La sentencia andaluza que exime a un alumno de cursar Ciudadanía pone en cuestión cualquier asignatura susceptible de interpretaciones ideológicas
¿Y si algún padre decide que no quiere que a su hijo se le explique la Teoría de la Evolución de Darwin en Ciencias Naturales porque cree en el creacionismo? ¿O el marxismo, en clase de Historia? ¿Tendría derecho a que su hijo no aprendiera estas asignaturas? Estas preguntas quedan en el aire tras la sentencia dictada la semana pasada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en la que se admite que los padres de un alumno objeten a la materia de Educación para la Ciudadanía "por razones filosóficas o religiosas".
La sentencia, contraria a otras dictadas en Asturias, Cataluña y Aragón, tiene todas las posibilidades de ser tumbada en el Supremo. Pero hasta que este tribunal se pronuncie, la vía que abre "está cuestionando todo el sistema educativo", asegura el profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza Antonio Embid.
Con él está de acuerdo el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada Manuel Terol, que considera que se abre la puerta a objetar a cualquier asignatura que tenga algún componente ideológico o religioso. Mientras a Embid esto le preocupa profundamente, Terol lo aplaude como cualquier avance de las libertades.
Para los padres a los que se les ha concedido la objeción a Ciudadanía, lo inaceptable de esta materia era la educación sexual, es decir, que se hablara de matrimonio entre homosexuales, el principal problema planteado por los obispos. Pero la sexualidad y los métodos anticonceptivos también se dan en Ciencias Naturales. Y todavía dentro de Ciudadanía, la idea de igualdad entre hombres y mujeres probablemente no coincida con la de las religiones y culturas que practican la poligamia. Y un largo etcétera en cualquier contenido de esta asignatura, que ya estudiaban los alumnos de ESO, sobre todo en la asignatura de Ética, redactada por el PP en 2000.
Volviendo a las Ciencias Naturales, las presiones de quienes sostienen que Dios creó el mundo (creacionistas) y niegan las teorías de Darwin sobre la evolución, obligaron a las autoridades educativas del Estado de Kansas (EE UU) a eliminar en 1999 todas las alusiones a las teorías evolucionistas en los libros de texto. En España, en 4º de ESO, se estudia "la Teoría de la Evolución, que da sentido a toda la Biología", dice la asignatura.
Las polémicas religiosas acerca de las células madre o la clonación son del todo conocidas. Ambos contenidos se estudian en bachillerato en Ciencias para el Mundo Contemporáneo.
Las diferentes ideologías que han ido configurando la humanidad aparecen en la asignatura de Historia. Desde el papel de la Iglesia en la Edad Media, hasta el islamismo, el marxismo o los totalitarismos. "¿Y si algún padre musulmán se niega a que a su hijo le expliquen la Reconquista?", se pregunta Antonio Embid. La Filosofía, de san Agustín a Kant, pasando por Nietzsche…
Por no hablar de la asignatura de Religión, aunque se trate de la materia de Historia de las Religiones que el PP quiso implantar como alternativa a la confesional y que es optativa.
Para Embid, después del estudio de las sentencias sobre la educación y sus límites del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y de una sentencia del año pasado del Tribunal Constitucional Federal de Alemania que negaba la objeción de conciencia en una asignatura similar a la Ciudadanía, la clave está en "el pluralismo" con el que se ofrezcan las enseñanzas, que inevitablemente entran innumerables veces dentro del terreno ideológico, filosófico o religioso.
El catedrático Manuel Terol, por su parte, ve en la sentencia andaluza la apertura de un debate "apasionante" sobre la obligatoriedad de la educación reglada, sobre si "la libertad individual llega hasta sus últimas consecuencias": "Que cada uno piense lo que le dé la gana. Si yo creo en los ovnis, y hay una asignatura que dice que no existen…".