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Los psiquiatras se suman al frente «anti ley del aborto de Gallardón»: «No queremos decidir sobre úteros ajenos»

En un comunicado advierten de que la nueva legislación podría producir más mortalidad materna, mayor “sufrimiento innecesario” y se consagra “la minoría de edad de la mujer”

El rechazo al proyecto de ley de reforma del aborto de Alberto Ruiz Gallardón sigue cosechando miembros. Este viernes ha sido la Asociación Española de Neuropsiquiatría de Profesiones de Salud Mental (AEN), que ha hecho pública su posición en un comunicado. Su contenido, como psiquiatras que se van a ver afectados a tener que dictaminar sobre las peticiones de mujeres que deseen interrumpir sus embarazos, parece clave. Y deja pocas dudas.

Aumento del sufrimiento innecesario
Comienzan estableciendo su posición dejando pocas dudas: “un reciente informe de la OMS -se lee en el texto de los psiquiatras- constata que “la evidencia acumulada demuestra que la eliminación de las restricciones sobre el aborto produce una reducción de la mortalidad materna causada por el aborto inseguro y, en consecuencia, una disminución en el nivel global de mortalidad materna”". Un hecho, dicen, que como sanitarios “es lo primero que nos preocupa del Anteproyecto de Ley del Aborto”. Igualmente concluyen en que “el cambio de la Ley de Plazos, vigente en la actualidad, por otra de Supuestos, lejos de disminuir el número de abortos, se constituye como un factor de riesgo para la vida y la salud de las mujeres”.

Los psiquiatras de la AEN advierten también de que, de aprobarse tal y como está prevista, la reforma de la ley del aborto de Gallardón sumirá “a la mujer en un verdadero laberinto administrativo, con el consiguiente aumento del sufrimiento innecesario que esta demora conlleva” para la mujer y para su entorno. E igualmente prevén viajes a los países de nuestro entorno para abortar “en condiciones más civilizadas” aquellas mujeres que puedan permitírselo, y la vuelta de abortos “en condiciones lamentables para las mujeres más pobres y peor informadas”.

Poner la vida de las mujeres en manos de los psiquiatras
En cuanto al trato a la mujer en la que ellos califican de “mal llamada Ley Orgánica de la Protección de la Vida del no nacido y de los Derechos de la Mujer Embarazada”, escriben que “se consagra la minoría de edad de la mujer, retirándosele su derecho a decidir sobre su propio cuerpo y sobre el devenir de su vida, para ponerlo en manos de los psiquiatras”. E ironizan, “tan incompetente se la considera, que no es ni jurídicamente punible, en caso de infligir esta ley”.

Advierten, sobre el contenido del proyecto de ley, que “la mujer que aborta no es una enferma mental”, y que obligar a emplear el “supuesto de enfermedad psíquica de las mujeres, con el estigma existente, hace que las mujeres para poder abortar, tengan que ser definidas como enfermas mentales “persistente en el tiempo”, lo que puede hacer que en otra circunstancia vital, por ejemplo en caso de conflicto posterior respecto a la custodia de los hijos, pueda volverse en su contra, cerrando un círculo infernal contra la mujer”.

Los psiquiatras rechazan convertirse en “vigilantes de la moral”
Los psiquiatras advierten que, dados los antecedentes (con la ley de 1985 un 96,77% de las mujeres lo hacían por el supuesto riesgo psíquico), de nuevo “el argumento de la ‘enfermedad mental’ -ni siquiera la de riesgo psíquico- aparecerá como causa mayoritaria”, y que “a los profesionales se nos confiere el papel de tutores de la voluntad de las mujeres, porque coloca a la mujer embarazada en la posición de ceder el control de su cuerpo a terceros, otorgándonos a los psiquiatras un poder que no queremos”.

En el texto, más adelante, los psiquiatras concluyen que “nosotros no somos ni podemos ser vigilantes de la moral, y menos aún de la moral dominante, la protección del patriarcado, que es lo que subyace detrás de todo esto”. Y concluyen que “los psiquiatras no queremos tener derecho a decidir sobre úteros ajenos”, por lo que se declaran favorables a que “continúe vigente la actual ley de Plazos”.

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