Más de 2.000 profesores de Religión de todo el país han logrado en los últimos meses sentencias favorables a la equiparación de su sueldo al de los interinos
Las recientes sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Valencia instando a la Consellería de Educación a igualar el sueldo de un centenar de profesores de Religión al de los interinos, han vuelto a traer a la actualidad la situación de estos docentes. Éstos han denunciado que la ley de Calidad «no recoge ningún cambio en el estatus del profesorado de Religión, que continúa siendo discriminado frente al resto del cuerpo docente».
Una de las asociaciones más beligerantes en la búsqueda de la equiparación de los profesores de Religión es la Federación Estatal de Profesores de Enseñanza Religiosa (Feper), que aglutina en torno a 6.000 de los 18.500 maestros de esta disciplina. Según sus responsables, en los últimos meses se han logrado más de 2.000 sentencias favorables a la equiparación de los sueldos de los docentes de Religión, en su mayor parte procedentes de Madrid y Canarias. Precisamente, el Superior de Justicia de Canarias planteó hace unos meses una cuestión de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, en la que se hacía referencia al régimen laboral de los profesores de esta asignatura. Desde 1999, los docentes de Religión de Infantil, Primaria y Secundaria se equiparan en sueldo a los interinos de su mismo nivel, y son encuadrados dentro del Régimen General de la Seguridad Social.
Abusos de poder
No obstante, y en virtud de los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979, los profesores de esta asignatura sólo pueden ser contratados «para cada curso escolar», con lo cual no tendrían acceso a los derechos derivados de la antigüedad, como trienios y sexenios, así como a la promoción interna dentro del claustro. Del mismo modo, pese a que el empleador es el Estado, quien propone a los profesores es el Obispado correspondiente. Desde Feper se denuncia cómo esta situación lleva a «casos claros de abuso de poder», que van desde la obligación a dar un 5 por ciento de su sueldo a los obispados hasta la obligación de participar en jornadas diocesanas. A su vez, los sindicatos de profesores de Religión critican cómo algunos de sus contratos no han sido renovados «por causas que exceden lo meramente laboral», como divorcios o bodas por lo civil.
Pese a que los responsables de la Conferencia Episcopal siempre se han mostrado a favor de mejorar, en lo posible, la situación laboral de los docentes de Religión, desde Feper se asegura que en lo tocante a la consecución de contratos indefinidos «la Iglesia dice que no hay nada que hacer». Por ello, los sindicatos de profesores han exigido a la Administración la consecución de un estatus jurídico para estos profesores, que les iguale a todos los efectos con el resto de los docentes.
La sentencia del TSJ valenciano ha sido valorada con satisfacción por las asociaciones de profesores. Para Mariví Iribarren, presidenta de la Asociación de Profesores de Religión de Centros Públicos en la Comunidad Valenciana (Apereva), la situación de estos docentes en los centros públicos «va mejorando progresivamente, y aunque ya se ha superado la época en la que los profesores no tenían ni siquiera Seguridad Social, todavía no se acaba de coger al toro por los cuernos». En declaraciones a Zenit, la presidenta de Asepereva se mostraba optimista respecto al futuro. De hecho, el mes próximo podría dar comienzo un diálogo con la Administración Valenciana para encontrar soluciones a las reclamaciones pendientes de los profesores.
Una de las más importantes, a juicio de Iribarren, es el reconocimiento de la antigüedad. «Una cosa es que al ser la asignatura confesional, la Iglesia haga una propuesta anual de los profesores, y otra que la Administración no reconozca la antigüedad», apuntó. Los profesores exigen también no ser contratados por horas, que se cree un Estatuto jurídico del profesor de Religión y que se respeten las mismas condiciones laborales que el resto de los profesores de otras asignaturas.
«No se obliga a nadie a dar Religión»
Respecto a la asignatura «Sociedad, Cultura y Religión», que entrará en vigor el próximo curso escolar, la presidenta de Apereva estima que se trata de «un acierto», y opina que el estatuto de la parte confesional de la asignatura no ha cambiado. «No se obliga a nadie a dar Religión. La Religión confesional está como antes, sólo que ahora se ofertará en la opción no confesional conocer el fenómeno religioso desde un punto de vista cultural».
Para Iribarren, la situación anterior demostraba que la Administración «no quería enfrentarse con la realidad ni reconocer que casi todos los países europeos democráticos enseñan Religión en sus escuelas públicas, en algunos sitios de forma obligatoria, y en otros, como en España, de forma opcional». Asimismo, admitió que la situación de los profesores de Religión de primaria en los centros públicos se ha normalizado, entre otros factores, porque «tenemos una ventaja: la asignatura de Religión sigue siendo mayoritariamente elegida por los padres».