Descargo de responsabilidad
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Durante todos este tiempo, a las niñas en Afganistán solo se las puede enseñar hasta sexto grado. El resto, miles, se quedan en sus casas con sus familias. Por eso las niñas que cursan sexto viven sus peores días a medida que se acerca el fin del año escolar. Niñas que lloran junto a sus maestras el último día del último examen de sexto grado. Lágrimas que despiertan mil esperanzas en todo el mundo.
Las niñas que ya no esperan continuar su educación buscan respuestas grabando vídeos y publicándolos en redes sociales. Preguntas que nadie puede responder.
Dice una de esas estudiantes con la garganta y los ojos llorosos tras su último examen que cantaron canciones y se despidieron, todas llorando porque no podían seguir acudiendo a la escuela. Explica que es cruel que no se les permita estudiar y construirse un futuro. ¿Quién le dará una respuesta?
Sama tiene 13 años y termina en la escuela este año: «Fue muy difícil para mí despedirme de mis compañeros, también de la escuela, de mis libros y estudios». Le pregunté cómo se sentía y me dijo que «desesperada». Ella querría tener éxito como política o maestra, para poder servir a sus compatriotas. «Todos mis deseos se han frustrado, no sé cuál será mi destino», me cuenta. Sama dice que está pensando dónde podría ir para poder obtener una educación, como millones de otras niñas en el mundo. Al padre de Sama también le duele ver a su hija en ese estado.
Mojboba también tiene 13 años y vive en las peores condiciones. Como otras niñas, lamenta esta decisión de talibanes: «Todas estamos deprimidas. Mi petición es que abran las puertas de las escuelas a las niñas, que nos dejen estudiar. ¿Hasta cuándo viviremos las niñas afganas bajo la opresión de los talibanes?«.
Se pregunta qué otro país islámico se encuentra esta situación. No quiere que Afganistán sea el primero que no permita a las niñas recibir educación. Mira, por ejemplo, a Arabia Saudí, que es el centro de los países islámicos, y ve que las mujeres han llegado allí muy lejos en comparación. Incluso pueden navegar. Ella querría ser una mujer de negocios y competir con los hombres.
Zeinat Moghaddas Hakimi está deseando convertirse en reportera y me envió este texto por Instagram para que pudiera publicar lo que escribió: «Una de las estudiantes de la escuela no quiso revelar su identidad, pero se presentó como estudiante de sexto grado de una de las escuelas privadas de la ciudad de Kabul. A nuestra pregunta sobre el cierre de las puertas de las escuelas de niñas por encima de sexto grado con la llegada de los talibanes, nos dijo que al escuchar esta noticia ella estaba precisamente en sexto grado y ya no puede continuar su educación, lo que tuvo un efecto negativo en su alma y espíritu.
Zeinat (un alias), me escribió en pastún. Es de la provincia de Khost en Afganistán, y tiene quince años: «Créanme, el cierre de las escuelas ha tenido un efecto muy negativo en nuestras mentes. La educación es nuestro derecho básico, por favor no nos priven de este derecho. Abran las puertas de las escuelas. Cuando una mujer sabe leer y escribir, alfabetiza a toda la familia y a la sociedad. Siempre realizo mis entrevistas a través de las redes sociales y veo cómo las mujeres y niñas afganas intentan hacer oír su voz en el mundo».
Desde que los talibanes tomaron el poder en Afganistan han impuesto más de 20 restricciones a las mujeres y niñas afganas.