«Dieron sus vidas por nuestra paz y nuestra libertad», destaca el vicario general castrense
Los Príncipes de Asturias han presidido el funeral por Rubén Alonso Ríos y Andrés Suárez García, los dos militares que murieron en un atentado en Afganistán el pasado domingo y en el que otros cuatro resultaron heridos, uno de ellos de gravedad. El vicario general castrense, Juan del Río Martín, ha asegurado que fueron "soldados valientes de España" que dieron sus vidas "por la paz y la libertad de allí, que es nuestra paz y nuestra libertad".
Don Felipe y Doña Letizia han llegado al cuartel general de la Brigada de Infantería Ligera BRILAT Galicia VII, situado en Figueirido (Pontevedra), donde han transmitido un emotivo saludo a las viudas de los dos fallecidos. También han acudido a la base pontevedresa el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP, Mariano Rajoy, el presidente del Congreso, José Bono, los ministros de Defensa, Cultura, y Medio Ambiente, Rural y Marino, Carme Chacón, César Antonio Molina y Elena Espinosa, entre otras autoridades.
"Ellos, con su muerte, han sembrado y siembran los valores que hacen grande a la Humanidad, los valores de la paz, la libertad, el progreso, la ayuda solidaria. La paz de allí, la libertad de allí por la que ellos han dado la vida, es nuestra paz y nuestra libertad", ha afirmado Del Río. El vicario general castrense se ha dirigido a los familiares y amigos de los dos militares. "Hoy aquí, en Galicia, todo el mundo os quiere consolar; hombres y mujeres de buena voluntad queremos daros lo mejor que tenemos, el sentimiento, la cercanía, el afecto", ha añadido.
Condecoraciones e indemnizaciones
El Príncipe Felipe, con su uniforme de comandante del Ejército de Tierra, ha impuesto la cruz del mérito militar con distintivo rojo alos dos militares fallecidos. Además, el Ministerio de Defensa concederá a sus familias una indemnización de 140.000 euros, en aplicación de la normativa vigente en materia de recompensas militares y fallecimiento en operaciones de paz. El Gobierno ha declarado 24 horas de luto oficial "como testimonio del dolor de la nación española ante el fallecimiento de militares del contingente español de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán".
El avión de la Fuerza Aérea Española con los restos mortales de los dos militares aterrizó la pasada madrugada en Santiago de Compostela. En el aparato, que tomó tierra alrededor de las 00.30, también viajaba la ministra de Defensa y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general José Julio Rodríguez, con los tres heridos leves en el atentado. En la pista esperaban la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, junto a los familiares de las víctimas, que han protagonizado escenas de dolor y han recibido el consuelo y el cariño de las autoridades.
Del Airbus de las Fuerzas Armadas descendieron los dos féretros cubiertos con sendas banderas de España que, cargados a hombros por una treintena de militares, realizaron una breve procesión al son de la marcha castrense que otro grupo de soldados interpretaba, en una noche en la que no cesó la presencia de la lluvia. Tras una breve ceremonia religiosa y entre los llantos de los familiares de las víctimas, los féretros fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense.
Mejoran los soldados heridos
Los tres militares españoles heridos leves como consecuencia del atentado suicida registrado el pasado domingo en Afganistán evolucionan favorablemente, ha informado hoy el Ministerio de Defensa. Según el informe médico, el capitán Enrique José Dopico Rodríguez permanece ingresado en planta en el hospital Montecelo de Pontevedra con quemaduras de primer grado en cara y manos y contusiones diversas, con pronóstico leve. El sargento primero Gonzalo Miguélez Diéguez, que está en el mismo centro, tiene una fractura en el quinto dedo de la mano izquierda, quemaduras faciales de primer grado y contusiones diversas. Su situación es leve. Mientras, el cabo Alberto Cao Pérez tiene una herida en la parte interna del muslo, lesiones leves en ambos tímpanos y quemaduras faciales de primer grado. Su pronóstico es también leve. El militar herido grave, el cabo primero José Antonio Cures García, evoluciona favorablemente y ya ha sido trasladado al hospital Role III de la base de Bagram, a unos 60 kilómetros al noroeste de Kabul.