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Obispo de San Sebastían: el silencio del Tribunal Constitucional sobre el aborto «se acerca a la prevaricación»

Según José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, la falta de respuesta del Tribunal Constitucional al recurso de inconstitucionalidad presentado contra la actual ley del aborto «se acerca a la prevaricación«. «Ese no querer responder es inaceptable», añade el prelado: «Existe el derecho a hacer una pregunta sobre si una ley es inconstitucional y el Tribunal Constitucional tiene la obligación de responderla«. Monseñor Munilla hizo estas declaraciones a ReL durante el reciente encuentro del III After Work Madrid organizado por Orvalle & Retamar Alumni.

En efecto, el recurso de inconstitucionalidad presentado el 1 de junio de 2010 por cincuenta diputados del Grupo Parlamentario Popular y por el Gobierno de Navarra (este último retirado por el ejecutivo foral en marzo pasado) lleva ya nueve años esperando ser sometido a debate por el Tribunal Constitucional. Algo que algunos expertos consideran «escandaloso», pues no solo se trata de un asunto concerniente a un derecho fundamental como el derecho a la vida, reconocido en el artículo 15 de la Constitución, sino que los alegantes sostienen que la norma recurrida contraviene la doctrina al respecto fijada por el propio Tribunal en su sentencia de 1985 sobre la primera ley del aborto existente en España.

En otro momento de la entrevista, monseñor Munilla sostiene que «un sí a la cultura de la vida, para que sea coherente, supone un no radical al aborto, supone tener como objetivo un Aborto Cero», y que luchar por la cultura de la vida «sin enfrentarnos decididamente al aborto» es contradictorio: «No puede ser sí y no al mismo tiempo. Los cristianos siempre hemos creído en la no contradicción de nuestros principios».

El prelado donostiarra lamenta asimismo que se olvide que «la segunda víctima del aborto es la propia madre»: «Los que somos confesores y hemos dedicado tiempo de nuestra vida al acompañamiento espiritual hemos sido testigos de hasta qué punto el aborto supone una gran violencia de la mujer no solamente sobre el hijo sino sobre sí misma«.

Munilla añade que «casi siempre el aborto tiene una presión machista detrás, una vejación, un ‘tengo que abortar porque si no aborto voy a ser despreciada, no voy a ser querida, no voy a ser aceptada’… El drama del aborto se une al drama de la conciencia de ser utilizada [la madre], de no ser querida por sí misma».

Matrimonio: un vínculo habitado

En respuesta a otra pregunta, esta vez sobre el matrimonio, el obispo de San Sebastián recordó que el vínculo matrimonial «no es meramente un contrato, es una presencia del Espíritu Santo que nos está conjugando, uniendo. El hombre y la mujer tienen una complementariedad. Pero, al mismo tiempo, existen tales heridas que necesitamos que haya un vínculo habitado, y ese vínculo habitado es el matrimonio».

«Decía Chesterton que no solo es el amor el que salva el matrimonio, sino que es el matrimonio el que salva el amor», concluye monseñor Munilla: «En momentos de crisis, en momentos de desaliento que tanto la esposa como el esposo pueden tener, la existencia de ese vínculo habitado, de ese compromiso de Jesucristo, es clave y básica para poder generar esa comunión».

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