La Constitución de 1978, aun en su calculada ambigüedad, declara el "principio de laicidad del Estado" y del derecho individual a la "libertad de conciencia". Sin embargo, en la práctica, se puede considerar, dentro del "concierto internacional de naciones", como un Estado con una fuerte influencia "confesional católica". Sólo hay que dar un sucinto repaso sobre el modelo de Enseñanza (El Estado financia centros dogmático católicos y cada vez cobra más fuerza la religión confesional en la Enseñanza); la financiación de la iglesia católica a través del impuesto de la renta y las múltiples exenciones tributarias; la consideración de los obispos diocesanos como autoridad pública, con el fin de que puedan apropiarse de bienes públicos no registrados; capellanes funcionarios en diversos ámbitos civiles y militares; actitudes confesionales de multitud de políticos en función de sus cargo; permanencia de símbolos católicos en estancias públicas de todo tipo; funerales de Estado católicos y juramento de cargos delante de la biblia; nombramientos de vírgenes y santos como alcaldes y alcaldesas perpetuas de muchas localidades; vulneración constante del derecho a la libertad de conciencia… Si sigo… acabaríamos el artículo con una amplia retahíla de pruebas… y me faltaría espacio. (Ver "Observatorio de la laicidad")
En suma, los poderes públicos españoles de forma muy generalizada se "pasan por el forro" la Constitución y la Declaración Universal de Derechos Humanos, abrazándose a los "Acuerdos con la Santa Sede de 1979" de supuesta inconstitucionalidad. Que hasta le confieren un rango de acuerdo internacional, cuando no lo son, si nos atenemos al Convenio de Viena de 1969. Y todo ello, con el propósito de justificar la vieja alianza: "Estado-religión", que camina en sentido opuesto a los ideales de libertad y derechos de ciudadanía, que se estableció con la revolución francesa y con la Ilustración. Y que no pasó la barrera de los Pirineos.
Le derecha, heredera de la ideología nacional-católica, está ejerciendo "muy bien" su rol, es lo que toca: "arrimar el ascua, a su sardina". Pero la sociedad, sin embargo, se ha secularizado enormemente. Sobre todo entre los más jóvenes. Entonces, si esto está pasando, a pesar de la derecha y del clero… ¿Podrá ser España, algún día, un Estado laico?: Pienso que puede serlo, aunque, afortunadamente, siempre será un proceso inacabado.
Conferencia política del PSOE
Si la construcción del "Estado laico" se ha demorado, una buena parte de responsabilidad recae sobre el actual partido de la oposición (PSOE), ya que ha tenido en sus manos, durante más de dos décadas, la posibilidad de ir afianzándolo, poco a poco y sin traumas, "escuchando" a una parte importante de la sociedad e, incluso, de sus afiliados. Ya que en su ADN político la laicidad debería de ser una prioridad y, también, por respeto a las decenas de miles de hombres y mujeres socialistas que se sacrificaron por defender ideales laicistas. Pero no, los jóvenes que "ocuparon" (democráticamente) el Partido, en el Congreso de Suresnes, en 1974 tenían otra estrategia: medrar junto al clero católico para hacer más fácil una transición engañosa y muchos de los que han llegado al Partido, ya en la democracia, se han preocupado más de sus ascensos políticos, que de ser leales a un pasado, que les deba igual. Es más, ni siquiera tuvieron la ética de reclamar "justicia y reparación", en memoria de los caídos por la república defendiendo la legalidad, entre otras cosas por no "crear problemas a la Iglesia oficial". Por esta causa y por otras sobrevenidas, hoy la credibilidad del PSOE está en entredicho. Tendrán que pasar algunos años o muchísimas cosas, para ser un partido creíble de izquierdas, si es que aspiran a ello o si antes no se fragmenta por cuestiones territoriales o ideológicas.
Las actitudes, de los alcaldes de Tarragona, Zaragoza o Toledo, entre otros afiliados… no se lo van a poner nada fácil a los que pretenden, desde dentro y comenzando por la "Conferencia política" de los próximos días, "privatizar", como corresponde, a toda asociación religiosa. Proponiendo, de verdad, la anulación de los Acuerdos con la Santa Sede, sacar la religión de las escuelas y tratar a la "corporación católica" como a cualquier empresa o asociación, en materia tributaria y jurídica. En manos de los actuales dirigentes del PSOE se depositan muchas esperanzas, pero hasta la retórica, en este tema, mucho me temo, que llega demasiado tarde. Ojala y me equivoque.
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