La mujer musulmana en España necesita "un mayor liderazgo" y "hablar con voz propia" a la hora de defender sus intereses y visiones ante sus comunidades y la sociedad en general. Así lo reclamó en declaraciones a Servimedia la presidenta de Mujeres Musulmanas de España, Marie Laure Rodríguez, para quien "resulta sorprendente" que pese a la Ley de Igualdad no exista ninguna mujer en la Comisión Islámica de España.
"Somos de los pocos países con una verdadera ley de igualdad pero aún queda por hacer en asuntos religiosos", señaló Rodríguez, e insistió en la necesidad de impulsar la presencia femenina en este órgano, que es el encargado de negociar con el Estado todo lo referente al credo musulmán.
En su opinión, alcanzar un vocal en la Comisión representa "una manera de ocupar el espacio público, para que la mujer musulmana pueda decir por sí misma qué le parece importante, y no venga ningún señor a decidirlo por nosotras".
Rodríguez es experta en Feminismo Islámico, un movimiento que bajo su punto de vista "recupera ese mensaje que hace 14 siglos vino a dar a la mujer unos derechos e igualdad de condiciones y que por distintas circunstancias hoy en día se han perdido".
"Soy musulmana y en consecuencia soy feminista", declaró Rodríguez, para quien "si se cumple lo que dice el Corán cualquier persona debe ser feminista", puesto que el profeta ya estableció la igualdad entre hombres y mujeres hace 14 siglos".
A su juicio, los medios difunden una "versión distorsionada de las condiciones en que vivimos la mayoría de los musulmanes", pues más de un 80% habita en sistemas democráticos, apuntó.
Siempre se muestran los ejemplos de Irán, Irak, Afganistán o Arabia Saudí, "dictaduras o monarquías absolutistas de corte feudal, en conflicto, con altísimos niveles de corrupción y escasos índices educativos", lamentó.
De este modo se "culpa" al Islam de la discriminación que viven las mujeres, apuntó, pero se obvian las condiciones patriarcales y socioeconómicas de sus países de origen, señaló la experta.
Además explicó que si a eso le unimos las distintas traducciones que del Corán existen, que sus interpretaciones las realizan hombres y siempre desde una perspectiva sexista y que el Islam lo analizan muchos "académicos de Estados Unidos con claros prejuicios" tenemos la visión predominante.
QUÉ HACER
Según Rodríguez, los fundamentalismos "no son una vuelta a la Edad Media, sino una forma moderna de entender el Islam" con un discurso radicalizado y distorsionado como "forma de controlar al pueblo" para combatir la modernidad, donde "las mujeres son el chivo expiatorio una vez más".
En cierto sentido también ha podido existir una reacción contra el feminismo secular europeo y laico, admitió, que propugna la liberación religiosa "como único camino de salvación" y que "algunas veces se ha entendido como una imposición cultural del colonialismo blanco", agregó.
Por ello defendió el feminismo islámico, que concilia religión e igualdad, y reclamó "prestar más atención a las voces críticas" dentro del mundo musulmán que se enfrentan "al eurocentrismo y a los fundamentalismos a un tiempo".
"Podemos hablar por nosotras mismas", pues "no somos objetos de estudio, sino sujetos de reivindicación", prosiguió, y como ejemplo se refirió a la prohibición del burka o del niqab, "una prenda que no es islámica y que supuestamente humilla a la mujer".
"Tan denigrante es que te obliguen a llevarlo como que lo prohíban", apuntó, y afirmó que "si se quiere proteger a la mujer musulmana, en vez de culparla más valdría echar mano a los imanes y líderes religiosos que hacen apología de la violencia de género".
"Habría que perseguir con mucha más fuerza estos discursos", afirmó Rodríguez, quien, para concluir, recordó que en la primera mezquita, hombres y mujeres rezaban juntos y entraban por una misma puerta, la principal".
Si esto fue así, desde una perspectiva feminista pero musulmana pueden defenderse una ley del aborto, el uso de anticonceptivos, una educación igualitaria para hombres y mujeres y la no separación de espacios, concluyó.