El Registro de entidades Religiosas del Ministerio de Justicia tiene inscritos en la actualidad a más de 2.300 grupos vinculados a minorías religiosas, una cifra que se ha incrementado un 600 por ciento desde el año 1980, cuando se creó el registro, y en el que, solo ese año, se inscribieron unas 300 entidades.
Así lo ha destacado, en declaraciones a Europa Press, el subdirector general de Relaciones con las Confesiones Religiosas, José María Contreras, quien este jueves ha impartido una ponencia en Palma sobre el 'Derecho fundamental de libertad religiosa en España', en el marco de las Jornadas de Derecho Autonómico y Religión organizadas por la Universitat de las Islas Baleares.
Contreras ha incidido en que este sustancial aumento obedece a la importante llegada de flujos migratorios con credos distintos al católico desde que España se convirtió en país de acogida. En la actualidad, viven en territorio español más de un millón de musulmanes, 700.000 ortodoxos y cerca de un millón de evangelistas, por citar las confesiones más numerosas.
España es, para las personas que profesan una religión distinta a la católica, un lugar "abierto" en el que existe, no solo en el ámbito teórico, sino también en la práctica, "libertad religiosa", y así lo demuestran varias encuestas realizadas por el CIS, en las que, según ha detallado Contreras, los musulmanes se muestran "encantados y muy a gusto" de vivir en España, porque sienten que existe "respeto por su religión, mucho más que en otros países", añade.
En España ha habido un "cambio sociológico", y la sociedad, que ahora es muy plural, sigue siendo eminentemente católica, pero convive con una "gran diversidad religiosa". Aun así, advierte que "hay que trabajar a la hora de gestionar esta diversidad, para evitar que se produzcan conflictos como los que han surgido en países como Francia, Reino Unido u Holanda".
Así, explica que España, por ejemplo, no se plantea prohibir el velo que llevan las mujeres musulmanas en los lugares públicos. Otra cosa es la obligación que tiene un ciudadano de identificarse, de mostrar el rostro, si así se le requiere, para acceder en un lugar público. Pero el velo no cubre el rostro, por lo que "no tiene sentido empezar a prohibir cosas". Y se pregunta: "¿qué diferencia hay entre la toca de una monja y el velo?". España es, por tanto, un ejemplo de la libertad religiosa y así lo perciben las personas que profesan minorías religiosas y que residen en nuestro país.
"Si creamos guetos o grupos marginales, dividiremos a la población y surgirán los conflictos; mientras tratemos de integrar a todo el mundo la sociedad vivirá de forma pacífica en la diversidad", ha detallado Contreras, quien además de responsable de las Relaciones con las confesiones religiosas del Gobierno español es catedrático de Derecho Eclesiástico.