baeza y el accionar de diócesis con él y con las víctimas.

Sentencia canónica de expulsión de Jorge Baeza R data de 1996, con al menos 6 años de investigaciones previas donde Obispo Jara actúa trasladando a Baeza de un lugar a otro, incluso enviándolo al extranjero sin comunicar a parroquia de origen (parroquia San Juan de Dios), a feligreses, familias cercanas y menos a víctimas los motivos de sus traslados. Una vez que Iglesia chilena publica el primer listado de sacerdotes, religiosos y diáconos con sentencia canónica y/ penal y civil en el año 2011, aparece el nombre de Jorge Baeza Ramirez donde se reconoce sentencia canónica para el obispado se cierra el tema; mismo modo de actuar de manera sistemática descrito a lo largo del mundo.

La sanción a Jorge Baeza no es un acto reparatorio del daño causado, ni siquiera un mínimo ético y humano para una institución que está al cuidado de almas diariamente. La investigación iniciada por justicia civil acredita abuso sexual, estupro y violación en mayor de 14 años, con declaración de Jorge Baeza en PDI, quien asume su autoría, acreditándose los hechos y las acciones que toma (y no toma) el Obispo Jara durante su servicio pastoral. Cuando el delito esta prescrito no hay que hacer que asumirlo y olvidar.. no cuentan con los años de tortura y dolor de este crimen en permanente evolución (como ha sido descrito por otras víctimas y validado por expertos en ASI), desconocen el trasfondo de ser víctima de abuso sexual infantil y adolescente, como el “derecho al tiempo”, que da motivo a la promulgación este año de abusos sexuales imprescriptibles.

En el año 2018 SNAP cifra al menos 100.000 casos mundiales de abusos sexuales eclesiásticos., cifra que va en aumento, sin considerar el numero de NNA que jamas podrán denunciar. (1 de cada 10-15 víctimas denuncian) identificándose elementos de actuar común en abusos eclesiásticos por parte de jerarcas en cada localidad (silenciamiento, secreto pontificio de las causas, encubrimiento y mantener el prestigio de la institución.

Según declara el Vaticano el obispo de una comunidad es garante de derechos y tiene control de todo, así como responsabilidad en todo , lo que enmarca su misión en además informar ( y no por un comunicado sin explicaciones ) la dimisión del estado clerical de algún sacerdote que ha cometido abusos sexuales . En esto , y durante años , Obispo Aberto Jara actuó, no sólo sin celeridad, sino ocultando información, en el caso de Jorge Baeza, y otros 5 sacerdotes con delitos durante su servicio como Obispo, casos que lo llevan a declarar como imputado hace algunos meses.

Iglesia chilena el día de ayer nos da a todas las víctimas de abusos eclesiásticos de diócesis de Chillán un gesto contundente de negación y descrédito de los hechos descritos al homenajear al “hermano” Alberto Jara destacando su servicio a la Iglesia; de manera similar a la que han servido los representantes que participan en tan pomposa ceremonia.

  • Alejandro Goic (ex Obispo de Rancagua) renunciado el 28 de junio del 2018 – Galo Fernandez (administrador apostólico de Talca) quien declara el 12 de Marzo del 2019 en calidad de testigo por los casos de abuso sexual y violación a menores de edad de ex canciller Oscar Muñoz y Jorge Laplagne. Además sindicado como uno de los responsables del traslado de sacerdote Diego Ossa (discípulo ferviente de Karadima) denunciado civil y canónicamente por abuso sexual reiterado.

  • Felipe Bacarreza, Obispo de Los Ángeles (ex discípulo de Karadima y participante de la llamada Pia unión sacerdotal) quien recibe a Jorge Baeza luego de ser expulsado (año 2007) permitiéndole ser líder de comunidad “los madrugadores” formada por laicos católicos de cuidad de Huepil, diócesis de los Angeles.

  • Sergio Perez de Arce, administrador apostólico de Chillán desde septiembre 2018, recibiendo una diócesis con al menos 7 sacerdotes denunciados por abusos sexuales, con lentitud extrema en procesos canónicos abiertos antes y durante su llegada; tanto que al menos una de ellas (sacerdote Osvaldo Salgado) ha cumplido hace meses todos los plazos de investigación.

  • Raul Manriquez, Vicario del obispado de Chillán desde 1972 hasta 2006, quien justamente por ese rol conoció los testimonios de víctimas de abuso sexual y de conciencia de Baeza (al menos desde 1994) y también prefirió ocultar la información a la comunidad dejando a Baeza impune abusando durante más años.

  • Luis Flores, promotor de justicia desde 2010-11 quien ha escuchado los relatos de primera fuente de nuestros abusos acreditando verosimilitud, además conociendo hechos desde la década de los 90’ ya que fue contemporáneo a Jorge Baeza en su formación y ministerio. En Eucaristía, al referirse a Obispo Jara admite “desaciertos” que han hecho sufrir… eufemismos a los que iglesia nos tiene acostumbrados para lo que se conoce como encubrimiento y que querella en curso acreditará.

No hay reparación sin memoria, una vez más exponemos los hechos con el dolor causado por décadas esperando iluminar la conciencia, examinar la conciencia de una iglesia y diócesis que esta destinada a cometes mas abusos mientras niega a sus víctimas. Exponemos nuevamente nuestro dolor por cada una de ellas, por las que ya no están, por las que hoy se permiten reconocerse como tal, por las que nunca dejaran de silenciar.

Sin duda el próximo obispo de Chillán, será Perez de Arce, hizo un trabajo perfecto unido a los laicos y clero, los mismos que acompañaron a Pellegrin en su autoritaria gestión en Chillan.

Mi familia no olvida el desprecio desde 1996 por las víctimas.

Nunca olvidar, confío en que el cambio y el termino de esconder pederastas (algunos confesos) que no son poquitos.. salga de la sociedad, todos juntos.. porque así otra iglesia no es posible… y si no es posible seguramente seguirán enterrando con pompas a los q no les importan las víctimas, amedrentadores, especialistas en generar años de estrés toxico.

Queremos enviar un saludo especial a los que están en proceso de develación o denuncia. No decaigas, es memoria, verdad que por años sobrevivimos, el abuso eclesial no se acaba nunca, experiencias de menosprecio a los que han tenido el corazón y y coraje para creer, apoyar….

Porque nosotras, Silvana Borquez y Natalia Borquez nos atrevimos a denunciar el 2008, antes del sonado caso Karadina y hemos vivido un largo camino de lucha que nos sostiene, no nos desgasta. Once años después somos parte de la Red de Sobrevivientes y junto a cientos de sobrevivientes en Chile y miles en el mundo no descansaremos hasta que la justicia sea completa.

La Iglesia católica chilena se comporta tal y como el año 2008, perpetúa el dolor porque nunca les han importado las víctimas realmente, sólo su prestigio como institución maquillada en una mueca de mentirosa renovación, de falso cambio y respeto cuando están avocados a justamente lo contrario.

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