La alcaldía orteguista de Granada invitó a la población a la inauguración de los altares de la Purísima en la plaza Independencia a las 6: 00 de la tarde, donde estará la banda del Ejército de Nicaragua, como parte de su estrategia de politizar la fiesta religiosa.
La Alcaldía orteguista de Granada invitó a los pobladores a participar del novenario a la Inmaculada Concepción de María, que inicia este jueves, y el cual se realiza paralelo al de la Iglesia Católica, lo que ha sido criticado por la feligresía.
La celebración a la Virgen María se realiza en momentos de tensión por la crisis sociopolítica que se vive en el país desde el mes de abril.
La alcaldía invitó a la población a la inauguración de los altares de la Purísima en la plaza Independencia a las 6: 00 de la tarde, donde estará la banda del Ejército de Nicaragua.
“Vemos una actitud hostil de parte del gobierno hacia las tradiciones propias del granadino. El Ejército viene a acompañar a las autoridades políticas y desaira a la Virgen María y a la iglesia”, dijo Mariano Rodríguez.
En las redes sociales, los pobladores han manifestado su rechazo porque el gobierno orteguista ha tomado la devoción a la Virgen María como un negocio partidario.
![Granada](https://s3.laprensa.com.ni-bq.s3-us-west-2.amazonaws.com/wp-content/uploads/2018/11/WhatsApp-Image-2018-11-29-at-4.34.04-PM.jpeg)
La Iglesia Católica de Granada se vio forzada a realizar una celebración paralela del novenario a la Virgen María, ante la decisión de la alcaldía orteguista de la ciudad de politizar la fiesta religiosa.
Señalan como “una mascarada religiosa que sólo manosea a la Madre de Dios, con un programa del 29 de noviembre al 7 de diciembre, paralelo al oficial creado por la iglesia católica”, indica un afiche colgado en las redes.
Además hacen un llamado de alerta al pueblo mariano para que no asistan a dicha actividad porque consideran que es un “programa sacrilegio, manipulador y suplanta la tradición de años”. Consideran, también, que es una “parodia religiosa”, ya que solo le compete a la Iglesia dirigir la festividad mariana, porque es un tema del ámbito de la fe.
Las autoridades religiosas, hasta el momento, no se han pronunciado al respecto.