La directora del segundo centro que rechazó escolarizar a la chica con velo islámico reclama una normativa general en la Comunidad de Madrid
El director llamó a la directora. "Me dijo que tenía un asunto feo, que si yo tenía alguna niña con pañuelo", explica ella. Era 12 de abril. La alumna de 16 años Najwa Malha, cubierta con un hiyab (velo islámico) desde febrero, se había convertido en un problema en su instituto. Aún no era una chica famosa. Sólo una alumna con la cabeza cubierta en contra de las normas del centro. Justo antes de que saltara el escándalo, la directora recibió la llamada.
La mujer, que prefiere que no figure su nombre, está al frente del instituto San Juan de la Cruz, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Quien le llamaba era el director del Camilo José Cela, el instituto de Najwa hasta el pasado lunes. Y la directora, que ha dormido poco en los últimos días, accede a dar explicaciones por una decisión de su instituto (que ha tenido alumnas con hiyab en otros cursos) que le ha colocado en el centro de la polémica. Su centro debía ser el nuevo centro de Najwa Malha pero cambiaron las normas y la dejaron fuera.
El lunes, el consejo escolar del IES San Juan de la Cruz aprobó por 14 votos contra dos cambiar su reglamento interno de convivencia. Donde antes aludían de forma abierta a vestimenta e higiene han incluido una coletilla: "en los espacios cerrados no se permitirá llevar la cabeza cubierta con gorras u otras prendas, excepto por razones médicas debidamente justificadas". O lo que es lo mismo, Najwa no podrá ser su alumna. ¿Por qué? "Esto que hemos hecho nos complica la vida, pero no vamos a contribuir a crear guetos", explica la directora en su despacho. "Lo hemos hecho por nosotros y para salvaguardar los derechos de la chica; ella no es un objeto que va y viene y el instituto tampoco".
La directora se lo dejó claro a su colega tras aquella primera llamada. No aceptaría a Najwa hasta el próximo septiembre. "Cambiar a una chica de centro a dos meses de acabar el curso le puede provocar una perturbación muy grave, lesiona sus derechos", señala la directora, con seis años en el cargo y más de 20 en el centro.
Asegura que pidió soluciones alternativas para que la chica siguiera en el mismo centro. Antes de que los directores volvieran a hablar, la familia de Najwa denunció el caso públicamente. Y el nombre de su instituto apareció como alternativa. "Me enteré por televisión de que podía venir a nuestro centro", señala.
La directora y el resto del consejo escolar se quejan en una nota distribuida ayer de que no recibieron ninguna instrucción de la Comunidad de Madrid. Solicitaron "repetidas veces" una aclaración a la consejería porque el centro se vio inmerso "en una situación de acoso mediático y de indefensión total". "Todo era absurdo, nadie nos decía nada", según la directora.
La consejera de Educación, Lucía Figar, admite que no se pusieron en contacto con ellos: "No podíamos hacer ninguna comunicación oficial a ningún centro hasta que la chica se diera de baja en su instituto, no esperábamos que pasara tan pronto puesto que el padre había dicho lo contrario, Pero pidieron traslado al centro más cercano".
Fátima, la madre de Najwa, la dio de baja el lunes. Y la directora del San Juan de la Cruz recibió una llamada de la Dirección de Área Territorial de la Consejería de Educación para decirle que la madre se dirigía a su centro para matricular a su hija.
Para entonces, ya habían convocado un claustro de profesores a las 14.30 y una reunión del consejo escolar a las 18.00. En ambos se votó por mayoría cambiar el reglamento y dejar fuera el velo "mientras no exista un marco regulador superior", según el acuerdo, "que evite el pronunciamiento de los consejos escolares sobre cuestiones tan complejas y sensibles como las relativas a culturas o religión".
"No podemos solucionar nosotros estos problemas", señala la directora, que asegura haber recibido amenazas en el correo primero de ultraderecha y luego de anónimos que la llamaban "nazi y fascista".
El San Juan de la Cruz quiere que la Comunidad de Madrid se pronuncie antes de que el velo vuelva a entrar en su centro. La consejera de Educación rechazó regular este asunto y defendió "la autonomía de los centros que fija la LOE [Ley Orgánica de Educación]".
El instituto se suma al debate de una posible regulación que evite que un reglamento interno se extralimite por encima de normas superiores, como han sugerido, entre otros, el ministro Ángel Gabilondo. El titular de Educación señaló ayer que es un debate "muy interesante sobre la constitucionalidad del reglamento de régimen interno de los centros" y mostró su inquietud por el riesgo de que este asunto inicie "un trasiego de estudiantes para ir colocando en un centro o en otro a aquellos que piensan de determinada manera".
Asociaciones de padres, docentes y sindicatos madrileños reclaman que se decida en instancias superiores. También el abogado de Najwa, Iván Jiménez-Aybar, que cree que este tipo de asuntos "no se pueden dejar al albur de cada centro escolar". Najwa no fue ayer por la mañana a su nuevo instituto, el Gerardo Diego, también en Pozuelo. El abogado asegura que hoy irá a clase.
Una asociación marroquí acusa de racismo al IES Camilo José Cela
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos cree que la negativa del Instituto Camilo José Cela, de Pozuelo (Madrid) a que la joven Najwa acuda a clase con el "hiyab" supone "una práctica institucional racista sin paliativos" y pide al Defensor del Pueblo y al del Menor que intervengan contra esta "discriminación".
En un comunicado, la asociación afirma que, "al confiscar a la menor Najwa Malha su derecho a ejercer su libertad religiosa y el de ser escolarzada bajo la excusa del cumplimiento del reglamento interno, el Consejo Escolar del Instituto madrileño Camilo José Cela ha practicado una medida cuanto menos inconstitucional, arbitraria y racista".
Tras defender que la escuela pública "debe ser un lugar de aprendizaje democrático, de construcción identidaria y en la que se ofrezca la posibilidad de convivir y de reconocer la dignidad de todas y todos", denuncia también "la postura apática del Gobierno de la Comunidad de Madrid y de su Consejería de Educación". A ambos les responsabiliza "del desamparo y del empeoramiento de la salud de la menor".
Igualmente expresa su "apoyo incondicional a la menor y su familia" y exige su readmisión en clase para "corregir esta situación y evitar posibles perjuicios y daños irreversibles".