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El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
El próximo 21 de marzo se conmemora el natalicio de uno de los próceres más distintivos de la patria mexicana, desde luego, se trata de Benito Juárez. Para la mayoría de las personas, el Benemérito de las Américas representa la figura de un estadista que combatió los embates de los conservadores (se alude al grupo antagónico del siglo XIX) y la invasión francesa encabezada por Napoleón III y ejecutada por Maximiliano de Habsburgo.
Para otro grupo de especialistas, Benito Juárez representa la figura de un personaje siniestro cuya hambre de poder orilló que buscará la reelección presidencial indefinida; sin embargo, la muerte lo sorprendió en el momento oportuno, por lo que el destino lo inmortalizó en el personaje inmaculado de hoy en día. En la historia de las naciones, ni todos son buenos ni todos son malos, son humanos.
México es un país laico porque su punto de cohesión es un “pacto político”Eduardo Bizuet – Tribuna Pública
Lo que sí es innegable, es que la generación a la que perteneció Benito Juárez, Juan Álvarez, Ignacio Comonfort, Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias, Melchor Ocampo, fueron las que consolidaron el México actual.
Una de tantas contribuciones que realizó aquella generación fue la separación entre la iglesia y el Estado; es decir, la consolidación del Estado laico. México ha transitado por tres guerras religiosas: 1) la guerra de Independencia, iniciada en 1810 y consumada en 1821; 2) la Guerra de Reforma, la que se originó a causa de la promulgación de leyes liberales y de la Constitución de 1857 y 3) la Guerra Cristera, la cual se suscitó en la década de los veinte del siglo pasado.
En términos del artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, este país es una “(…) República representativa, democrática, laica, federal (…). En este contexto, ¿Qué involucra el laicismo?
Según la RAE (2024), la palabra laico posee dos acepciones: 1) que no tiene órdenes clericales; 2) independiente de cualquier organización o confesión religiosa. Como sinónimo de laico se encuentran los siguientes términos: secular, seglar, lego, civil, profano.
Desde un punto de vista político, un Estado es laico cuando éste no se agrupa o cohesiona bajo un documento religioso, como sería La Biblia o El Corán. Los países que se organizan con base en libros sagrados se les llama confesionales o teocráticos.
Si se retoma lo que se explica en el párrafo anterior, México es un país laico porque su punto de cohesión es un “pacto político”; es decir, una norma jurídica llamada Constitución, que es la que organiza política y territorialmente al Estado mexicano.
Otro rasgo que caracteriza a un Estado laico se encuentra en la libertad de religión; o sea, la facultad que poseen las personas para elegir el credo que más se acomode a sus necesidades o, en su caso, no elegir ninguno.
La libertad de religión se complementa con otra facultad llamada libertad de culto que consiste en llevar a cabo ritos, ceremonias, procesiones de corte eclesiástico dentro y fuera de los templos.
¿Se imagina que en pleno siglo XXI, el Estado mexicano determinará que sólo existe una religión oficial? Hoy en día, sería impensable alguna ley que estableciera este mandato. Aunque no lo crea, la primera Constitución del México independiente que entró en vigor el 4 de octubre de 1824, estableció en el artículo 2, una sola religión perpetua.
En la cultura política, popular, social y cultural mexicana se manifiestan rasgos religiosos en la vida cotidiana; por ejemplo, los principales personajes de la independencia de México fueron sacerdotes: Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón, ambos aparecen en el billete de doscientos pesos; también en otro papel moneda aparece una religiosa, Sor Juana Inés de la Cruz.
En algunas partes de la República Mexicana, como parte de una costumbre jurídica de origen religioso, se conceden como inhábiles el jueves y viernes santo para recordar la pasión de Cristo; sin olvidar el 25 de diciembre que rememora el nacimiento de Jesús. En algunos edificios o plazas públicas se colocan altares religiosos y nacimientos navideños sin que con ello se manifieste que México sea confesional.
En Estados Unidos de Norteamérica también se observan elementos religiosos como la leyenda que se lee en el dólar: “In God, We Trust” (en Dios confiamos)”; los presidentes estadounidenses al finalizar sus discursos políticos rematan con la oración: “que Dios bendiga a los Estados Unidos”; incluso el presidente de la Unión Americana jura el cargo colocando la mano derecha sobre La Biblia (dice la tradición que esa Biblia perteneció a Abraham Lincoln).
Por lo regular, los países occidentales han incorporado en sus Constituciones o en sus leyes el ser laicos. Desde el siglo XIX, el grupo que encabezó Benito Juárez lo tuvo muy en cuenta. Sólo aplicaron el mandato que se lee en Mateo 22:21: “Dar pues a César lo que es del César y Dios lo que es de Dios.”
Como siempre, al final, usted tiene la mejor opinión…
Eduardo Bizuet
- Ex Defensor de las Audiencias de la CORTV. Licenciado en Derecho, maestro en Derecho Constitucional y Administrativo, maestrante en Ciencias de la Educación. Desde 2010, es docente en las áreas de Derecho, Ciencias de la Comunicación, Ciencias Políticas, Ciencias Sociales y Económico-Administrativas.