El obispo de Guadix, Ginés García, considera que detrás de los ataques que sufre el catolicismo en la comunidad autónoma se esconden la inquina y la estrategia, pero advierte al laicismo de que, a pesar de sus intentos, «Andalucía sigue siendo la tierra de María Santísima».
– Ya casi nadie llama a Andalucía tierra de María Santísima. En un ambulatorio sevillano han ordenado retirar los crucifijos. Y una plataforma exige que la Catedral de Córdoba sea gestionada por la Junta. Todo esto ¿es inquina o es estrategia?
– Pues, incluso, pueden ser ambas. Pero es mejor no juzgar estas actitudes que son más propias de ámbitos selectos que del pueblo. Lo que nos corresponde a nosotros los católicos es vivir lo que creemos y según lo creemos. Es propio de una sociedad libre y democrática respetar la fe de todos. Y no como mera tolerancia o concesión de los poderes establecidos, sino como un derecho inalienable. ¿Acaso no forma parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos? Sin embargo, y volviendo a la pregunta, a pesar de estos intentos, Andalucía sigue siendo la tierra de María Santísima.