El PSOE ganó en España, pero el zapaterismo ha fracasado en Europa. Rodeado de países gobernados mayoritariamente por militantes del Partido Popular Europeo o similares, no le queda más salida que el mar
Y a mantenerlo aislado contribuirá la coalición vencedora en Italia, con Silvio Berlusconi de firme valladar. Así valora la situación el diario Avvenire, órgano de la Conferencia Episcopal Italiana.
Como se puede comprobar, la solidaridad episcopal ha funcionado. La jerarquía eclesiástica italiana se ha puesto descaradamente al lado de la línea ultraconservadora del cardenal-arzobispo de Madrid, monseñor Rouco Varela, que montó varias procesiones que oficialmente se amparaban en un aspecto doctrinal, pero que solo estaban motivadas por la esperanza de que los poderes divinos devolverían el poder de las urnas al partido del orden en las elecciones del 2008. Los éxitos que se preveían no se alcanzaron, y, para que la moral no decaiga, se mantuvo un texto desproporcionado, que seguramente es del agrado de las jerarquias eclesiásticas.
Arguyen los italianos que Rodríguez Zapatero está desarrollando en España diabólicos planes de desarticulación de la familia, que pretendía exportar al continente, pero que no logró pasar los Pirineus. Es el zapaterismo contenido en unos límites, de los que no saldrá. Un éxito. La alianza de Berlusconi y sus asociados ha resistido de momento la impenetrabilidad del nihilismo antifamiliar. Italia puede tener un interés especial para los ideólogos del zapaterismo. Tantas mujeres en altos cargos pueden aunar voluntades en contra de religiosos y de los laicos vencedores de las elecciones, con Berlusconi a la cabeza. Una extraña alianza de puritanismo clerical y de machismo en según qué puestos de trabajo.
