Alex Cooper es una mujer de 21 años que durante su adolescencia sufrió el maltrato y fanatismo de sus padres hacia los mormones, por lo que le fue especialmente difícil aceptar su homosexualidad.
Cuando tenía 15 años, les comunicó que era lesbiana, pero lejos de recibir el apoyo esperado, la sometieron a una “terapia de conversión”, con la que esperaban que volviera a la “normalidad”.
Como la chica se resistió, le echaron de la casa y le dijeron que sólo podría volver si aceptaba “curar” su “enfermedad”. Además, la obligaron a vivir con una pareja mormona que les aseguró podía hacerla hetero.
Entre los ejercicios que la obligaban a hacer (que eran equivalentes a la tortura), estaba el pararse frente a una pared por un máximo de 18 horas mientras cargaba una mochila llena de piedras.
“Cuando traté de escapar, el hombre me dio un puñetazo en el estómago. Me sacó el aire y no podía respirar”, contó Alex para la CBS.
Después de un intentó de suicidio y varios escapes, la chica recibió finalmente el apoyo de varios amigos y sus abogados, quienes lograron que sus padres no la volvieran a obligar a un procedimiento de ese tipo.
Ahora, 6 años después, Alex se asume felizmente como homosexual y se reconocilió con sus padres, pues no los culpa de lo sucedido.