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Manifestación en Roma el 13 de febrero de 2010 NO AL VATICANO

ROMA – sábado 13 de febrero 2010
Manifestación Nacional NO VAT
Autodeterminación laicidad antifascismo antirracismo liberación

Piazza Bocca della Verita – 14.00 horas

Info: www.facciamobreccia.org
adhesiones: adesioni@facciamobreccia.org

Asamblea nacional – sábado 23 de enero 2010 Loa Acrobax – Via della Vasca
Navale 6 – Roma
El 13 de febrero 2010 por el quinto año manifestamos en contra del Vaticano para denunciar su intrusiones en la política italiana. El Vaticano es uno de los actores queactúan en las complejas dinámicas de poder subtendidas a un sistema autoritario y represivo.
El 11 de febrero 1929 los Pactos Lateranenses consagraban la soldadura
entre Vaticano y régimen fascista, hoy en día las derechas utilizan el crucifijo para legitimas un orden moral en línea con el integralismo de las jerarquías vaticanas, para construir un identidad nacional racista y una declinación de la ciudadanía eterosexista y familista.
Por un lado las derechas criminalizan las y los inmigrantes, instigan a una verdadera “caza al hombre”, las y los pintan como la concurrencia en el acceso a los recursos publico mientras ninguno apunta el problema de un welfare  desmantelado y en todos casos dibujado sobre un modelo social que ya no existe mas. Por otro lado la iglesia católica legitima exclusivamente este modelo de
sociedad, basado en la familia, en la división de los papeles sociales, donde un genero es subordinado al otro y lesbianas, gay y trans no tienes ningún derecho de
ciudadanía
Por otro lado, derechas moderadas y izquierdas reformistas actúan el intento de proceder a una asimilación selectiva de sujetos minoritarios sobre la base de la
disponibilidad expresa a ofrecerse dócilmente a la legitimación de discursos racistas, eterosexistas y represivos. Es prevista la inclusión solo de aquellas subjetividades que no ponen en discusión el poder: hay un pequeño espacio por gay, lesbianas y trans y por otras figuras de la diversidad, siempre que confirmen el
orden racista, sexista y represivo.
En ese cuadro, en el movimiento lgbtq, hemos visto el nacimiento de sujetos “nuevos” que utilizan sus contraseñas para producir una inversión de la realidad: a protección de las subjetividades supuestamente débiles ponen sus carnífices. Quien legitima estos “nuevos” sujetos, contribuye a producir un ulterior desvío hacia la derecha, a normalizar la presencia de las derechas radicales en el debate publico.
Fuera de estas luchas internas al poder, tenemos que constatar la difusa y
asfixiante presencia de la ética católica y de un modelo de política que propone como únicas alternativas de “renovación” el moralismo y el justicialismo. Sabemos que si hoy el Vaticano aparece menos intervencionista es solo porque no tiene la necesidad: ya en nuestro país detiene el monopolio del “ética” que abraza
indistintamente gobierno y oposición parlamentas que compiten – como siempre – para arrodillarse al altar del justicialismo y del buenismo hipócrita.
Rechazamos el intento de expropiar los movimientos de lesbianas, gay, trans y feministas de categorías fundamentales cuales el antifascismo, de lo contrario la
ambigüedad política acabaría por transformar nuestras subjetividades en cómplices de un orden moral y político che otorga una legitimación victimizante y minoritaria por cambio de la habitación a la represión.
Contrastamos esto poder que, donde no domestica, reprime y, al través del orden moral vaticano, hace suyos dispositivos de disciplinamiento y control social que niegan cualquier tipo de autodeterminación: la autodeterminación social y  conómica de las y de los migrantes, la autodeterminación de los cuerpos y de los estilos de vida de mujeres, gay, lesbianas y trans, todos los procesos de autoorganización, de disconformidad y de conflicto.
Denunciamos que, cuando el proceso de disciplinamiento no se cumple, son utilizados el cárcel, los CIE (centros de identificación y expulsión), la represión, el miedo, el aburrimiento, la soledad, la intimidación y la criminalización para neutralizar los elementos de disconformidad no previstos y no manejables: migrantes, movimientos, estudiantes, trabajadoras/es, desempleados/as.
Volvemos a afirmar que antirracismo, antifascismo y antisexismo son
luchas, necesarias la una a la otra, que hay que empujar también contra el uso instrumental de las libertades de mujeres y de sujetos lgbt para reforzar y legitimar un modelo racista. Llevamos en la plaza nuestros procesos de autodeterminación en el exacerbamiento de la crisis económica e del desmantelamiento del estado social – en particular de escuelas y universidades – que deja espacio a las impresas privadas y confesionales.
Volvemos a afirmar la diversidad y las diferencias sociales, sexuales, culturales, en contra de la identidad nacional racista y eterosexista que quieren imponernos y  contra el orden moral vaticano.
Llevamos en la plaza nuestro procesos de liberación para volver a repetir nuestra voluntad de actuar en el espacio publico al fin de producir transformación social y cultural.
Facciamo Breccia

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