En un Estado laico no existen normas religiosas que puedan estar por encima de las que son elegidas por el voto universal.
Se entiende por laico a aquello independiente de cualquier organización o confesión religiosa. En un Estado laico no existen normas religiosas que puedan estar por encima de las que son elegidas por el voto universal. Es por esto que un Estado democrático debe ser laico.
Recibí ayer, con mucha alegría, la declaración de inconstitucionalidad de la resolución que fijaba dos actos religiosos a los que debían asistir todos los chicos de las escuelas públicas. El Patrón Santiago (a quien le tememos para que no tiemble) y la Virgen del Carmen de Cuyo (a quien le tememos para que no haya sequía) se quedaron sin parte del cupo garantizado por las escuelas. Sin esos nenes que no tienen idea de qué están haciendo al lado de un tipo con ese vestido que sostiene una cruz, pero que deben ir porque allí los mandan.
Pero el gobernador igual va al acto. La foto es de Perez en la festividad de Santiago Apostol, anterior a la resolución. Sólo que, en ese tiempo, también necesitábamos un Estado laico. Ahí lo ves a Perez, representándonos.
El tipo va junto a uno de esos que visten túnicas blancas, con un gorro largo, que persiguen homosexuales, cuidan la propiedad de los poderosos y el orden instituído. No, no es el KuKlux Klan, ésos además, usan capucha.
Es tremenda la imagen de militares cargando la estatua de un apóstol que -si no me equivoco- cargaba hasta hace poco un hacha entre sus manos, que van escoltados por granaderos -los más poéticos de los militares- en un jeep con camuflaje de guerra. Siguen atrás este tipo con vestido largo y blanco, más soldados, otros más rodeándolos, y en medio, claro, el gobernador.
Perdón. Es un gran retrato: el poderío bélico montado en su tanque, sostenido por los que encarnan la tradición, llevando una imagen de lo instituido (para colmo, llamado "patrón"), escoltados por un garante y un ejecutor. Detrás, los "fieles", los que no discuten.
Para que todo siga igual pero distinto, se hicieron actos oficiales por la Virgen del Carmen de Cuyo.
Virgen, curiosa mujer que fue madre sin tener sexo, que al parir mutó en envase para que muchos otros luego puedan orar en nombre d(el) "padre", d(el) "hijo" y d(el) espíritu santo.
El día en que festejamos la noticia de que la escuela no obligará a los niños a elegir una religión o no vulnerará los derechos de los niños imponiéndoles una, al menos dos días en el año, el poder nos muestra que es más importante la inercia que los derechos y sigue adelante con festividades oficiales. Que, total, ya lo venimos haciendo, si tenemos un culto oficial, si "no es nada", si "la mayoría es católica", si…
Me parece bien que la gente, el cura y el gobernador manifiesten su religión. Pero creo que el Estado no debería dar institucionalidad al acto ni el gobernador asistiendo en calidad de tal.
El gobernador habrá pensado que el pueblo necesita un funcionario que vaya a profesar la fe occidental y cristiana, Gobernador: nuestro Estado debe ser laico, y Ud. también es responsable de que lo sea, ¿sabía? Por otro lado, la fe occidental y cristiana organizada en institución se dedicó históricamente a vulnerarnos. Tal vez Ud. sea religioso, y está muy bien. Sería bueno que participe de forma anónima, que no vaya con el mandato que le encargó la sociedad -pero tampoco lo deje en su casa-, que no nos cristianice ni nos imponga ninguna religión, ni Ud., ni la presidenta, ni intendentes, ni ninguna autoridad que represente de alguna manera a la sociedad: nadie.
Queda mucho por desandar si hablamos de un Estado que no promueva ni imponga religiones a nadie.
Ojalá llegue pronto el día en que comencemos a tener un Estado laico y dejemos de aportar dinero entre todos para sostener a esta institución que se dedicó a masacrar sociedades y que mayormente estuvo contra el pueblo. Sí, bueno, están (¿estaban?) los curas tercermundistas. Gente como el padre Llorens o el padre Contreras, enormes luchadores, religiosos que sí estaban para el pueblo, hay muchos otros, por suerte. Pero estos tipos a los que les pagamos por dominar a nuestra sociedad se dedicaron a perseguirlos. Fueron y son muchos los mujicas y los angelellis, todos dolorosos, entregados, segregados.
Queda mucho todavía. Hoy tenemos un calendario sólo 2 días más justo, pero 2 días más justo. Quedan todavía muchas cruces en hospitales, en escuelas, en universidades, en muchos espacios que no deben profesar ninguna religión, como nuestra constitución.
Nuestra sociedad no necesita de un culto oficial. Nuestra sociedad no necesita sostener los retiros espirituales de curas acosados por sus miedos ni mantener con fondos públicos a religión alguna.
Desde Hackers aplaudimos lo hecho por la APDH San Rafael, les enviamos agradecimientos y felicitaciones. A la APDH y a todas las personas que trabajan por una sociedad integradora, inclusiva, diversa, plural, participativa, con memoria, una con un mejor presente. Por una sociedad más libre.
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