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«Pasé dos años en la cárcel por mi religión»

El pecado de Worhen Fikre fue creer en lo prohibido. En Eritrea la libertad religiosa sólo es una utopía. Escindida de Somalia en 1987, y sumida en una guerra sin descanso hasta 2002, allí sólo se reconocen las creencias ortodoxa, católica, musulmana y luterana. Pero Worhen es protestante. Por eso, cuando cumplió 18 años, la Policía entró en su casa, lo esposó y lo abandonó en una celda durante dos años. Lo mismo que le ocurrió a la famosa cantante de gospel Helen Berhane, miembro de la Iglesia Evangélica Rema. A sus padres los dejaron en paz porque son «muy mayores», dice, y su hermana está casada y ya no vivía con ellos. Cuando cumplió sus 730 días tras unas rejas, Worthenno regresó a casa. El Gobierno le obligó a internarse en un campamento militar, muy cerca de la frontera con Sudán. «Nos entrenaban para la guerra. Todo el día corriendo, de arriba para abajo», recuerda. Él entonces no lo sabía, pero allí comenzó a forjarse un atleta. Una noche, acompañado por un amigo, se fugó. Traspasó la frontera de Sudán corriendo. Y de allí, al Norte de África, desde donde llegó a España a bordo de una patera. Fue enviado inmediatamente a Bilbao, a una casa de acogida, de donde salió unas semanas después por falta de espacio. Tras pedir el asilo político acabó en el centro de acogida de la Cruz Roja de Torrelavega. El destino lo encontró una mañana de paseo cerca de Sniace. Vio a gente correr y se puso a hacer lo mismo. Su estilo y su físico llamaron la atención del responsable del equipo Piélagos Inelecma, y lo fichó. Pero la mala suerte se volvió a cebar con Worthen. En el pasado Cross Punta Parayas se rompió el peroné de la pierna izquierda. Ahora se recupera mientras espera que le concedan un asilo ya admitido a trámite. Allí, en Eritrea, siguen sus padres. «No he hablado con ellos desde que me fui», reconoce, «no tienen teléfono».

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