«En todo lo que merecía la pena, allí estaba José Luis», recuerdan sus allegados
«En la lucha hasta el final». Luto por la muerte de José Luis Iglesias Fernández. El catedrático de Historia y fundado de la asociación Asturias Laica ha fallecido hoy en Oviedo a los 76 años.
Nacido en Zamora en 1947, estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid. Amplió estudios en los años setenta en la Universidad Libre de Berlín, donde tuvo oportunidad de conocer a la que hoy es su mujer, con la que tiene una hija. En 1975 regresó a España. Su primer destino fue en Mieres y dos años después inició su periplo como profesor de Historia en diferentes centros educativos de Gijón: Fernández Vallín, Emilio Alarcos, Piles y Montevil, donde se jubiló en 2009. Durante tres años fue inspector de educación. Era un convencido de la misión pedagógica pero también dedicó parte de su tiempo al Comité de la Causa Árabe, militó en SUATEA y en 2010 fundó la asociación Asturias Laica, surgida de su colaboración desde hace varios años con Europa Laica, y que presidió hasta 2018.
«En todo lo que merecía la pena, allí estaba José Luis. Durante toda su vida, no paró de luchar. Su compromiso se mantuvo incluso durante su enfermedad. El sábado 20 participaba en Gijón en la masiva manifestación de apoyo al pueblo Palestino. Unir la palabra a la acción: eso fue lo que marcó la vida de José Luis Iglesias», destacan desde SUATEA, sindicato del que fue militante.
«José Luis fue un republicano convencido y ejerció como tal en su día a día. Luchador por una ciudadanía libre, equitativa y solidaria, defendía la necesidad de un estado laico donde la libertad de conciencia fuera la piedra angular de una sociedad emancipada», destacaban de él hoy desde el Ateneo Republicado de Asturias, entidad de la que Iglesias era directivo.
La capilla ardiente de Iglesias está instalada en la sala 7 del tanatorio de Cabueñes. Mañana, martes 23 de enero, a las 12.00 horas, tendrá lugar un acto de despedida de cuerpo presente en el salón de actos del propio tanatorio. «En la lucha hasta el final», reza la esquela.
