Traducción al español del texto de Djemila Benhabib.(Lise Rochette).
Texto original francés al terminar el texto traducido.
13 de noviembre del 2009.
MISIÓN PARLAMENTARIA SOBRE EL VELO INTEGRAL.por Djemila Benhabib, autora de una obra crítica.
Sras Senadoras, Sras presidentas, Sras y Sres dignatarios,queridos amigos,
Gracias mil veces por este gran honor que me hacen ,hoy,al consagrarme entre las mujeres en pie y al permitir que mi voz, la de una mujer de cultura musulmana, feminista y laica,suene en esta prestigiosa institución de la República. Gracias a Vdes, amigas mías de Mujeres solidarias y de la Liga del derecho internacional de las mujeres por vuestro trabajo encarnizado, permanente e indispensable, bien en los barrios, asistiendo a las mujeres víctimas de violencias y discriminaciones y a los sin papeles o bien en el marco de las políticas e instancias de la O.N.U.Hay que decir que es aquí, en el ámbito local que se enraíza el trabajo por los derechos de las mujeres que repercutirá a escala internacional.Hay que decir también que la Marcha de las mujeres por la libertad y la igualdad es una e indivisible. Cuando sufre una mujer en cualquier sitio del planeta, nos concierne a todas y a todos. Gracias por hacernos sentir de mil maneras que somos los eslabones de una misma cadena.
Hace unos años, nunca hubiera imaginado que mi vida de mujer, que mi vida de militante estaría tan intimamante ligada al feminismo y al laicismo. Quizás les sorprenda si les confieso que no me he convertido en feminista pasando las páginas del "Segundo Sexo" ni sumergiéndome en esta magnífica novela de Aragón "Las Campañas de Basilea" donde se refería, entre otras ,a Clara Zetkin y a Rosa Luxemburgo, dos figuras estelares del feminismo y de la paz en el mundo.No me he convertido en laica bebiendo en la fuente de Spinoza, de Ibn Al-Arabi, de Descartes, de Ibn Khaldoun o de Voltaire, mi maestro. En absoluto.Hubiera podido dirigir la mirada en otra dirección para perderme en esta infancia tan feliz que tuve en una familia generosa, culta, abierta al mundo y a los demás, profundamente comprometida por la democracia y la justicia social. Hubiera podido extravíarme en la belleza de esta ciudad de Oran donde era tan agradable vivir, a orillas del mar. Esta ciudad que propulsó la carrera literaria de Albert Camus con su famosa novela "La Peste" hasta el Nobel de Literatura.Hubiera podido no ver nada, no oir nada de las vejaciones, del desprecio, de las humiliaciones y de las violencias que se vertían sobre las mujeres.Elegí ver y escuchar primero con mis ojos y mis oídos de niña. Más tarde, escogí dar voz a las aspiraciones de todas estas mujeres que han marcado mi vida para que nunca más, ninguna mujer en el mundo tenga vergüenza de ser mujer. A decir verdad,en la infancia y sobre todo en la adolescencia, nunca soñé con boda, con príncipe azul, con vestido largo, con una casa grande, con hijos y con una familia. Las pocas bodas a las que había asistido, en Argelia, me hacían sentir que la mujer era mucho más un objeto que un sujeto. Ni hay que decir que mi percepción era ultraminoritaria, pues las mujeres están formateadas para ser esposas y luego madres desde la infancia.Debía tener 5,6 o quizá 7 años a lo sumo, cuando me mandaron reunirme con mi abuela en la cocina,pues mi sitio natural estaba a media distancia entre los fogones y el lavadero para que pudieran aflorar mis talentos de cocinera y de ama de casa en el momento oportuno.
En 1984, Argelia adopta un código de familia inspirado en la sharia islámica. En aquel momento, tengo 12 años. Resumiendo, este código exige que la esposa obedezca a su marido y a sus suegros , permite la repudiación,la poligamia, despoja a la mujer de la autoridad parental, permite al esposo pegar a su mujer y, en cuestión de herencia como de testimonio, la desigualdad se sistematiza puesto que la voz de dos mujeres equivale a la de un hombre, lo mismo que pasa con las partes de la herencia.
Pregunta: Argelia se ha convertido en musulmana en 1984?
Contestación: Contestaré dentro de un rato, en el debate, si Vd. no ve inconveniente.
En cuanto al laicismo, comprendí su necesidad, cuando, en los primeros años 1990, el Frente Islámico de Salvación (FIS)puso de rodillas a mi país a sangre y fuego asesinando a miles de Argelinos. Hoy en día menester es constatar que las cosas no han cambiado mucho.
Demasiadas mujeres en el mundo están todavía humilladas, pegadas, violentadas, repudiadas, asesinadas, quemadas,azotadas y lapidadas.En nombre de qué? de la religión, del islam en este caso y de su instrumentalización. Por negarse a un matrimonio arreglado, a llevar velo, por haber pedido el divorcio, llevado un pantalón, conducido un coche e incluso haber franqueado el umbral de la puerta sin el permiso del varón, unas mujeres, tantas mujeres sufren la barbarie en su carne. Pienso en especial en nuestras hermanas iraníes que desfilaron por las calles de Teherán para hacer temblar a uno de los peores dictadores del mundo:Ahmadinejad. Pienso en Neda, esta jóven iraní asesinada con 26 años. Todos vimos esta imagen de Neda, yaciendo en el suelo, con la sangre chorreando de su boca. Pienso en Nojoud Ali, esta pequeña yemení,casada a la fuerza con un hombre que le triplicaba la edad y que luchó para obtener el derecho a divorciarse y que lo consiguió. Pienso en Loubna Al-Hussein que hizo temblar al gobierno de Jhartoum el verano pasado a causa de su atuendo. La peor condición femenina en el globo, es la que viven las mujeres en los paises musulmanes. Es un hecho y debemos reconocerlo. Es esta nuestra primera solidaridad con todas aquellas que desafían los peores regímenes tiránicos en el mundo. Quién se atrevería a decir lo contrario? Quién se atrevería a pretender otra cosa? Los Islamistas y sus cómplices? Desde luego pero no son los únicos.
Existe también esta corriente de pensamiento relativista que pretende que en nombre de las culturas y de las tradiciones, debemos aceptar la regresión, que encierra al otro en un estatus de víctima perpetua y nos culpabiliza sobre nuestras opciones de sociedad, tachándonos de racistas e islamófobos cuando defendemos la igualdad de los sexos y el laicismo. Es esta misma izquierda que abre los brazos a Tariq Ramadan para que se pavonee de ciudad en ciudad , de plató de TV en plató de TV y para que escupa sobre los valores de la República.
Tenéis que saber que nada en mi cultura me predestina a desaparecer debajo de una mortaja, emblema obvio de diferencia. No hay nada que me predestine a aceptar el triunfo del idiota, del tonto y del cobarde, máxime si se asciende el mediocre a juez.Nada que prepare mi sexo a ser mutilado sin que se asfixie mi carne.Nada que me predestine a familiarizarme con el látigo o el punzón.Nada que me destine a repudiar la belleza o el placer. Nada que me predisponga a recibir la fría hoja herrumbrada sobre mi garganta.Y si fuera el caso, renegaría sin remordimiento ni pesar del vientre de mi madre, de la caricia de mi padre y del sol que me ha visto crecer.El islamismo político no es la expresión de una especificidad cultural como se pretende a veces.Es un asunto político, una amenaza colectiva que ataca el fundamento mismo de la democracia, promocionando una ideología violenta, sexista, misógina, racista y homófoba.Hemos visto de qué manera los movimientos islamistas, con la complicidad, la cobardía y el apoyo de algunas corrientes de izquierda avalan la profunda regresión que se ha instalado en el corazón de nuestras ciudades. En Canadá, después de todo, ha faltado poco para que tuviéramos tribunales islámicos. En Gran Bretaña, ya es la norma en varias comunidades. De un extremo al otro del planeta, el velo islámico se expande y se banaliza. Incluso, a los ojos de algunos, se convierte en una alternativa aceptable pues es mucho mejor que el burqa!
¡Qué decir de la dimisión de las democracias occidentales sobre las apuestas primordiales en la base de la convivencia y de la ciudadanía como son la defensa de la escuela pública, de los servicios públicos y de la neutralidad del Estado!.¡Qué decir del retroceso para la accesibilidad al aborto incluso en Francia! Todo esto para decir que siempre es posible hacer avanzar las sociedades gracias a nuestro valor, nuestra determinación y nuestra audacia. No digo que son opciones fáciles. Ni mucho menos. Los caminos de la libertad son siempre escarpados,pero son los únicos caminos de la emancipación humana. No conozco otros.
Esta maravillosa página de historia, de NUESTRA historia nos enseña que aguantar no es someterse. Pues existen también las resistencias. Resistir, es darse el derecho a elegir su destino. Esto es para mí el feminismo. No es un destino individual sino colectivo por la dignidad de TODAS las mujeres. Así es como he dado un sentido a mi vida ligando mi destino de mujer a todos los que sueñan con la igualdad y el laicismo como fundamento mismo de la democracia. La historia rebosa de ejemplos de religiones que desbordan la esfera privada para invadir la esfera pública y transformarse en ley. En este contexto, las mujeres son las primeras perdedoras. Pero, no solamente ellas. La vida, en sus múltiples dimensiones,se estanca de repente cuando la ley de Dios se mezcla con la ley de los hombres para organizar las menores actuaciones de todos. Ya no hay sitio para los adelantos científicos, la literatura, el teatro,la música, la danza, la pintura, el cine, en resumidas cuentas,simplemente para la vida.Sólo se multiplican la regresión y las prohibiciones. Es por eso que siento una profunda aversión hacia los integrismos, cualesquiera que sean, pues soy una enamorada de la vida.
Acuérdense de una cosa: cuando la religión rige la vida pública, ya no estamos en el espacio de lo posible, ya no estamos en el referente de las dudas, ya no estamos en la referencia de la Razón ni de la racionalidad tan queridas por las Luces.Separar el espacio público del espacio privado reafirmando la neutralidad del Estado me parece indispensable pues únicamente el laicismo permite arbitrar un espacio común, llamémoslo referencial ciudadano, lejos de todas las creencias y de todas las increencias para hacerse cargo del destino del país.Antes de concluir, permítanme compartir con Vdes una carta dirigida a uno de vuestros elegidos.
He dudado mucho tiempo antes de escribirle.Quizás, por miedo a ser percibida como la que viene de otro sitio e irrumpe indelicadamente en los "asuntos franceses". Al diablo con las conveniencias, nunca se me ha dado demasiado bien el decoro, sobre todo cuando está al servicio de los más fuertes, más potentes y más arrogantes. Y además, si hubiera tenido que vivir en función de la mirada de los demás, no habría hecho nada con mi vida o bien poco. Cuando se trata de los derechos de las mujeres, ninguna conveniencia debe pasar por delante de lo esencial. Y lo esencial es:la libertad, la igualdad y la emancipación de las mujeres. Oigo todavía a unas amigas francesas diciéndome insistentemente: Háblale, díselo, escríbele. De manera extraña, sus palabras me recuerdan el título de esta magnífica película de Almodovar "Habla con ella", en la que desde el primer momento, el telón se levanta furtivamente, durante unos segundos, sobre un espectáculo de danza representando el cuerpo de una mujer, el de Pina Bausch. Ella que expresa tan crudamente y tan bien en sus coreografías la violencia en contra de las mujeres.
Señor Gérin, me dirijo a Vd, quisiera hablarle, contarle el miedo que pasé el 25 de marzo de 1994 cuando vivía en Oran, en Argelia, y que el grupo islámico armado (GIA) había ordenado a las mujeres de mi país que se pusieran el velo islámico. Aquel día, anduve con la cabeza desnuda como millones de otras argelinas.Desafiamos la muerte. Jugamos al escondite con los sanguinarios del GIA y el recuerdo de Katia Bengaga, una joven alumna de instituto de 17 años asesinada el 28 de febrero de 1994 a la salida de su instituto se cernía sobre nuestras cabezas desnudas. Hay acontecimientos fundadores en una vida que dan una dirección especial al destino de cada uno. Este es uno para mí.Desde aquel día, tengo una aversión profunda por todo lo que es hidjab, velo, burqa, niqab, tchador, jilbab, khimar y compañía. Hoy Vd.lidera una comisión parlamentaria encargada de reflexionar sobre el velo integral en Francia.
El pasado mes de marzo, yo publicaba,en Québec, un libro titulado "mi vida a contra-Corán": una mujer testifica sobre los islamistas. Desde las primeras frases,desvelaba en qué se ha convertido mi vida en términos de compromisos políticos escribiendo eso:"Viví las premisas de una dictadura islamista. Eran los primeros años 1990.No tenía todavía 18 años. Era culpable de ser mujer, feminista y laica". Tengo que confesarle que no soy feminista y laica por vocación; lo soy por necesidad, por la fuerza de las cosas, por estos sufrimientos que impregnan mi cuerpo pues no puedo resignarme a ver el islamismo político ganar terreno aquí mismo y en todas partes en el mundo. Me he hecho feminista y laica a fuerza de ver alrededor de mí mujeres que sufrían en silencio detrás de puertas cerradas para esconder su sexo y su dolor, para sofocar sus deseos y acallar sus sueños.
Hubo un tiempo en que se hacían preguntas en Francia sobre el velo islámico en la escuela. Hoy se trata del velo integral. En vez de ampliar el alcance de la ley de 2004 a los centros universitarios, discutimos sobre la posibilidad de dejar pasear ataudes por nuestras calles. ¿Es eso normal? Mañana, quizás, sea la poligamia la que esté a la órden del día. No se rían. Esto ocurrió en Canadá y han tenido que tomar cartas en el asunto las Cortes de justicia. Pues después de todo, a menudo se escude uno en la cultura cuando se trata de oprimir a las mujeres. Ironía del destino, he observado en varios barrios que se alargan las faldas y que van desapareciendo poco a poco. El abanico de colores se va reduciendo. Se ha banalizado el esconder su cuerpo detrás de un velo y llevar una falda es un acto de resistencia.Sin embargo, es un barrio francés donde tiene lugar la película "El día de la falda". Mientras que en las calles de Teherán y de Jhartoum, las mujeres se destapan cada vez más, con peligro de su vida, en los territorios perdidos de la República francesa, el velo se ha convertido en norma. ¿Qué pasa?¿ Se ha puesto enferma Francia? A menudo se presenta el velo islámico como algo que forma parte de la "identidad colectiva musulmana" . Nada de eso. Es el emblema del integrismo musulmán en
todo el mundo. Si tiene una connotación especial, es más bien política sobre todo con la llegada de la revolución islámica en Irán en 1979. No se engañen Vdes., el velo islámico esconde el miedo de las mujeres, de su cuerpo, de su libertad y de su sexualidad.
Peor todavía, la perversión se lleva al paroxismo, poniendo el velo a niños menores de 5 años. Hace algún tiempo,intentaba recordar en qué momento preciso ví aparecer este velo en Argelia en las aulas. Durante mi infancia y hasta mi ingreso en el instituto, es decir en 1987,apenas veía velos alrededor de mí. En la escuela primaria, nadie llevaba el hidjab ni entre las docentes ni sobre todo entre las alumnas.
Doce años llevo viviendo en Quebec cuya divisa inscrita en las matrículas de los coches es "me acuerdo". A propósito de memoria, ¿de qué se debería de acordar Francia? De que es portadora de las Luces. De que millones de mujeres se alimentan de los escritos de Simone de Beauvoir cuyo nombre es indisociable del de Djamila Boupacha. Esto es poco decir.No cabe duda de que para mí,Francia es un gran país y esto les otorga a Vdes. responsabilidades y deberes hacia todos nosotros, los pequeños. Es por eso que hoy, todas las miradas convergen hacia su comisión y que esperamos de Vdes.que den prueba de valor y de responsabilidad prohibiendo llevar el burqa.
Por nuestra parte, en Quebec, nos acordamos de que en 1961 por primera vez en la historia, una mujer, una abogada por más señas, es elegida a la Asamblea legislativa en una elección parcial. Su nombre es Claire Kirkland y se convertirá en ministra. Invocando un antiguo reglamento parlamentario que exigía que las mujeres llevaran sombrero para presentarse en la Asamblea legislativa, se la obliga a cubrirse la cabeza durante las sesiones.Ella se niega. Es el escándalo. Un periódico titula:" ¡una mujer con la cabeza desnuda en la Asamblea legislativa!" Ella resiste y vence.
Hay que entender que nuestros derechos son adquisiciones frágiles que es preciso defender encarnecidamente y que son el resultado de luchas colectivas en las que se comprometieron millones de mujeres y hombres enamorados de libertad y de justicia. Me atrevo a esperar, Sr. Gérin,que la comisión que Vd. preside tendrá en cuenta todos estos sacrificios y todas estas aspiraciones ciudadanas a través del mundo y de los siglos.
Queridos amigos, si hay una cosa, una sola, que desearía que retuvieran de estas palabras es la siguiente. Entre cierta izquierda dimisionaria, el racismo de la extrema derecha y la dejadez y la complicidad de los gobiernos, tenemos la posibilidad de cambiar las cosas, más todavía, tenemos la responsabilidad histórica de hacer avanzar los derechos de las mujeres. Somos, de alguna manera, responsables de nuestro porvenir y del de nuestros hijos. Pues tomará la dirección que le demos.Nosotros, los ciudadanos. Nosotros, los pueblos del mundo. Por nuestros gestos, por nuestros acciones y por nuestra movilización. Se necesitan todas las energías ciudadanas de un país a otro más allá de las fronteras. El porvenir nos pertenece. La mujer es el porvenir del hombre, decía Aragón. Tratándose de hombre, quiero saludar a uno que está aquí hoy. Es mi padre a quién lo debo todo. Y terminaré con un cita de Simone de Beauvoir:"Se tiene derecho a gritar pero hace falta que este grito se escuche, hace falta que se tenga en pie, hace falta que resuene en los demás." Me atrevo a esperar que mi grito encontrará un eco entre Vdes.
DJEMILA BENHABIB,
Carta leída en el Palacio del Luxemburgo,el viernes 13 de noviembre de 2009, con ocasión de la jornada "Mujeres en pie", organizada por Mujeres Solidarias y la Liga del Derecho Internacional de las Mujeres.
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Texto original francés
13 novembre 2009.
MISSION PARLEMENTAIRE SUR LE VOILE INTÉGRAL,par Djemila Benhahib, auteure d'un ouvrage critique.
Mesdames les Sénatrices, Mesdames les Présidentes, Mesdames et Messieurs les dignitaires,
Merci mille fois de ce grand honneur que vous me faites ,aujourd'hui, de me consacrer parmi les Femmes debout et de permettre à ma voix, celle d'une femme de culture musulmane féministe et laïque de résonner dans cette prestigieuse institution de la République.Merci à vous, mes amies de Femmes solidaires et de la Ligue du droit international des femmes pour votre travail acharné,permanent et indispensable que ce soit dans les quartiers auprès des femmes victimes de violence et discriminations, des sans-papiers ou encore au sein des politiques et des instances onusiennes. C'est dire que c'est ici, localement, que prend racine le travail pour les droits des femmes pour se répercuter à l'échelle internationale.C'est dire aussi que la Marche des femmes pour la liberté et l'égalité est une et indivisible. Lorsqu'une femme souffre dans un quelconque endroit de la planète, c'est notre affaire à toutes et à tous.Merci de nous faire sentir de mille façons que nous sommes les maillons d'une même chaîne.
Voilà encore quelques années,je n'aurais jamais imaginé que ma vie de femme, que ma vie de militante serait si intimement liée au féminisme et à la laïcité. Je vous surprendrai peut-être en vous avouant que je ne suis pas devenue féministe en tournant les pages du "Deuxième Sexe", ni en me plongeant dans ce magnifique roman d'Aragon, "les Cloches de Bâle" , où il était question de Clara Zetkin et de Rosa Luxembourg, deux figures de proue du féminisme et de la paix dans le monde.
Je ne suis pas devenue laïque ern m'abreuvant de Spinoza, de Ibn-Al-Arabi, de Descartes, de Ibn Khaldoun ou de Voltaire, mon maître. Absolument pas.
J'aurais pu tourner mon regard ailleurs pour me perdre dans cette enfance si heureuse que j'ai eue dans une famille généreuse, cultivée, ouverte sur le monde et sur les autres, engagée pour la démocratie et la justice sociale. J'aurais pu m'égarer dans la beauté de cette ville qu'est Oran où il faisait si bon vivre au bord de la mer.Cette ville qui a propulsé la carrière littéraire d'Albert Camus, avec son célèbre roman "La peste" jusqu'au Nobel de littérature. J'aurais pu ne rien voir, ne rien entendre des brimades, du mépris, des humiliations et des violences qu'on déversait sur les femmes.J'ai choisi de voir et d'écouter d'abord avec mes yeux et mes oreilles d'enfant.Plus tard, j'ai choisi de dire les aspirations de toutes ces femmes qui ont marqué ma vie pour que plus jamais, plus aucune femme dans le monde,n'ait honte d'être femme. Pour vous dire vrai, à l'enfance et surtout à l'adolescence, je n'ai jamais rêvé de mariage, de prince charmant, de robe longue, de grande maison, d'enfants et de famille.Les quelques mariages auxquels j'avais assisté, en Algérie, me faisaient sentir que la femme était un objet bien plus qu'un sujet.Inutile de vous préciser que ma perspective était ultraminoritaire, car les femmes sont formatées à devenir des épouses puis des mères dès l'enfance. Je devais avoir, quoi, cinq, six, peut-être sept ans tout au plus, lorsqu'on me somma de rejoindre ma grand-mère dans la cuisine, car ma place naturelle était à mi-distance entre les fourneaux et la buanderie, de façon à pouvoir faire éclater mes talents de cuisinière et de ménagère le moment venu.
En 1984,l'Algérie adopte un code de la famille inspiré de la charia islamique.J'ai 12 ans à cette époque. Brièvement, ce code exige de l'épouse d'obéir à son mari et à ses beaux-parents, permet la répudiation, la polygamie, destitue la femme de son autorité parentale, permet à l'époux de corriger sa femme et en matière d'héritage comme de témoignage, l'inégalité est érigée en système puisque la voix de deux femmes équivaut à celle d'un homme tout comme les parts d' héritage.
Question: L'Algérie est-elle devenue musulmane en 1984?
Réponse: Je vous la donnerai pendant le débat tout à l'heure si vous le souhaitez.
Pour ce qui est de la laïcité, j'ai compris sa nécessité lorsque, tout au début des années 1990, le Front islamique du salut (FIS) a mis à genoux mon pays l'Algérie par le feu et par le sang en assassinant des milliers d'Algériens. Aujourd'hui, on est forcé de constater que les choses n'ont pas tellement changé.
Trop de femmes dans le monde se font encore humilier, battre, violenter, répudier, assassiner, brûler, fouetter et lapider. Au nom de quoi? de la religion , de l'islam en l'occurence et de son instrumentalisation.Pour refuser un mariage arrangé, le port du voile islamique ou encore pour avoir demandé le divorce, porté un pantalon, conduit une voiture et même avoir franchi le seuil de la porte sans la permission du mâle, des femmes, tant de femmes subissent la barbarie dans leur chair. Je pense en particulier à nos soeurs iraniennes qui ont défilé dans les rues de Téhéran pour faire trembler l'un des pires dictateurs au monde: Ahmadinejad.Je pense à Neda, cette jeune iranienne assassinée à l'âge de 26 ans. Nous avons tous vu cette image de Neda gisant sur le sol,le sang dégoulinant de sa bouche.Je pense à Nojoud Ali, cette petite Yéménite de 10 ans, qui a été mariée de force à un homme qui a trois fois son âge et qui s'est battue pour obtenir le droit de divorcer, et qui l'a obtenu. Je pense à Loubna Al-Hussein qui a fait trembler le gouvernement de Khartoum l'été dernier à cause de sa tenue vestimentaire.
La pire condition féminine dans le globe, c'est celle que vivent les femmes dans les pays musulmans. C'est un fait et nous devons le reconnaître.C'est cela notre solidarité à l'égard de toutes celles qui défient les pires régimes tyranniques au monde.Qui oserait dire le contraire? Qui oserait prétendre l'inverse? Les Islamistes et leurs complices. Certainement, mais pas seulement.
Il y a aussi ce courant de pensée relativiste qui prétend qu'au nom des cultures et des traditions nous devons accepter la régression, qui confine l'autre dans un statut de victime perpétuelle et nous culpabilise pour nos choix de société en nous traitant de racistes et d'islamophobes lorsque nous défendons l'égalité des sexes et la laïcité. C'est cette même gauche qui ouvre les bras à Tariq Ramadan pour se pavaner de ville en ville,de plateau de TV en plateau de TV et cracher sur les valeurs de la République.
Sachez qu'il n'y a rien dans ma culture qui me prédestine à être éclipsée sous un linceul, emblème ostentatoire de différence. Rien qui me prédétermine à accepter le triomphe de l'idiot, du sot et du lâche,surtout si on érige le médiocre en juge.Rien qui prépare mon sexe à être charcuté sans que ma chair en suffoque.Rien qui me prédestine à apprivoiser le fouet ou l'aiguillon. Rien qui me voue à répudier la beauté et le plaisir.Rien qui me prédispose à recevoir la froideur de la lame rouillée sur ma gorge. Et si c'était le cas, je renierais sans remords ni regret le ventre de ma mère, la caresse de mon père et le soleil qui m'a vu grandir. L'islamisme politique n'est pas l'expression d'une spécificité culturelle, comme on prétend ça et là.C'est une affaire politique, une menace collective qui s'attaque au fondement même de la démocratie en faisant la promotion d'une idéologie violente, sexiste, misogyne, raciste et homophobe. Nous avons vu de quelle façon les mouvements islamistes, avec la complicité,la lâcheté et le soutien de certains courants de gauche cautionnent la régression profonde qui s'est installée au coeur même de nos villes.Au Canada,nous avons tout de même failli avoir les tribunaux islamiques. En grande-Bretagne c'est déjà la norme dans plusieurs communautés. D'un bout à l'autre de la planète,le port du voile islamique se répand et se banalise,il devient même une alternative acceptable aux yeux de certains car c'est tout de même mieux que la burqa!
Que dire de la démission des démocraties occidentales sur les enjeux primordiaux à la base du vivre-ensemble et de la citoyenneté tels que la défense de l'école publique, des services publics et de la neutralité de l'Etat?Que dire des reculs en matière d'accessibilité à l'avortement ici même en France?Tout ça pour dire qu'il est toujours possible de faire avancer les sociétés grâce à notre courage, notre détermination et notre audace,Je ne vous dis pas que ce sont là des choix faciles.Loin de là. Les chemins de la liberté sont toujours des chemins escarpés.Ce sont les seuls chemins de l'émancipation humaine, je n'en connais pas d'autres.
Cette merveilleuse page d'histoire, de NOTRE histoire, nous enseigne que subir n'est pas se soumettre. Car aussi les résistances. Résister, c'est se donner le droit de choisir sa destinée.C'est cela pour moi le féminisme.Une destinée non pas individuelle, mais collective pour la dignité de TOUTES les femmes.C'est ainsi que j'ai donné un sens à ma vie en liant mon destin de femme à tous ceux qui rêvent d'égalité et de laïcité comme fondement mème de la démocratie. L'histoire regorge d'exemples de religions qui débordent de la sphère privée pour envahir la sphère publique et devenir la loi. Dans ce contexte, les femmes sont les premières perdantes.Pas seulement. La vie, dans ses multiples dimensions,devient soudainement sclérosée
lorsque la loi de Dieu se mêle à la loi des hommes pour organiser les moindres faits et gestes de tous.Il n'y a plus de place pour les avancées scientifiques, la littérature, le thèâtre, la musique, la danse, la peinture, le cinéma, bref la vie tout simplement.Seuls la régression et les interdits se multiplient.C'est pour ça que j'ai une aversion profonde à l'égard des intégrismes quels qu'ils soient, car je suis une amoureuse de la vie.
Rappelez-vous une chose: lorsque la religion régit la vie de la cité, mous ne sommes plus dans l'espace du possible, nous ne sommes plus dans le référentiel des doutes, nous ne sommes plus dans le repère de la Raison et de la rationnalité si chères aux Lumières.Séparer l'espace public de l'espace privé en réaffirmant la neutralité de l'Etat me semble indispensable, car seule la laïcité permet de se doter d'un espace commun, appelons-le un référentiel citoyen,loin de toutes les croyances et de toutes les incroyances, pour prendre en main la destinée de la cité. Avant de conclure ,permettez-moi de partager avec vous une lettre destinée à un de vos élus.
J'ai longtemps hésité avant de vous écrire.Peut-être par peur d'être perçue comme celle venue d'ailleurs qui fait indélicatement irruption dans les "affaires françaises". Au diable les convenances, je n'ai jamais été douée pour la bienséance surtout lorsqu'elle est au service des plus forts, des plus puissants et des plus arrogants.Puis, s'il avait fallu que je vive en fonction du regard des autres, je n'aurais rien fait de ma vie ou si peu. Lorsqu'il s'agit des droits des femmes, nulle convenance ne doit primer sur l'essentiel.L'essentiel étant: la liberté, l'égalité et l'émancipation des femmes.J'entends encore des copines françaises me dire avec insistance: parle-lui, dis-lui, écris-lui. Etrangement, leurs propos me rappellent le titre de ce magnifique film d'Almodovar "parle avec elle" où dès les premiers instants, le rideau se lève furtivement, pendant quelques secondes sur un spectacle de danse, mettant en scène le corps d'une femme celui de Pina Bausch. Elle qui exprimait si bien dans ses chorégraphies crûment la violence exercée à l'encontre des femmes.
Monsieur Gérin, c'est à vous que je m'adresse,je voudrais vous parler, vous dire la peur que j'ai connue le 25 mars 1994 alors que j'habitais à Oran, en Algérie et que le groupe islamique armé (GIA) avait ordonné aux femmes de mon pays le port du voile islamique. Ce jour-là, j'ai marché tête nue ainsi que des millions d'autres Algériennes. Nous avons défié la mort. Nous avons joué à cahe-cache avec les sanguinaires du GIA et le souvenir de Katias Bengana, un jeune lycéenne âgée de 17 ans assassinée le 28 février 1994 à la sortie de son lycée planait sur nos têtes nues.Il y a des événements fondateurs dans une vie et qui donnent une direction particulière au destin de tout un chacun.Celui-là en est un pour moi.Depuis ce jour-là, j'ai une aversion profonde pour tout ce qui est hidjab, voile, burqa, niqab, tchador, jilbab, khimar et compagnie.Or, aujourd'hui, vous êtes à la tête d'une commission parlementaire chargée de se pencher sur le port du voile intégral en France.
En mars dernier, je publiais au Québec un livre intitulé "Ma vie à contre-Coran": une femme témoigne sur les islamistes.Dès les premières phrases, je donnais le ton de ce qu'est devenue ma vie en termes d'engagements politiques en écrivant ceci:"J'ai vécu les prémisses d'une dictature islamiste. C'était au début des années 1990.Je n'avais pas encore 18 ans.J'étais coupable d'être femme, féministe et laïque". Je dois vous avouer que je ne suis pas féministe et laïque par vocation, je le suis par nécessité, par la force des choses, par ces souffrances qui imprègnent mon corps car je ne peux me résoudre à voir l'islamisme politique gagner du terrain ici même et partout dans le monde. Je suis devenue féministe et laïque à force de voir autour de moi des femmes souffrir en silence derrière des portes closes pour cacher leur sexe et leur douleur, pour étouffer leurs désirs et taire leurs rêves.
Il fut un temps où on s'interrogeait en France sur le port du voile islamique à l'école. Aujourd'hui, il est question de voile intégral. Au lieu d'élargir la portée de la loi de 2004 aux établissements universitaires, nous débattons sur la possibilité de laisser déambuler dans nos rues des
cercueils.Est-ce normal? Demain, peut-être c'est la polygamie qui sera à l'ordre du jour.Ne riez pas. Cela s'est produit au Canada et il a fallu que les cours (de justice) s'en mêlent. Car après tout la culture a bon dos lorsqu'il s'agit s'opprimer les femmes.Ironie du sort, j'ai constaté dans plusieurs quartiers que les jupes se rallongent et disparaissent peu à peu. La palette des couleurs se réduit. Il est devenu banal de camoufler son corps derrière un voile et porter une jupe est un acte de résistance. C'est tout de même une banlieue française qui est le théâtre du film "La Journée de la Jupe".Alors que dans les rues de Téhéran et de Khartoum, les femmes se découvrent de plus en plus, au péril de leur vie, dans les territoires perdus de la République française, le voile est devenu la norme. Que se passe-t-il?
La France est-elle devenue malade? Le voile islamique est souvent présenté comme faisant partie de "l'identité collective musulmane". Or. il n'en est rien.Il est l'emblème de l'intégrisme musulman partout dans le monde.S'il a une connotation particulière, elle est plutôt politique surtout avec l'avènement de la révolution islamique en Iran en 1979. Que l'on ne s'y trompe pas, le voile islamique cache la peur des femmes, de leur corps, de leur liberté et de leur sexualité.
Pire encore, la perversion est poussée à son paroxysme en voilant les enfants de moins de cinq ans.Il y a quelque temps, j'essayais de me rappeler à quel moment précisément, en Algérie, j'ai vu apparaître ce voile dans les salles de classe.Pendant mon enfance et jusqu'à mon entrée au lycée, c'est-à-dire en 1987,le port du voile islamique était marginal autour de moi. A l'école primaire, personne ne portait le hidjad, ni parmi les enseignants, ni surtout parmi les élèves.
Voilà 12 ans que j'habite au Québec dont la devise inscrite sur les plaques d'immatriculation des voitures est "je me souviens". A propos de mémoire, de quoi la France devrait-elle se souvenir?Qu'elle est porteuse des Lumières. Que des millions de femmes se nourrissent des écrits de Simone de Beauvoir dont le nom est indissociable de celui de Djamila Boupacha. C'est peu dire. Il ne fait aucun doute pour moi que la France est un grand pays et ceci vous confère des responsabilités et des devoirs envers nous tous, les petits.C'est d'ailleurs pour cela qu'aujourd'hui, tous les regards sont tournés vers votre commission et que nous attendons que vous fassiez preuve de courage et de responsabilité en interdisant le port de la burqa.
Pour notre part au Québec,on se souvient qu'en 1961, pour la première fois dans l'histoire, une femme, une avocate de surcroît, est élue à l'Assemblée législative lors d'une élection partielle.Son nom est Claire Kirkland et elle deviendra ministre. En invoquant un vieux règlement parlementaire qui exigeait des femmes le port du chapeau pour se présenter à l'Assemblée législative, on la force à se couvrir la tête pendant les sessions.Elle refuse.C'est le scandale. Un journal titre"Une femme nu-tête à l'Assemblée législative!" Elle résiste et obtient gain de cause.
Il faut comprendre par là que nos droits sont des acquis fragiles à défendre avec acharnement et qu'ils sont le résultat de luttes collectives pour lesquelles se sont engagés des millions de femmes et d'hommes épris de liberté et de justice. J'ose espérer, monsieur Gérin, que la commission que vous présidez tiendra compte de tous ces sacrifices et de toutes ces aspirations citoyennes à travers le monde et les siècles.
A vous chers amis, s'il ya une chose, une seule, que je souhaiterais que vous reteniez de ces quelques mots, c'est la suivante. Entre une certaine gauche démissionnaire, le racisme de l'extrême-droite et le laisser-faire et la complicité des gouvernements nous avons la possibilité da changer les choses, plus encore nous avons la responsabilité historique de faire avancer les droits des femmes.Nous sommes, en quelque sorte, responsable de notre avenir et de celui de nos enfants.Car il prendra la direction que nous lui donnerons. Nous, les citoyens.Nous, les peuples du monde.Par nos gestes, par nos actions et par notre mobilisation.Toutes les énergies citoyennes sont nécessaires d'un pays à l'autre au-delà des frontières.L'avenir nous appartient. la femme est l'avenir de l'homme, disait Aragon.S'agissant d'homme, je veux en saluer un présent aujourd'hui, c'est mon père à qui je dois tout.Et je finirai par une citation de Simone de Beauvoir:
"On a le droit de crier, mais il faut que ce cri soit écouté, il faut que cela tienne debout, il faut que cela résonne chezles autres."
J'ose espérer que mon cri aura un écho parmi vous."
DJEMILA BENHABIB,
Lettre lue au Palais du Luxembourg, le vendredi 13 novembre 2009, lors de la journée "Femmes debout", organisée par Femmes Solidaires et la Ligue du Droit International des Femmes.